Pedro Sánchez ha inaugurado este sábado una nueva técnica para eludir responder con precisión a una pregunta directa -"sí o no"- de la prensa: "Permítame que le diga que yo no formularía así esa pregunta, honestamente".
Semana a semana, después de ya 14 intervenciones televisivas de alrededor de una hora de duración, el presidente se dirige a la nación para hacer balance de la gestión de su Gobierno en la crisis del coronavirus y hacer anuncios más o menos detallados de lo que viene en adelante.
Sánchez inicia sus ya tradicionales comparecencias con un largo discurso. Y posteriormente, se somete a las preguntas de la prensa. Pero cuando no tiene respuesta o no quiere contestar, se escabulle. Aprovechando que las ruedas de prensa telemáticas de Moncloa no facilitan la repregunta del periodista, el jefe del Ejecutivo simplemente no la atiende o, en todo caso, recupera el argumentario de su alocución previa.
Sin embargo, este sábado ha preferido corregir al profesional de la información a la siguiente cuestión: "Hoy hemos publicado en EL ESPAÑOL que su Gobierno no prevé recurrir al MEDE, que ofrece más de 20.000 millones de euros con una casi nula condicionalidad y a un interés bastante más bajo que el del mercado, con un ahorro de 2.000 millones en intereses si España recurre al total de sus posibilidades. El otro día usted no contestó al líder de la oposición, Pablo Casado, en el Congreso sobre si va a acudir al rescate. ¿Tiene usted previsto acudir al rescate del MEDE, sí o no?".
Después de haber evitado responder al líder de la oposición en la última sesión de control, Sánchez prefirió en esta ocasión reconvenir al reportero: "En fin, usted puede plantear sus preguntas como un sí o un no, y yo lógicamente podré responderlas como creo que puedo responderlas... me refiero, para atenerme al contenido de sus preguntas", alegaba. "En relación con el rescate, creo que si me permite, yo no formularía la pregunta así, honestamente. El MEDE, la línea precautoria que ha acordado el Gobierno de España con muchos gobiernos europeos, precisamente, no se puede llamar rescate".
La explicación del presidente es que la posibilidad que han abierto las instituciones europeas de que cada Estado miembro pueda acceder a créditos de hasta el 2% de su PIB a un bajo interés en este caso "no se puede llamar rescate".
Y eso a pesar de que lo concede el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), es decir, el fondo de rescates de la UE. Y pese a que, además, sí impone condiciones. Leves en esta ocasión, pero efectivas: que los fondos se dediquen a gastos sanitarios "directos o indirectos" causados por la crisis del Covid-19.
Pero en otros casos sí se puede llamar "rescate". Concretamente, en el de la ayuda de hasta 60.000 millones de euros a la que accedió España en 2012 al inicio del Gobierno de Mariano Rajoy para sanear su sector financiero. Aquél, para Sánchez, sí fue un "rescate". Y así lo argumentó en seguida, citando la presencia en nuestro país de "la llamada Troika, los llamados hombres de negro, que hemos conocido, por ejemplo, cuando se ha rescatado el sector financiero en nuestro país en anteriores legislaturas".
Es más, el presidente llegó a sugerir que la cuestión planteada tenía algún interés más allá de periodísitico: "Creo que, en fin, la pregunta no es… entiendo el marco que quieren incorporar alguno, de si es un rescate o no es un rescate. No. Rescate hubo al sector financiero".
Los informes, ¿sí o no?
En realidad, más allá de conocer la intención del Gobierno, el único doblez que se podía leer entre líneas de esta cuestión era el de evitar las largas contestaciones inconcretas de otras ocasiones. De ahí su planteamiento binario, al que Sánchez tampoco atendió. Después de acudir al comodín de replantear la pregunta, se quedó en un tal vez: "El Gobierno de España, si tiene necesidad de utilizarlas, las utilizará", fue lo más cerca que anduvo de la concreción.
Pero con el mismo objetivo de agilizar la respuesta, aclarar las dudas de la ciudadanía y lograr una noticia, la redacción de EL ESPAÑOL acordó otra cuestión con la misma estructura -"sí o no"- para el presidente buscando una respuesta sencilla: "Ya ha explicado usted hasta la saciedad los argumentos y los porqués, pero déjeme que le haga una pregunta de sí o no, por favor, que exigen tanto a la presidenta madrileña Ayuso, del PP, como el presidente valenciano Puig, del PSOE ¿Van a hacer públicos los informes?".
A esa interpelación, simplemente, no contestó. Se limitó a dejarla pasar a preguntas de este periódico y a apelar a "la unidad y la transparencia, el consenso y el diálogo" cuando se la repitieron las reporteras de TVE, y de la Cadena Ser.
Todo a pesar de que los informes sí parecen existir, a pesar de que hace una semana, Ximo Puig lo pusiera en duda. Y es que a la misma hora en que Isabel Díaz Ayuso comparecía para exigir saber "quiénes son las personas" que deciden qué regiones suben de fase y cuáles no, y "bajo qué criterios", el documento era filtrado a determinados medios informativos por Moncloa: "Nos tienen rehenes, nos tienen amordazados".
Este viernes, Díaz Ayuso ya lamentaba haberse enterado por televisión, y no por escrito, de que Madrid se quedaba estancada, una semana más, en la fase 0 de la desescalada. Y eso a pesar de que su Comunidad presenta en los últimos 15 días una tasa de contagio que es un tercio de la española.
Y el líder socialista valenciano llegó a reclamar con firmeza, hace una semana, una "respuesta por escrito" para conocer los criterios con los que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, había decidido que no toda la Comunidad Valenciana pasara a la fase 1. "Lealtad no es sumisión", advirtió.
Las actas
Hubo, en todo caso, un cuarto periodista que planteó una cuestión relativa a las reuniones entre el Gobierno y las Comunidades Autónomas que están explicitando sus "fricciones" con el Ejecutivo. Así llamó Sánchez a la rebelión de territorios como Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana, que se sienten "maltratados", "discriminados" o "desatendidos", respectivamente.
El presidente anunció que los técnicos de Sanidad que acompañan a Illa en sus citas bilaterales de cada semana con los responsables autonómicos están "lógicamente, tomando nota de todo, se levantan actas y, lógicamente, pues éstas serán públicas. Porque el Gobierno siempre ha primado la transparencia informativa como venimos haciendo desde el principio de la epidemia".
Lo cierto es que mientras se mantenga el estado de alarma, seguirán suspendidos los plazos de la Ley de Transparencia, detalle clave para entender todas estas dilaciones y opacidades. Y así, el jefe del Ejecutivo tampoco aclaró cuándo ni dónde se publicarán esas actas. Estaremos atentos...