Sánchez pondrá fin el día 21 a sus ruedas de prensa televisadas: "Son obligadas mientras siga la alarma"
Montero defiende que "es absolutamente necesario que el presidente se dirija a los ciudadanos para transmitirles en qué momento estamos".
10 junio, 2020 02:10Noticias relacionadas
Lleva ya 17 comparecencias en horario de máxima audiencia, invadiendo el horario del Telediario del mediodía o de la noche, en las televisiones de todos los españoles. Invirtiendo una media, en cada una de ellas, de 35 minutos de discurso continuado lleno de eslóganes, fases y referencias bélicas en "la guerra contra el virus". Un "enemigo" al que no venceremos "hasta que tengamos la vacuna" pero que ante "la resiliencia" y la "moral de victoria" de los españoles está sucumbiendo y ya "estamos en pie" rozando la "nueva normalidad".
A Pedro Sánchez le quedan dos apariciones más. El día 21 de junio hará coincidir el fin de la vigencia del estado de alarma con el de sus comparecencias.
Y luego acabará lo que algunos han bautizado como "las homilías dominicales" del jefe del Ejecutivo. O peor, el "Aló Presidente" de Sánchez, en un símil malvado que lo trata de emparentar al espacio que programaba el régimen venezolano de Hugo Chávez a su mayor gloria. Ése en el que el autócrata decretaba "¡exprópiese!" en directo o daba órdenes a sus secuaces de "deténgase" a éste u otro opositor.
Evidentemente, a tanto no ha llegado Sánchez, por mucho que la oposición lo haya acusado de "atentar contra las libertades" o de "ocultarse detrás del estado de alarma para rumiar un cambio de régimen encubierto".
De huidizo a sobredosis
Fuentes de Moncloa han confirmado a este periódico que el presidente no alargará más su presencia en televisión. Lo cierto es que al líder socialista se le criticaba -en la vieja normalidad- su poca predisposición a dar explicaciones.
Huidizo con los medios, hasta que compareció atacado de los nervios y sudando el pasado 10 de marzo en Moncloa, a la salida de un Consejo Europeo extraordinario celebrado de manera telemática por primera vez a causa de la hecatombe del Covid-19, Sánchez no había comparecido una sola vez en los dos primeros meses desde la toma de posesión de su Gobierno de coalición.
Pero cabe recordar que durante el primer mes de la epidemia, la Secretaría de Estado de Comunicación ideó un sistema de preguntas y respuestas que le permitía filtrar las cuestiones más polémicas -en ese mes, EL ESPAÑOL sólo logró que se le pasara una única cuestión en las decenas de intervenciones de los ministros y del presidente- y que daba la oportunidad a los miembros del Gobierno a preparar sus prespuestas -o evasivas- con antelación.
Después de un plante de la prensa habitual en Moncloa, eso se subsanó, en apenas 48 horas, habilitando un sistema de videoconferencia. Pero los ya casi tres meses de alarma se han ido desescalando desde las tres ruedas de prensa diarias, a sólo una intervención del director de Emergencias, Fernando Simón, y la habitual de la portavoz a la salida del Consejo de Ministros.
Todas se han eliminado, menos la del presidente cada fin de semana. Y lo que ha habido ha sido, quizá, sobredosis. Pero María Jesús Montero, ministra portavoz, defendía este martes que "es obligado que mientras esté vigente el estado de alarma en este país", siga saliendo Sánchez en las pantallas cada domingo. "Que una vez a la semana el presidente se dirija al conjunto de los ciudadanos para transmitirles en qué momento nos encontramos, es absolutamente necesario".
Más tarde, las citadas fuentes oficiales de Presidencia confirmaban a este periódico que "está claro" que las comparecencias seguirán hasta que acabe el estado de alarma.
Así, el día 21 de junio, Sánchez aparecerá en las pantallas a modo de despedida y cierre. Y si todo va bien, tal como defendía Salvador Illa este martes, "todos los territorios del país podrán pasar a la nueva normalidad".
Habrá terminado una pesadilla de tres meses largos que ha puesto en jaque la legislatura, ha hundido la economía y, sobre todo, se ha saldado con la muerte de decenas de miles de españoles. ¿Cuántos? Ése ya es otro cantar