La reacción pactada es la prueba de que la reunión ha transcurrido cordialmente. Sin enfrentamientos. El Gobierno y Ciudadanos, tal y como han informado ambas partes, han pactado "lanzar las reformas necesarias para proteger a España de la pandemia". Un acuerdo ambicioso y transversal, que otorga a los de Arrimadas un trato preferencial respecto a los nacionalistas.
Edmundo Bal, que dirigirá el partido mientras dure la baja por maternidad de la presidenta liberal, ha anunciado que la cumbre volverá a celebrarse en julio. A lo largo del encuentro, una y otra fuerza han analizado los compromisos suscritos desde que comenzó el estado de alarma y han celebrado su "cumplimiento".
A la mesa han concurrido la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darías; el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla; y el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños. De la formación naranja, además de Bal, han asistido la secretaria general del partido, Marina Bravo; el vicesecretario general primero, Carlos Cuadrado; y el vicesecretario general adjunto, José María Espejo.
La fotografía, en clave interna, es muy importante para ambas fuerzas. PSOE y Ciudadanos no posaban para solemnizar un acuerdo desde el Pacto del Abrazo de 2016. "Hacemos política útil y constructiva. Había que estar a la altura", ha desgranado Bal en una rueda de prensa posterior.
Moncloa ha cedido a los liberales el protagonismo del anuncio y se ha limitado a distribuir un comunicado que, de forma más resumida, detalla los puntos que ha desmigado Bal en su comparecencia.
"Se trata de una mano tendida, pero exigente. Hemos sido los primeros en criticar los errores del Gobierno. Pero toca buscar soluciones para esta crisis. Hemos arrancado medidas buenas para los españoles. Hemos actuado con responsabilidad, como un partido de Estado", ha aseverado la mano derecha de Arrimadas.
Punto de inflexión
El camino que ha concluido con esta fotografía comenzó a labrarse cuando Ciudadanos decidió apoyar la primera prórroga del estado de alarma. Más tarde, cuando PP y Vox se situaron enfrente, los liberales siguieron votando a favor.
No obstante, el punto de inflexión llegó este viernes por la noche, cuando Moncloa remitió a Ciudadanos el real decreto de la "nueva normalidad" que iba a aprobarse el martes. El texto final incluyó varias reivindicaciones de los naranjas. Una prueba de esa "confianza" recién estrenada.
"Pediremos más cosas y seguiremos vigilantes. Hemos presentado numerosas propuestas y documentos. Huimos de la bronca, de las trincheras y del guerracivilismo", ha inquirido Bal.
Preguntado acerca de los Presupuestos, el portavoz de Ciudadanos ha aclarado que eso no ha estado sobre la mesa. Incluso ha deslizado que tiene la sensación de que Moncloa da por hecho que, este año, prorrogará las cuentas.
En todas sus comparecencias, a pesar de los acuerdos, Bal reitera que a Ciudadanos "no le gusta este Gobierno": "Si mañana fuera la sesión de investidura, volveríamos a votar que no. Pero en una situación como esta reunirse es obligatorio. No sentarse no es una opción".
Además del próximo encuentro de julio, Bal ha afirmado que todos los canales de comunicación siguen abiertos. El Ciudadanos de Arrimadas ha cruzado el Rubicón. Nada queda del "no inamovible" de Albert Rivera a Pedro Sánchez.