Unidas Podemos ha entrado ya en una dinámica preelectoral en Cataluña, como en el País Vasco o Galicia. Los morados apuestan por copiar el esquema del pacto de investidura de Pedro Sánchez también para la Generalitat: un tripartito de nuevo cuño, con PSOE, Comuns (marca catalana de Podemos) y ERC en la ecuación.
Para que eso ocurra, su objetivo es alejar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su formación, Junts per Catalunya (JxCat), de la Mesa de diálogo entre gobiernos, que ERC prevé que se retome en julio aunque en la agenda pública de Sánchez sigue sin concretarse ninguna fecha. "Está deslegitimado", afirmó el portavoz de los comuns en el Congreso, Jaume Asens, para referirse a Torra.
Fuentes del partido de Iglesias en Cataluña insisten también en que el tiempo de Torra se ha acabado. El mandatario catalán tiene que declarar ante el Tribunal Supremo el 17 de septiembre para revisar la inhabilitación interpuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Esta situación tiene un claro sabor electoral para Podemos. La formación morada en Cataluña lleva meses preparando la campaña electoral, y su portavoz en el Congreso dio el pistoletazo de salida el pasado jueves al amagar ya con un escenario electoral. Considera que la presencia de Torra en los encuentros bilaterales es un escollo para solucionar el conflicto y que podrían primar los "intereses partidistas".
"Fin de ciclo"
En Podemos creen que las elecciones catalanas se pueden celebrar en otoño de este año o como muy tarde en la primavera de 2021. También dependerá de la evolución del coronavirus, pero en general fuentes de los comuns explican a este diario que “estamos delante de un fin de ciclo de Torra”.
Los morados recuerdan que ya están consensuados los presupuestos y que, en consecuencia, solo queda darle al botón electoral. Destacan que al igual que con las cuentas públicas, el Govern pudo sacar adelante la subida del impuesto de Sucesiones gracias a su disposición para negociar.
En cuanto a la inhabilitación de Torra, Podemos no centra su estrategia en criticar o defender legalmente al presidente autonómico, pero sí en considerar su mandato "agotado".
Por ello quieren que el protagonismo de Torra y de su partido en la mesa sobre Cataluña sea el más bajo posible. Se trata de rentabilizar una concesión objetiva de Sánchez: esa Mesa entre gobiernos que hace un año parecía imposible de alcanzar y que ahora tanto ERC como Podemos quiere explotar como tema de campaña electoral.
Más en general, la reflexión de Podemos apunta a que, a diferencia de otras campañas electorales, esta vez habrá que centrarse en mensajes de convivencia y moderación. Por ello creen que los herederos de Convergència buscarán otro candidato que no sea Torra, y que deberán replantear su estrategia. Adelantarse a ese nombramiento será clave para que pueda salir adelante el proyecto de Asens.
Bildu y ERC
Podemos confía en repetir el esquema del tripartito en Cataluña y también en el País Vasco, con Bildu por un lado y ERC por el otro. La suma se da por descontada en Cataluña.
Distintos sondeos reflejan la posibilidad de que ERC pueda ser la fuerza más votada y, ante este escenario, Podemos está dispuesto a entregar sus votos para que los republicanos logren la presidencia de la Generalitat. Se desconoce si con un pacto de coalición o de apoyo externo, aunque sí en el marco de una jugada que también aseguraría a Pablo Iglesias la permanencia en el Gobierno de Sánchez, salvaguardando su papel de puente con el independentismo en Cataluña.
Para que salga adelante la ecuación hará falta el PSC. El partido liderado por Miquel Iceta albergaba antes de la pandemia la esperanza de una recuperación electoral en Cataluña ante el previsible desplome de Ciudadanos. En este sentido, los socialistas catalanes podrían estar interesados en ofrecer un apoyo externo para no desestabilizar el Gobierno de Sánchez.
Iceta fue uno de los principales promotores del líder del PSOE en su vuelta a la secretaría del partido después de la defenestración, y la relación entre ambos es muy buena. Aunque también ha reconocido en varias ocasiones que "no tiene sentido" hablar de un "tripartito" y en primera instancia, y si las proyecciones se cumplen, será ERC quién deberá elegir entre un "frente de izquierdas" o volver a pactar con JxCat.
En esta situación ya de casi precampaña electoral, Podemos es el primer partido que mueve ficha. Es también el que menor perspectiva electoral tiene, aunque confía rentabilizar su posición de enlace entre los otros dos socios. Su objetivo es lograr escorar a la derecha a JxCat apartándole de la mesa del diálogo acusando a Torra se ser un estorbo para la reconciliación.