El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y algunos de sus afines dentro del espacio de JxCat constituirán un nuevo partido el próximo 25 de julio sin esperar al PDeCAT, que aún no ha decido cuál será su futuro en el espacio de la antigua Convergència.
El anuncio de la creación del nuevo partido lo han hecho de forma simultánea el expresidente catalán y varios cargos de JxCat a través de las redes sociales, donde han publicado un manifiesto con el título "Junts, per Catalunya" en el que invitan a todos aquellos que quieran "lo mejor para el país" a sumarse a la nueva formación.
Entre los que firman el texto están los exconsellers presos Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn; el exlíder de la Assemblea Nacional Catalana y dirigente de La Crida, Jordi Sànchez, y algunos consellers del actual Govern, como Meritxell Budó y Damià Calvet.
En el manifiesto publicado en las redes los seguidores de Puigdemont defienden la necesidad de "impulsar la constitución en forma de partido del espacio político que desde diciembre de 2017 se ha articulado entorno a Junts per Catalunya", pero no se dice si ese será el nombre de la nueva organización.
Se da la circunstancia de que la marca electoral de JxCat, que creó Carles Puigdemont, la tiene registrada el PDeCAT -la formación heredera de CDC- por lo que el expresidente catalán se verá obligado a usar otras siglas para el nuevo partido si, como todo parece indicar, no hay acuerdo con el Partit Demòcrata.
Espacio posconvergente
Tras meses de negociaciones sobre cuál debe ser el futuro del espacio posconvergente, el manifiesto reivindica que ha llegado "la hora de la generosidad y la responsabilidad, de abandonar tensiones estériles y miradas demasiado a menudo egocéntricas y enfocadas al pequeño espacio de cada uno".
En este sentido, reivindican que hay que salir "de la zona de confort" para no "perder" lo que se ha ganado en los últimos diez años de procés.
"Nos conjuramos a fijar rumbo a través de la ordenación del espacio político", continúan los impulsores del nuevo partido, para quienes "la independencia es viable e inevitable" y el procés "no tiene marcha atrás".
"De lo que se trata es de seguir acelerando", subrayan los promotores, quienes agregan que esto solo será posible "si proyectos como el que hoy lidera el presidente Carles Puigdemont obtienen la confianza mayoritaria en las urnas".
Las discrepancias entre JxCat y PDeCAT sobre cómo reordenar el espacio posconvergente bajo una única estructura política -junto con la Crida- y bajo el liderazgo de Puigdemont se han hecho evidentes en los últimos días, después de que la dirección del partido que preside David Bonvehí rechazara la propuesta de Lluís Puig y los exconsellers presos Quim Forn, Jordi Turull y Josep Rull, bendecida por Carles Puigdemont.
Cruce de manifiestos
Los presos habían planteado la creación ya de una asamblea constituyente de JxCat, para alumbrar a un nuevo partido con estas siglas, y dar seis meses de margen al PDeCAT para decidir si se disuelve o no en esta nueva formación.
El rechazo de la propuesta de los presos desencadenó un cruce de manifiestos entre los seguidores de Puigdemont, partidarios de crear ya un nuevo partido bajo el liderazgo de éste, y representantes del PDeCAT, que sin cuestionar el liderazgo de Puigdemont se resisten a la defunción del partido heredero de Convergència.
Ante esta posibilidad de ruptura, el portavoz del PDeCAT, Marc Solsona, no descartó a principios de esta semana que pudieran concurrir en solitario a las próximas elecciones catalanas, aún sin fecha.