Fernando Jáuregui (Santander, 1950) lleva en el oficio del periodismo desde antes que España "se diera" a sí misma la democracia. Contó la Transición en Diario 16, la vivió con la misma ilusión con la que aún ejerce de comentarista político en la radio y la estudió concienzudamente hasta convertirse en un devoto de sus valores. Por contraste, ahora ve con nitidez cómo "la era del 78" está llegando a su ocaso.
De eso trata su último libro, La ruptura, de un momento crítico en el que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. El juancarlismo, el felipismo y la política de consensos han dado paso a una Monarquía cada vez más debilitada, al "pedrochismo" y a la degradación de los usos y costumbres democráticos. Y ya no hay marcha atrás.
Como no hay ruptura placentera, el veterano periodista afirma que su última obra es la más importante de su prolífica carrera, pero también "la más dolorosa". Esa ruptura -no titubea- se produce el 7 de enero de 2020, cuando "se consolida el primer Gobierno de coalición en España en 80 años". "Se convocaron elecciones precisamente para evitar lo que dos días después se hizo. El presidente del Gobierno había convocado elecciones para evitar ese Gobierno de coalición, que le daba insomnio. Ahí se produce una ruptura con el consenso de la Transición", subraya.
En esta entrevista con EL ESPAÑOL, Jáuregui no deja títere con cabeza: el Gobierno de coalición, el PSOE, Podemos, Vox, Juan Carlos I, los medios de comunicación... y hasta Cristina Pedroche. "Este libro podría costarme el exilio", bromea.
- ¿Qué conexión hay entre la llegada de Podemos a la política y la quiebra del sistema del 78?
- Podemos llegó hablando de la casta del 78 y del candado del 78. Llegó con un planteamiento teórico de acabar con el espíritu del 78. También es verdad que lo ha dicho siempre muy claramente. Podemos quiere terminar con la Monarquía, naturalmente, quiere establecer un sistema económico mucho más centralista y planificado. No soy de los que creen que Podemos quiere establecer un régimen comunista o bolivariano, claro que no, pero quiere cambiar muchas cosas. Entre otras, la forma de Estado.
- ¿Cree que habrá referéndum para preguntar por la forma de Estado?
- Sí, pero no creo que sea en esta legislatura. Y el referéndum nunca será Monarquía o República, será otro tipo de cosa. El referéndum que sin duda se hará en Cataluña no será independencia sí o no, será una cosa intermedia. Consultas va a tener que haber, tanto en Cataluña como en tanto a qué sistema tendremos que tener. Lo habrá, pero primero tendrá que haber un acuerdo entre todas las fuerzas parlamentarias. Por lo menos, entre las moderadas: PP, Ciudadanos y PSOE, que agrupan a 20 millones de electores.
- ¿Sólo entre esas tres?
- Podemos es un apéndice extraño en el Gobierno, no tiene nada que ver con lo que habíamos planteado en el 78. Vox tampoco. Y desde luego, los separatistas catalanes aún menos.
La "ruptura"
- ¿En qué se vislumbra esa ruptura de la que habla en su libro?
- En la degradación de la vida política, pero también de los medios de comunicación y de la judicatura. El Estado corre peligro porque hay una degradación de los usos y costumbres democráticos. Sánchez te suelta una mentira a la cara sabiendo que tú sabes que él sabe que tú sabes que miente. ¡Y le da igual! Ya no importa mentir, no importa gobernar a través de decretos, no importa apoyarte en señores que quieren cargarse el país con tal de seguir gobernando...
Jáuregui habla con la experiencia y la visión retrospectiva que sólo atesora quien lleva cincuenta años en la primera línea de los acontecimientos. Esa visión retrospectiva no ayuda, sin embargo, a adivinar un futuro que se antoja impredecible, pero que pasa por un "periodo constituyente" hacia "algo nuevo".
- ¿Por dónde pasa ese nuevo periodo constituyente al que nos dirigimos?
- En el 77, la gran pregunta era esa: ruptura o reforma. Ahora estamos en una situación similar. Hay una parte del Gobierno que quiere ruptura y revolución. Otra parte, prefiere reforma. No sé por qué lado de la balanza se decantará el futuro.
El autor mantiene que la pandemia y el consiguiente estado de alarma produjeron una aceleración de la quiebra con los valores del 78, una "merma democrática" de la que Jáuregui cree que no nos recuperaremos: "La pandemia le da Pedro Sánchez unos poderes que aquí desde Franco no había tenido nadie. Confina a 47 millones de personas y se erige mando único. Eso ha posibilitado limitar la transparencia y las libertades, sobre todo la de expresión, al máximo. Y establecer unos precedentes de los que nos va a costar salir".
- ¿Cómo valora la relación del Gobierno con los medios de comunicación?
- Creo que hay un intento clarísimo del Gobierno por controlar los medios de comunicación. Ha sucedido en TVE y en la agencia Efe, con la destitución del director. Todo lo que pueden, lo intervienen. Los medios críticos no le gustan. Ahora, por ejemplo, Moncloa ha visto la oportunidad de que El País no se quede en manos hostiles al Gobierno.
El fin del "juancarlismo"
La formación del Gobierno de coalición y el confinamiento a causa del coronavirus fueron determinantes, pero no es hasta el 15 de marzo de 2020, día que Felipe VI renuncia a la herencia del rey emérito, cuando la ruptura pasa a ser definitiva. Según Jáuregui, la imbricación entre el "juancarlismo" y el sistema del 78 era "indisociable". Por eso, admite que "la idea de Monarquía se está debilitando mucho", aunque se niega a darla por muerta.
- ¿Felipe VI está ayudando a fortalecer o a debilitar la Monarquía?
- El Rey es un buen rey, pero está mal asesorado y no está calando en la gente. Este viaje que está haciendo por las comunidades autónomas es una buena idea, pero hay que hacerlo más próximo. No puedes hacer ahora actos en los que hay que dar manos y abrazar a gente. Lo de los codos y las mascarillas produce fotos ridículas.
El periodista es partidario de que se lleve a cabo la comisión de investigación sobre las presuntas corruptelas del rey emérito: "¿Cómo no? Yo creo, incluso, que Felipe VI debería apoyar esa comisión de investigación. En un sistema democrático, esas cosas deben investigarse".
Por esa regla de tres, Jáuregui es partidario de abrir una comisión de investigación sobre el caso Dina: "Yo soy partidario de esclarecer todos esos temas que no estén claros, para eso está el parlamento".
- ¿También debería abrirse, entonces, una comisión de investigación sobre los GAL?
- Abrir una comisión de investigación sobre algo que ocurrió hace 35 años es ridículo. El tema de los GAL judicialmente está visto hasta la saciedad, y ya se enjuició a quienes había que enjuiciar. Las comisiones de investigación razonables están para lo que están.
"El pedrochismo"
En su nuevo libro, el veterano periodista retrata España como un país cainita, envidioso, sin remedio... el país del "pedrochismo", en suma: "A finales del 2019, hubo días en los que no se hablaba más que de la investidura de Pedro Sánchez y de la desvestidura de Cristina Pedroche. Juntando sus nombres se me ocurrió lo de "pedrochismo" porque los dos viven de la imagen. Era una broma, pero describe con acierto esta España guapa que no da importancia a la inteligencia".
- ¿Qué opinión le merece Pedro Sánchez?
- Creo que miente mucho. Él dijo que no iba a formar este Gobierno. Ha empezado a gobernar con un incumplimiento básico sobre sus promesas electorales. Ahora se está esforzando para sacar esto adelante, pero tiene la larva de la destrucción dentro del Gobierno. Él asegura que tiene la coalición consolidada, pero no es así para nada.
- Pese a todo, desde el Gobierno presumen de que no ha perdido una sola votación y que ha conseguido llegar a apoyos con formaciones muy distintas. ¿Le concede ese mérito?
- En ese sentido, es un maestro. Ha conseguido tener a Ciudadanos y a Esquerra, a PNV y a Podemos, al cántabro y al turolense. Es un maestro de la imagen. Mientras el PP no se enteraba de nada y se limitaba a reñirle los miércoles en la sesión de control parlamentario, Sánchez salía todos los días a aprobar cosas como el Ingreso Mínimo Vital. Es cortoplacista, pero mientras dura, vida y dulzura. Cuatro años después de que Ferraz intentara darle una patada ahora controla el PSOE absolutamente. Susana Díaz, Javier Fernández, los que tenía enfrente, ya no pintan nada.
Fernando Jáuregui acumula más de 12.000 crónicas y cuarenta libros, algunos de ellos dedicados a Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Por todo ello, la reflexión sobre la deriva socialista con la que cierra la entrevista no es banal: el PSOE ha muerto.
- El PSOE se acabó, es otra cosa que no tiene nada que ver con el PSOE que funcionaba. Felipe González lo dice por todas partes. Ese partido no tiene nada que ver con lo que él conocía. El comité federal o la comisión ejecutiva no pintan nada. Ahora, Pedro Sánchez llama, da una orden a Lastra y a Ábalos y a funcionar.