- He viajado tres horas en coche para venir hasta aquí. El 18 de marzo se me murió un familiar. Y cuando llego, me dicen que sólo se puede pasar con invitación. ¡La Iglesia es la casa de todos!
El enfado de Sergio, jubilado, es el de decenas de personas a la entrada de la Catedral de la Almudena: "La gente ha venido del quinto pino para nada"; "Esto es una Iglesia; como católico, soy libre de entrar"; "Es un homenaje a las víctimas, ¿por qué necesito invitación?". Etcétera.
El primer homenaje a las víctimas del coronavirus ha transcurrido marcado por las ausencias: la de quienes, sin haber sido advertidos de que era necesaria una invitación, se han quedado fuera de la ceremonia y la de los miembros del Gobierno que, por distintos motivos, han decidido no acudir a la cita.
A las siete de la tarde, la indignación a las puertas de la Catedral de la Almudena es enorme. El sol golpea sin clemencia, no hay nadie a quien pedir explicaciones por la falta de comunicación respecto a las invitaciones y muchos deciden acordarse de los que no están con nosotros: los miembros del Gobierno.
"¿Dónde está Pedro Sánchez?", grita uno de los presentes cuando los obispos llegan a la Almudena en autobús, que prosigue: "¿Y el marqués? ¿Dónde está Pablo Iglesias?".
- ¿No viene?
- No. Y yo que quería verlo...
Ausencias destacadas
Siete y media de la tarde. Los miembros del Ejecutivo no están ni se les espera. En su lugar, llega la comitiva naranja: la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, acompañada por el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, y el diputado Edmundo Bal.
"¿Vienen estos y no vienen los del Gobierno?", exclama un hombre en referencia a los políticos de Ciudadanos.
La verdad es que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha excusado su presencia en un almuerzo en Lisboa con el presidente de Portugal, António Costa. Sin embargo, el almuerzo ha tenido lugar a las 15.00 horas. Después, Sánchez ha regresado a Madrid y fuentes de la presidencia han alegado a este periódico cuestiones relacionadas con su "agenda personal". Todo ello pese a la cercanía de la capital lusa y que el presidente no ha indicado ninguna reunión o actividad oficial por la tarde.
En la misa funeral organizada por la Conferencia Episcopal en la sede arzobispal de la capital española tampoco ha estado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ni el vicepresidente segundo Pablo Iglesias. En su lugar, ha acudido en representación del Gobierno la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Carmen Calvo.
Los figurantes del Ejecutivo sí asistirán, presumiblemente, al homenaje institucional programado para el próximo jueves 16 de julio en el Palacio Real.
"Viva el Rey"
A falta de diez minutos para el inicio de la ceremonia, el enojo de los presentes se ha convertido en júbilo cuando ha aparecido el coche en el que viajaba la familia real. De él han bajado Felipe VI, Letizia, la Princesa de Asturias Leonor y la infanta Sofía. Todos han sido recibidos con aplausos y gritos de "viva el Rey".
El movimiento Resiste España, formado por corredores que se citan en las calles de Madrid para correr "por la unidad de España" y en homenaje a las víctimas del Covid-19, tampoco ha querido perderse el homenaje. Los runners se han cuadrado en señal de respeto ante la llegada de el monarca. Tras sonar las camapanas de luto y ofrecer un ramo a las víctimas, se han marchado corriendo al grito de "viva el Rey" y "viva España".