1. Sólo un español va a pasar hoy peor lunes que Pablo Iglesias: Pablo Casado. Tampoco Pedro Sánchez debe de haber pasado una buena noche, pero al menos él duerme en Moncloa.
2. No debería ser así. Alberto Núñez Feijóo ha sumado su cuarta mayoría absoluta consecutiva y se ha convertido en el único político español verdaderamente transversal y capaz de sumar mayorías absolutas en un escenario político muy fragmentado.
3. Feijóo es, en fin, el último líder político genuinamente atrapalotodo que queda en España.
4. Pero, ¿por qué no se hablará hoy de una victoria del PP de Pablo Casado, sino de una victoria personal de Feijóo, el político que escondió las siglas de su propio partido durante la campaña electoral?
5. Ayer, en las urnas vascas y gallegas, se enfrentaban también las dos almas del PP. La filosóficamente marianista, que representan el presidente gallego, una amplia mayoría de los barones populares y Ana Pastor. Y la que ha defendido, a un coste interno muy alto, la alianza de PP y Ciudadanos en el País Vasco, y que popularmente se identifica con Cayetana Álvarez de Toledo.
La simplificación es grosera, pero quédense con ella.
6. La victoria, a la vista de los resultados, ha sido para los primeros. La lectura será la siguiente: en Galicia ha ganado Feijóo; en el País Vasco ha perdido Casado.
7. En favor de Casado juegan, sin embargo, los tiempos y los discretos, casi malos, resultados del PSOE. Sin elecciones generales a la vista, el líder del PP tendrá tiempo suficiente para preparar la defensa del torreón.
8. Además, los tres meses de este otoño, los meses de la crisis económica, del paro desbocado, de los cierres de empresas y del rescate de la UE, se le van a hacer molto longos a Pedro Sánchez.
9. En cualquier caso, y como dice Pilar Rodríguez Losantos, buena parte del interés radica hoy en saber cuánto se envalentonarán los barones díscolos del PP. ¿Empezará a sonar el runrún de un posible desembarco de Feijóo en Madrid?
10. La debacle de Podemos ha sido apocalíptica y muy similar a la sufrida por Ciudadanos en las elecciones de noviembre del año pasado.
11. En Galicia, Podemos ha pasado de 14 a cero escaños, y de 271.418 votos (19.07%) a 50.415 (3,92%). En el País Vasco, Podemos ha pasado de 11 a 6 escaños, y de 156.671 votos (14,83%) a 71.759 (8,03%).
12. Entrar en el Gobierno no le ha hecho ningún bien a Podemos. Ni sus votantes se han creído la sórdida vicepresidencia de Pablo Iglesias, ni han perdonado los grotescos escándalos que rodean al líder morado y que hacen parecer al rey Juan Carlos I un santo varón, ni han visto en Podemos nada que no ofrezcan, en una versión mucho más depurada, el BNG y EH Bildu.
13. A falta de un análisis más detallado, parece obvio que los votantes de Podemos han migrado en masa al BNG y a EH Bildu, no al PSOE. El dato es significativo y confirma ese viejo lema de la política: a largo plazo, el votante siempre prefiere el original a la copia.
14. Y el original de Podemos son los nacionalistas y los populistas. No el PSOE. Si ese voto estaba en el PSOE hace años era en préstamo, no en propiedad.
15. Pablo Iglesias huele a cadáver político. En su paso al ostracismo arrastrará a su partido, que pagará el nepotismo de su líder. Quedará para la historia su chalet en Galapagar y su contribución, inestimable, al embrutecimiento del clima político en España. También los escraches y la okupación. Es decir, la barbarie.
16. El PSOE obtiene el resultado más engañoso de todos. Sus resultados son pésimos por una simple razón. El socialismo no ha logrado capitalizar la debacle de Podemos, teniendo la portería para él solo.
17. Pero el PSE revalidará, salvo sorpresa, su alianza con el PNV en el País Vasco y eso le permitirá disimular al PSOE el mal resultado gallego y su incapacidad para reabsorber a Podemos.
18. Desde una perspectiva más amplia, si estas elecciones han demostrado algo es que acostarse con nacionalistas y radicales puede dar réditos a corto plazo, pero beneficia a largo plazo y en mucha mayor medida a esos nacionalistas y radicales.
19. No tengan ni la más mínima duda de que la lección que PSOE y Podemos extraerán de esta sencilla evidencia será… ninguna.
20. Si la pésima gestión que han hecho PSOE y Podemos de la epidemia de Covid-19 ha tenido algún impacto en las elecciones, ese impacto ha quedado oscurecido por la debacle de Podemos.
21. Iglesias tenía tantos frentes abiertos que resulta imposible saber por cuál se ha desangrado su partido. La única evidencia es la del punto 13. El PSOE no ha sabido, o no ha podido, aprovecharse del batacazo de Podemos.
22. En un análisis mucho más general, parece obvio que los votantes vascos y gallegos han preferido el producto nacional al importado, lo malo conocido frente a lo bueno por conocer, y al partido hegemónico frente a los advenedizos aspirantes al trono.
23. La fidelidad del voto popular gallego es espectacular y se basa en la hegemonía absoluta del PP tanto en el ámbito rural como en el urbano. La sensación de impotencia de sus rivales debe de ser digna de terapia psiquiátrica.
24. Vox obtiene un escaño en el País Vasco y ninguno en Galicia. La solidez de Feijóo ha impedido que el susto pasara a mayores, pero unos pocos miles de votos estratégicos más habrían hecho que el próximo presidente de la Xunta fuera un radical del BNG.
25. En el País Vasco, los 17.517 votos de Vox no habrían evitado, sin embargo, la caída del PP. El estado de salud del constitucionalismo vasco es tan crítico que ni siquiera agrupando todo el voto posible la cosa daría para algo más que para media docena de escaños irrelevantes.
26. "Cuántas alegrías le va a dar Vox al PSOE", decía el tuitero Urrutia. A Podemos ya no, pero al PSOE, desde luego, unas cuantas.
27. La enfermedad política vasca se resume rápido. Bildu suma casi los mismos votos (248.688) que PSE, PP+Cs y Podemos juntos (253.927).
28. Ayer, en los medios de prensa y las televisiones de la izquierda, muchos lamentaban el escaño de Vox por Álava. Casi nadie se escandalizaba por los 22 conseguidos por los herederos ideológicos de ETA, los de los aurreskus en honor de asesinos y los de las pedradas a los discrepantes.
29. No eran las elecciones de Ciudadanos. Punto. Quienes atribuyen el resultado de la coalición vasca al supuesto giro estratégico de Inés Arrimadas olvidan que los sondeos ya vaticinaban este resultado, exacto, antes de ese giro. La batalla de Ciudadanos es ahora otra y no se libra ni en Galicia ni en el País Vasco.
30. Sí, sin embargo, en Cataluña, aunque sólo sea porque Ciudadanos parte desde la pole position de sus resultados de 2017.
31. Un mito que cae: "El nacionalismo crece cuando gobierna el PP". ¡Pues el gobierno de PSOE y Podemos le ha sentado a la bestia como agua de mayo!
32. Leí ayer en Twitter la teoría de que Urkullu está obligado a pactar con Bildu para evitar que Sánchez le traicione y opte por un tripartito junto a Podemos y Bildu. No lo veo, entre otras razones porque Bildu prefiere el PSOE al PNV. Pero lo dejo aquí porque la sospecha no carece de fundamento.
33. El constitucionalismo en el País Vasco ha muerto. Si la Constitución del 78 tiene algún futuro en el País Vasco, no se parece en nada a lo que hay ahora. Veremos cómo se recomponen el PP y Ciudadanos allí.
34. La coalición de gobierno PSOE y Podemos no suma, sino que resta. Cierto, Galicia y el País Vasco no son escenarios extrapolables al resto de España. ¿O sí?
35. Haría bien Pablo Casado en aferrarse al ejemplo gallego por lo que respecta a Vox. Si el PP ha de recuperar votantes por su derecha, lo ocurrido en Galicia debería servir como aviso a navegantes. "Ya os habéis divertido. Lección aprendida. Ahora, volved a casa. Porque en unas generales, ese voto malgastado puede costar una presidencia".
36. Un detalle. En Zaldibar, el pueblo del vertedero en el que siguen enterrados dos operarios después de 158 días de radical incompetencia de PNV y PSE, no se ha movido una sola hoja. El PNV pasa de 463 votos a 436, Bildu de 433 a 465, y el PSE de 203 a 175. Como si no hubiera pasado nada. "¿Derrumbe? ¿De qué derrumbe me habla?". En Zaldibar, de hecho, el partido castigado es Podemos, que pasa de 197 votos a 97 votos.
37. Una conclusión final. Estas elecciones apuntan a la formación de dos escenarios bipartidistas en Galicia y el País Vasco. Uno de PP y BNG, en Galicia; y otro de PNV y Bildu en el País Vasco, con el PSOE de comparsa en ambos casos. Veremos si la tendencia se consolida con el tiempo.