Ceuta será -junto a Cartagena- la única ciudad española que no celebrará el Eid Al Adha (Pascua del Sacrificio), la fiesta más importante para las personas de credo musulmán, que este año se conmemora el viernes 31 de julio.
Generalmente, las familias sacrifican un cordero en el ámbito privado. Pero este año, debido a la pandemia, “se ha limitado la exportación de ganado a Ceuta, se va a cerrar el matadero, no se van a poner carpas y estará prohibido que nadie llegue al cebadero a retirar animales”. Palabras de Juan Jesús Vivas, presidente de esta ciudad autónoma, donde el PP gobierna en coalición con Vox.
Con el objetivo de obligar al Ejecutivo a dar marcha atrás, la comunidad musulmana ceutí y los partidos políticos que la representan han pedido ayuda a Marruecos tras no obtenerla del Gobierno de Sánchez ni de Felipe VI. Hablan del "hermanamiento y el arraigo" con el país vecino.
La decisión
Para decretar el “no” a la fiesta, el alcalde-presidente de Ceuta dice haberse guiado por “lo que prescriben los facultativos”. La decisión no ha sido secundada por el PSOE ni por los partidos musulmanes de la ciudad -Caballas y el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC)-. Esta última formación asegura a EL ESPAÑOL que “el informe técnico es el mismo que el de Melilla, donde sí se va a celebrar la fiesta”.
Efectivamente, la otra ciudad autónoma española, Melilla, recibió el viernes los primeros 1.500 corderos procedentes de la península. Además, el consejero de Economía y Políticas Sociales, Moha Mohamed Mohand, acordó con el matadero ampliar el horario para sacrificar los animales y ordenó aumentar el número de carpas habituales que se instalan en la ciudad para guardar la distancia de seguridad.
Por eso, las asociaciones musulmanas y los partidos de la oposición en Ceuta coinciden en señalar que “la fiesta no se celebra por falta de voluntad política”.
"Ha sido por Vox"
Precisamente, en mitad de esta polémica, el 20 de julio se filtró la segunda tanda de mensajes de WhatsApp de algunos políticos ceutíes de VOX cargando contra los “moros”.
Ya se metieron igualmente en febrero con los hebreos, pero en esta ocasión también denigran a las personas hindúes, la tercera comunidad minoritaria en la ciudad. En los audios, incluso culpan a su socio, el líder del PP en la localidad, del conflicto que viven en la actualidad por haber permitido las fiestas de otras religiones en el pasado y fomentar la idea de una ciudad de las cuatro culturas.
“Ya han acabado con nosotros -los musulmanes- y ahora se meten con los hindúes. Están arruinando el destino de toda una ciudad. El cuerpo se ha aclimatado a los insultos pero hay que controlarlo; las autoridades y la policía tienen que actuar”, lamenta en una entrevista con este periódico Ahmed Subaire, presidente de la Comunidad Musulmana de España (CME) en Ceuta.
Para Subaire, que Ceuta se quede al margen tiene que ver con Vox: "Han presionado a su socio -PP- y han dicho que esta fiesta hay que suprimirla de una vez por todas, que mientras estén en el gobierno hay que eliminarla". El colectivo musulmán teme que no sea una medida extraordinaria, y que se extienda a los años venideros.
Petición a Marruecos
Esta circunstancia ha empujado a la comunidad musulmana a salir de la ciudad autónoma y dirigir una carta al ministerio de Justicia, a la presidencia del Gobierno e incluso a Felipe VI. Ruegan una intervención desde Madrid.
En el ámbito nacional, según la Comisión Islámica de España (CIE), no han recibido ninguna instrucción del Gobierno para que no se celebre la fiesta. De hecho, el presidente de esta organización mantuvo una reunión con la vicepresidenta Carmen Calvo este mes.
Tras diez días de espera y una única respuesta automatizada desde el Gobierno central, la CME ha decidido pedir ayuda al país vecino. Su delegado en Ceuta grabó y difundió un vídeo en Marruecos para informar a las autoridades, a los periodistas y a la sociedad civil de que “esta decisión no está fundamentada y se puede calificar de racista en un país aconfesional que no respeta el derecho de culto”.
Hace referencia al acuerdo de 1992 del Estado con la CIE, que rige las relaciones de cooperación del Gobierno con las comunidades de confesión musulmana establecidas en España.
Subaire va más allá e, incluso, señala que el Gobierno de Ceuta actúa así “para presionar a Marruecos por motivos políticos relacionados con los cierres de fronteras y la situación negativa que está viviendo económicamente la ciudad”.
Tras llamar a varias puertas en España sin éxito, han decidido pedir ayuda al país vecino porque "hay un arraigo, aunque no se quiera decir, de Ceuta con Marruecos, como una hermandad": "El rey Mohamed VI es el comendador de los creyentes, y también por la vecindad que tenemos".
Mientras Melilla enciende las luces de la festividad más importante del colectivo musulmán, en Ceuta preparan la documentación para querellarse contra el presidente de la ciudad. “El Tribunal Constitucional en Madrid es el que tiene que decir la última palabra para que se respeten nuestras celebraciones, costumbres y calendario de festejos porque el presidente Vivas está obrando en contra de los musulmanes”, afirma Subaire.