La tensión no deja de crecer entre los socios de la coalición de Gobierno. El último motivo de enfrentamiento es el anuncio de Pedro Sánchez de que se posponen todas las subidas de impuestos anunciadas para los próximos Presupuestos Generales del estado.
La noticia, que se coló de rondón en mitad de una respuesta de la rueda de prensa del martes, pilló a los responsables de Unidas Podemos con el pie cambiado, después de tres broncas previas en tres días. Y por ahora, han preferido mantener un silencio oficial, remitiéndose a lo firmado y a su discurso conocido: "Hay que ir a más ingresos, hay que hacer que paguen más los que más tienen".
Pero este periódico ha podido saber que reina la insatisfacción en las filas de Pablo Iglesias. Unidas Podemos se remite a lo firmado en el pacto sellado con un abrazo el 12 de noviembre de 2019, sólo dos días después de las elecciones, y que se sustanció en la investidura de Sánchez en la víspera de Reyes. El documento dedica todo un capítulo a la "Justicia fiscal y equilibrio presupuestario", pero según los morados, el PSOE se está quedando sólo con la segunda parte.
¿En 2023?
Y es que las palabras exactas de Sánchez este martes fueron "todos los objetivos están puestos en la recuperación económica, y cuando España recupere su nivel de PIB y empleo previo a la pandemia, tendremos el contexto y las garantías para abordar esa reforma estructural, para que los que más tienen más contribuyan".
Pero añadió más a la argumentación: que esas subidas fiscales y la creación de nuevas figuras impositivas tendrían como objetivo "equilibrar las cuentas a medio plazo, dados los niveles de déficit y deuda en los que nos hemos visto obligados a adentrarnos por causa de la crisis socioeconómica provocada por la Covid".
Según el calendario que dibujó el presidente para la recuepración, España no llegará a sus niveles de renta previos a la Covid hasta 2023. Sería entonces cuando su Gobierno impulsaría la reforma fiscal... pero, si llega, ése es el año de las elecciones generales. Nadie imagina a un presidente candidato vendiendo una subida de impuestos en los mítines para revalidar mandato.
Entretanto, Iglesias ni siquiera ha abandonado su empeño en el "impuesto a los ricos" que ya le despreció Sánchez en la comisión de reconstrucción del Congreso. El presidente le negó a su socio la posibilidad de llevar esa idea al Consejo de Ministros, a pesar de que era una de las banderas electorales del partido. Y después de que la despreciara públicamente la ministra de Hacienda, finalmente se quedó fuera del documento conjunto de las dos formaciones.
El déficit como solución
La idea de los morados es una muy distinta a la del jefe del Gobierno. El déficit, lejos de ser un problema, es una solución. Así, según el último documento interno redactado por Nacho Álvarez, secretario de Economía de Podemos y secretario de Estado de Derechos Sociales, "necesitamos una nueva perspectiva sobre las finanzas públicas, con un enfoque menos dogmático sobre el déficit, que reconozca su papel para recuperar el crecimiento económico".
Y es que para Podemos, "esta crisis nos va a situar también ante nuestras propias debilidades fiscales, que se encuentran sobre todo en el lado de los ingresos". Y para conseguir que entre más dinero en las arcas del Estado, "lo imperioso es cerrar paulatinamente nuestra brecha de recaudación con la UE", porque según los morados "los ingresos públicos en España siguen estando siete puntos del PIB por debajo de la media europea".
Éste es un argumento que ya había utilizado Sánchez en varias ocasiones. Pero tres elementos han coincidido en el tiempo antes de que cambiara de discurso.
Uno, las condiciones impuestas por Bruselas para que España acceda a los 140.000 millones del fondo de recuperación. Dos, las reuniones con Ciudadanos para lograr su apoyo a los Presupuestos. Y tres, las presiones de los empresarios, quienes en los últimos actos conjuntos le dijeron públicamente que "no es el momento de tocar lo que funciona", por la reforma laboral, "ni de subir impuestos".
Reforma también en Europa
Y éstos son precisamente, las patronales y las grandes fortunas, los enemigos del vicepresidente Iglesias y su formación política. Las fuentes internas de Unidas Podemos se limitan a remitirse a "la posición que venimos manteniendo, que es conocida por todos".
Negro sobre blanco, significa que "la mejor vía para reforzar la capacidad recaudatoria y la progresividad de nuestro sistema fiscal es acabar con los privilegios fiscales de los que disfrutan los grandes grupos empresariales, los grandes patrimonios y las rentas más altas".
Y además, a pesar de remitirse a lo firmado entre PSOE y Podemos, la reforma fiscal que desea Iglesias es incluso más ambiciosa.
El último documento económico del partido termina planteando que España active "de forma inmediata la cláusula de excepcionalidad" de la ley de estabilidad presupuestaria. E incluso reclama al Gobierno que vaya a Europa a "impulsar una reforma de las fracasadas reglas fiscales", es decir, acabar con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.