Coincidiendo con el último día del plazo legal que establece la Constitución para presentar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, la ministra de Hacienda hizo un importante anuncio aunque no presentara aún las esperadas cuentas públicas. María Jesús Montero anunció que eliminará las reglas fiscales para 2020 y 2021. Es decir, que Estado, las Comunidades Autónomas, las entidades locales y la Seguridad Social tendrán 'barra libre' para gastar.
Esta decisión puede suponer el espaldarazo definitivo para los primeros Presupuestos de un Gobierno de Pedro Sánchez, que serán los de 2021. Más allá de su contenido, precisamente la contención del gasto a la que obligan todavía las reglas fiscales ha generado muchas fricciones con los independentismo, los nacionalismos y los regionalismos, socios "preferentes" para PSOE y Unidas Podemos. Lo que llaman "la mayoría de la investidura".
Fuentes del Ministerio de Hacienda sugirieron este miércoles que el techo de gasto y la "tasa de referencia" que este año sustituirá al objetivo de déficit -desaparecido por la decisión de Montero como necesidad y como trámite parlamentario- irán el próximo martes al Consejo de Ministros.
Con eso se da el pistoletazo de salida a la tramitación de los Presupuestos. Y las mismas fuentes añadieron que "la negociación con los grupos no se prolongará, no tardaremos", dando a entender que "la mayoría de la investidura" ya está armada. Y, consecuentemente, que el apoyo de Ciudadanos no será necesario.
Ese camino hacia la "coalición frankenstein", como la bautiza la oposición, se sigue despejando, cumpliendo con el vaticinio de Pablo Iglesias, que aseguró que "el plan A es el de los socios naturales, somos incompatibles con Cs y el presidente lo sabe".
Y es que fuentes parlamentarias de Bildu confirmaban a este periódico que la presencia de los de Inés Arrimadas en la foto "no es posible si Sánchez quiere las cuentas tengan apoyos progresistas". De la misma opinión eran diputados del PDeCAT y otros grupos regionalistas consultados por EL ESPAÑOL. "Hablan mucho pero no negocian, queremos ver las inversiones que hay"... en el territorio de cada uno, decían los diversos diputados regionales.
En todo caso, los independentistas vascos exigirán ver los números "y que en ellos haya una reforma fiscal, que es imprescindible". Precisamente, el aplazamiento de las subidas generalizadas de impuestos "hasta que volvamos al crecimiento" fue el señuelo que lanzó Sánchez antes de sus vacaciones para abrir la vía de Cs. Un anuncio que se sumó a reuniones con la vicepresidenta Carmen Calvo que soliviantaron a Iglesias.
Remanentes para los territorios
Con la decisión de Montero, asimismo, se suprimen tanto los objetivos de déficit y de deuda pública como la regla de gasto. Así, los Ayuntamientos podrán recurrir a los ahorros que han logrado en los últimos años para activar medidas contra el coronavirus.
Se trata de unos remanentes por valor de 15.000 millones de euros que Hacienda todavía no había dado con la tecla para liberarlos. De hecho, ésta fue una de las broncas más graves en el seno de la coalición que llevó, incluso, a la derrota del Ejecutivo en la convalidación del decreto en el Congreso.
La eliminación de las limitaciones de gasto, sobre todo en el caso de las entidades locales, cambia el panorama. Allanará el cambio con formaciones que habían criticado duramente la situación en las que se había dejado a los Ayuntamientos, como ERC y EH Bildu, e incluso permitiría ganar aliados inesperados.
Este es el caso por ejemplo, de Junts per Catalunya y PDeCAT, cuyos integrantes celebraron el anuncio de Montero. De hecho, Ferran Bel, portavoz económico de los que no se han ido con Carles Puigdemont -y quieren ser vistos como los nuevos independentistas cabales-, siempre ha defendido que su voto variará de las propuestas que incluyan las cuentas.
Por otro lado, también se le facilita el camino a Compromís. La formación valenciana había pedido al Gobierno a cambio de sus apoyos (en investidura y en Presupuestos) la anhelada reforma de la financiación autonómica, cuyo retraso ya está confirmado. Sin embargo, la suspensión de las reglas fiscales podría apaciguar a los de Joan Baldoví.
PNV, socio preferente
PNV también había pedido la flexibilización de la regla de gasto, y su desaparición colma las aspiraciones de los municipios que están bajo su bandera. De hecho, la comunidad vasca -que gobiernan los peneuvistas en coalición con el PSOE- es la primera que ha tenido la oportunidad de conocer la "tasa de referencia" que va a sustituir al objetivo de déficit.
Si bien el objetivo de déficit supone el límite de números rojos a los que puede aspirar una autonomía, con la supresión de las reglas fiscales para este año y el siguiente este techo desaparece. A cambio, el Gobierno ha decidido crear una "tasa de referencia" que debe orientar el gasto de las Comunidades Autónomas en déficit y deuda pública, aunque también puede decidir ignorarla.
Esta cuestión se abordará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebrará el próximo lunes, así como los fondos con los que contarán las regiones en 2021 y cómo se podrán financiar: ya sea a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) o saliendo a los mercados, con el permiso previo del Ministerio de Hacienda.
País Vasco ya conoce su "tasa de referencia", después de la reunión que ha celebrado la Comisión Mixta del Concierto Económico entre el Estado y Euskadi este mismo miércoles.
Así, a País Vasco se le asigna un déficit del 2,6% del PIB autonómico en 2020 y del 2,2% en 2021. Mientras, sus referencias en deuda pública se sitúan en el 16,3% en 2020 y en el 16,9% en 2021.
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