Acababa la sesión matinal en el Congreso pasadas las 15.00 horas, después de más de una escuchando a Ignacio Garriga y más de dos atendiendo al candidato en la moción de censura, Santiago Abascal. Después de la respuesta también de largo recorrido del presidente en ejercicio, Pedro Sánchez, la réplica del líder de Vox, la contrarréplica, la dúplica... y la fatiga de todos los presentes.
Pero después de insultos, invectivas, descalificaciones y todo un elenco de epítetos intercambiados de un lado al otro del Hemiciclo, aún quedaba una sorpresa: el manifiesto.
Los grupos políticos que conforman eso que se ha dado en llamar "la mayoría de la investidura" últimamente parecen apuntarse todos juntos a un bombardeo. Sobre todo si es a Vox o al PP... o a ambos juntos.
Jaume Asens, presidente del Grupo Confederal de Unidas Podemos - En Comú Podem- Galicia en Común (pero, sobre todo, hilo de unión entre la izquierda radical estatal y los movimientos separatistas) había vuelto a obrar el milagro: su sello se unía al de su compañero de coalición, el PSOE, pero también al de Bildu, la Cup, Esquerra, Junts... es decir, el Gobierno de España proclamando su "defensa de la democracia" de la mano de quienes no condenan a ETA, una agrupación antisistema y dos partidos cuyos dirigentes están en la cárcel por sedición.
"Somos una nación"
Este club de los demócratas que excluía al Partido Popular, a Ciudadanos y, por supuesto, a Vox, es el producto de una semana de trabajo de Asens. El cabeza de lista de EnComú-Podem en las últimas generales se autodenomina "soberanista", aunque más parece un indepe infiltrado, por su discurso "habitual -"somos una nación y tenemos derecho a decidir"- y por su trabajo en la sombra durante la huida de Carles Puigdemont tras el golpe del 1-O.
En todo caso, es el muñidor del papel, que también reunía los logotipos de los independentistas gallegos del BNG, del nacionalismo posibilista del PNV, el regionalismo procatalanista valenciano de Compromís y la escisión errejonista de Más País.
Fuentes del entorno de Asens explican a EL ESPAÑOL cómo fue el proceso para volver a reunirlos a todos, después de que a finales de septiembre ya suscribieran otro manifiesto "contra el bloqueo de las instituciones". Entonces, el objetivo señalado era el PP de Pablo Casado, por sus reticencias a pactar la renovación del CGPJ mientras Podemos esté en la mesa "por sus ataques a las instituciones, especialmente a la Corona".
Fueron aquellos grupos los que luego, uno por uno, comprometieron su apoyo a la reforma del sistema de elección del Consejo del Poder Judicial que rebaja la mayoría necesaria en las Cortes, lo que ha merecido las advertencias de la UE y el GRECO.
Objetivo: Presupuestos
"Sí, fue Jaume el que empezó a liderar este nuevo manifiesto", relatan las citadas fuentes. "Tenía claro que había que dar un mensaje transversal contra esta moción, más allá de las intervenciones del pleno. Y desde hace una semana aproximadamente, poco a poco fue hablando con los distintos grupos".
Hace tres semanas se hizo circular aquel papel, bajo el apelativo de manifiesto, que inauguraba una nueva técnica parlamentaria -la de decir las cosas todos juntos pero sin valor jurídico alguno para estar donde el ruido, pero no comprometerse formalmente a nada-. El trabajo de fondo tiene un solo objetivo, confesado desde las filas de Unidas Podemos: ir cimentando la mayoría para sacar adelante los Presupuestos de 2021.
"Asens tiene buena relación con los grupos pequeños y con el PSOE también, así que en ese sentido, fue fácil", aclara una de las colaboradoras del líder catalanista morado. Ya explican las fuentes moradas que "estas cuentas públicas no se las quiere perder nadie", lo que está allanando el camino.
Que el objetivo es ir generando confianza entre los 194 diputados representados por esos 10 grupos para las negociaciones finales de los Presupuestos se demuestra en otro detalle: aunque se llamara Manifiesto en favor de la democracia, y el objeto de sus ataques fueran "los discursos racistas, xenófobos, machistas [...] de la extrema derecha y la derecha extrema", nunca se invitó a Ciudadanos o al PP a participar.
"Pedíamos no dar apoyo a una fuerza como Vox", apunta esta misma fuente como argumento, "y en su caso, ya se cumplía en algunos gobiernos".
El camino está bastante andado, según confiesan desde las filas de Unidas Podemos. El presidente le prometió a Pablo Iglesias a finales de verano que "el plan A para sacar los Presupuestos será la mayoría de la investidura", explican, más allá de que ésta nunca existiera -por ejemplo, Bildu y ERC no votaron a favor de Sánchez en enero-. Y fuentes del Gobierno auguran "una negociación rápida con los grupos" en lo tocante a las cuentas de 2021, como si ya la tuvieran avanzada con concesiones más políticas que económicas.
Aun así, el texto hecho público este miércoles "para dar una mirada en positivo" sufrió "algunos retoques" durante la semana en que se ha ido gestando. "Había bastante unanimidad en que había que haber una acción colectiva", concluyen las fuentes. "Si ha habido retoques, han sido mínimos, moldearlo nada más, porque había mucho acuerdo en los ejes" entre todos los firmantes.