Hacia muchos meses, años quizá, que el PP no vivía un momento de euforia como el actual. El discurso de Pablo Casado del pasado jueves, en el marco de la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez, mostró dimensiones del presidente del PP que muchos en el partido desconocían que existían y que apenas unos pocos intuían.
Y entre esas dimensiones, la de killer de la política. Una faceta que ha salido a relucir dos veces en poco más de dos meses -la primera fue en agosto, con el cese de Cayetana Álvarez de Toledo- y que parece indicar que Casado, al que se había llegado a acusar de dubitativo y de carecer de un proyecto propio, ha decidido despejar cualquier escepticismo que pudiera albergar el PP respecto a su capacidad para el liderazgo.
Pero el discurso del presidente popular, uno de los más contundentes, e incluso despiadados, que se han podido escuchar en el Congreso de los Diputados, no llegará libre de costes. Según muchos de los cargos del PP consultados por EL ESPAÑOL, Casado ha optado por el camino más valiente, pero también el más difícil.
El más difícil y el que más le obliga de cara al futuro. Como en toda apuesta arriesgada, el premio a ganar es enorme y podría acabar con Pablo Casado en la Moncloa. Pero también implica riesgos. Y entre ellos, el de que Vox decida romper puentes con Casado, dolido por lo que ha sido percibido entre sus seguidores en las redes sociales como una innecesaria humillación a Santiago Abascal y sus votantes.
Valiente y atrevido
"Lo que ocurrió el jueves es excepcional" dice un diputado popular. "Esto no se había hecho nunca. Antes, si la moción no iba contra ti o no tenías nada que ganar con ella, te abstenías. Es lo que hizo Pedro Sánchez en la de Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy. Y es lo que hizo el CDS con la de Hernández Mancha, dejándole tirado. Así que esto que ha hecho Casado es muy novedoso. Ha sido muy valiente y muy atrevido".
Pero la valentía, como la nobleza, obliga. Y si algo tiene claro el partido es que el escenario ha cambiado por completo. "Este movimiento tiene sentido si nos acabamos comiendo a Ciudadanos. Porque el objetivo son ellos, no Vox. Fíjate en un detalle. A nadie le ha importado lo que ha dicho Inés Arrimadas. Ha desaparecido. Lo que ha quedado es su imagen suplicando al PSOE que le permita apoyar el estado de alarma".
En el PP se habla ya, en definitiva, de las consecuencias del discurso de Casado en su relación con Ciudadanos. Porque el movimiento de Casado es doble. Al separarse de Vox y centrar el partido, el PP se ha metido en territorio naranja.
"El discurso de Casado tendrá, o debería tener, consecuencias. Y la primera es en Cataluña" afirma una diputada popular. "Si queremos ocupar su espacio, lo lógico es que nos repartamos las zonas de influencia. Para ellos Cataluña, quizá con un España Suma que se concretaría en Navidad, y para nosotros todo lo demás". Muy pocos en el PP creen, sin embargo, que Carlos Carrizosa sea un buen candidato a la Generalidad.
El voto inútil
El segundo paso, tras la fagocitación de Ciudadanos, llevaría al PP hasta los terrenos electorales de Vox. "¿Y ahora qué?" se pregunta retóricamente la diputada anterior. "Tres años, o los que quiera Sánchez, para convencer al votante de Vox de la inutilidad de su voto. Con el añadido, no menor, de lo difícil que te lo va a poner Vox en aquellos sitios donde gobernamos gracias a su infinita bondad".
El sentir general en el PP es el de que Vox no va a romper ninguno de los gobiernos del PP a los que apoya. Pero casi nadie duda de que sí van a apretar con temas, sobre todo relativos a la guerra cultural, en los que los de Santiago Abascal han estado hasta ahora mirando hacia otro lado. Temas relacionados con el feminismo, con la memoria histórica, con el aborto o con la eutanasia. El incremento de la tensión se da por seguro.
"Abascal no es consciente de lo malo que fue su discurso" dice una tercera fuente del grupo parlamentario popular. "Pero en Vox han logrado captar a una parte de la derecha pensante que ahora mismo no está captando el PP desde que FAES desapareció. Porque la fundación del PP [Concordia y Libertad, creada por Casado en 2018, presidida por Adolfo Suárez Illana y heredera de FAES] no ejerce de think tank del partido".
La falta de peso del partido, en comparación con el PP de Mariano Rajoy o de José María Aznar, es otra de las dudas que amenaza a Génova. "Hay un problema. En Vox y Ciudadanos hay ahora mismo gente más formada que en el PP. Hay más abogado del Estado por metro cuadrado, para que nos entendamos. Si tú ofreces gestión has de enseñar gestores, no chavales de Nuevas Generaciones".
Reagan y liberalismo conservador
Más allá de Madrid, el discurso de Casado ha sido recibido como agua de mayo. En el PP vasco la euforia era palpable. "El discurso fue muy bueno. Bien argumentado y bien estructurado para justificar el no. Las réplicas aún mejores, al alcance de muy pocos. Pero es que Casado es de los mejores oradores que ahora mismo hay en el Congreso".
"El rumbo sigue siendo en realidad el mismo" añade la misma fuente. "Apostar por los principios del liberalismo conservador, que son los principios fundamentales del PP. Lo vimos cuando Casado citó el arriba y abajo de Ronald Reagan en oposición al derecha e izquierda que sigue propugnando el socialismo".
"La diferencia es más bien de cambio de tono" puntualizan en el PP vasco. "Durante los últimos años hemos preferido no entrar al trapo de las descalificaciones de Vox. Las de 'al PP se le está poniendo cara de UCD' o las de 'derechita cobarde'. El discurso de Casado fue una respuesta, acción-reacción, al órdago lanzado por Vox".
Concordia frente a polarización
También en Cataluña ha gustado el discurso de Casado. Alejandro Fernández, número uno en la región, lo confirma. "Hace dos años, Casado logró el liderazgo en el partido con un discurso memorable, y el jueves lo hizo ante la sociedad española, creando un nuevo espacio político que ahora ocupa el PP en solitario: el de la concordia frente a la polarización y el guerracivilismo del resto".
"El discurso fue fabuloso y supuso una inyección de autoestima espectacular y sin complejos" añaden desde el PP catalán, al que los sondeos auguran un buen resultado en las próximas elecciones autonómicas. "Casado mostró dónde está el auténtico liderazgo alternativo a Pedro Sánchez".
No somos Vox
Desde el Senado, fuentes cercanas al Grupo Popular recuerdan que el objetivo del PP no es competir con Vox. "Al fin Casado ha comprendido que el PP no puede ser Vox. Somos el gran partido del centroderecha y sólo así hemos ganado elecciones. Si compramos el discurso de Vox, la gente se va a quedar con el original. Ahora lo importante es no virar y seguir por ese camino".
Pero donde el entusiasmo ha sido mayor es en Génova. Una fuente cercana a la Junta Directiva lo confirma. "El discurso en términos políticos fue muy bueno porque consiguió lo que debía conseguir, que es un impacto positivo y la retención de su significado político, más que de su contenido concreto, por una parte muy amplia de la sociedad".
"El rumbo del PP sólo puede ser el de ir hacia nuevas mayorías mediante el abrazo del oso, no con un enfrentamiento a puñetazos donde no tenemos nada que ganar porque ellos son mejores en la lucha en el fango, tienen menos principios y electoralmente les renta más" añaden desde Génova.
"Y eso no se consigue si no pegas un puñetazo encima de la mesa con Vox" añaden. "Cuya reacción en redes y en mensajes, por cierto, nos ratifica en que Vox no es Podemos, pero sí actúa como ellos. Y eso es un peligro que no debemos obviar por el hecho de que sean primos hermanos nuestros".
Piel de cordero
Sí salen a relucir algunas dudas en el PP cuando se pregunta por eso que en términos coloquiales se llama 'el factor humano'. "Es el segundo divorcio en dos meses después del de Cayetana" afirman en el partido. "Porque Casado era amigo personal de Abascal. Y como en el caso de Cayetana, se ha producido un divorcio donde todos nos han visto tirarnos los trastos a la cabeza".
"Casado está rompiendo los lazos emocionales con todos los que no son sus amigos de ahora" afirma un diputado del Congreso. "Con todos los de su generación. Porque Aznar y Rajoy no cuentan, son sus mayores, son otra generación. ¿Y qué pasa cuando rompes afectos? Que te aplauden los que te apoyan mientras te va bien, y que te dejarán de aplaudir y de apoyar cuando te vaya mal".
"Casado es un killer absoluto" dicen en el PP. "Pero es un killer con piel de cordero. Hace que los asesinatos parezcan un accidente. Casado ya pasó por una primera etapa killer. Pero luego empezaron a decirle que tenía que parecer más hombre de Estado y se puso la piel de cordero de político propositivo. Ahora ya sólo le queda Isabel Díaz Ayuso de ese grupo original".
La presidenta de la Comunidad de Madrid es, precisamente, otro de los temas de conversación que sale a relucir durante las conversaciones con diputados, senadores y altos cargos del PP. "El objetivo de Pedro Sánchez es echar a Ayuso, que es casi la única amiga que le queda a Casado. Y Casado debe decidir si Ciudadanos se queda con Cataluña o se queda con Madrid" dicen desde el partido.
"Y eso debe afrontarlo ahora más solo que cuando tenía el apoyo explícito o implícito de Vox. En Madrid porque Vox tiene escaños y votos, y en Cataluña porque parece que los tendrán" añaden.
Voto pragmático
La sensación general es, sin embargo, la de que la apuesta personal de Casado saldrá bien. La confianza en el pragmatismo del voto conservador y la repulsa que provoca el Gobierno de Pedro Sánchez harán el resto, en opinión de muchos. "El voto de la derecha es bastante racional. Es el voto de la gente que no quiere que nos gobierne un puñado de locos, como ahora" dice un diputado.
"Pero no toda la derecha es racional" se contesta luego a sí mismo. "Si con el voto racional te vas a 7 millones de votos, bien. Pero tampoco tienes bastante. Entre otras cosas, porque la próxima vez Abascal te lo puede poner más difícil. El argumento de 'si no nos votas a nosotros gobernará el PSOE' tiene el recorrido que tiene. En algún momento te pueden decir 'pues me lo voy a pensar' y dejarte colgado de la brocha".
"El ejemplo es Murcia, donde Vox ganó al PP en las elecciones de noviembre" añade luego. "En abril habíamos ganado nosotros. Pero Vox nos superó en noviembre. Así que existe un riesgo murciano en la decisión de Casado. El peligro de ponerte chulo es que te digan que no".
A la pregunta de si Casado podría llegar a hacer con Abascal lo que hizo Sánchez con Iglesias –atacarle con crueldad para ganarse el voto moderado y luego gobernar con él– el PP responde "sí, pero no será fácil".
"El votante de la derecha tiene más principios, es menos amoral" afirma una diputada. "Está más sometido al principio de contradicción. El voto de la izquierda perdona más: Filesa, los Gal, los ERE… Por eso Sánchez puede decir pestes de Iglesias y luego gobernar con él. No sé si Casado lo tendrá tan fácil".
"Pero es cierto que Casado tiene gente alrededor filosóficamente sanchista, en el sentido de que piensan 'si lo hace Sánchez, ¿por qué no nosotros?'. Pero al votante de derechas hay que enseñarle algo más que sanchismo. Algo más que tacticismo y propaganda pura y dura. Porque eso es el sanchismo, a fin de cuentas" finaliza.
El instinto de Casado
La opinión más escéptica proviene, como suele ser usual, de un estratega electoral muy cercano al partido. "Pablo Casado no se cree este rumbo. Casado no cree que Vox sea ultraderecha, y no cree que Santiago Abascal sea todo lo que dijo que es. Porque muchas de las caricaturas que le hizo a Abascal encajan en su perfil. Él también tuvo cargo público desde los 23 años, cuando salió de ICADE, por ejemplo".
"El problema de las estrategias en las que uno no cree es que deben ser sostenibles en el tiempo" añade. "Ahora es probable que el ala más derecha del PP se vaya a Vox después de la humillación a Abascal. Es probable que esto se refleje en las encuestas y entonces Casado querrá volver a lo anterior. Esta estrategia sólo tiene sentido si los votantes de Vox entienden que su voto no conseguirá jamás desalojar a Sánchez".
"Los que estamos en la política, y ahí incluyo a los periodistas, somos muy cafeteros y nos lo leemos todo. Pero en última instancia los votantes ven las cosas de una forma mucho más maniquea. O a favor del Gobierno o a favor de sustituirle. Casado está haciendo esto en contra de su instinto" finaliza este estratega.