El Consejo de Ministros acaba de declarar un nuevo estado de alarma. Durará -a expensas de la ratificación del Congreso- seis meses, hasta el próximo 9 de mayo. Se trata del cuarto en democracia; el tercero desde que el coronavirus irrumpió en España.
Al contrario que en marzo, esta vez no implicará el confinamiento domiciliario, pero sí otras medidas como el toque de queda, la restricción de las reuniones sociales y la posibilidad de que las Comunidades clausuren sus fronteras.
El encierro nocturno está estipulado entre las 23h y las 6h, pero el Gobierno central ofrecerá a los Ejecutivos autonómicos la posibilidad de adelantarlo o retrasarlo una hora. Es decir, también podrían darse estas dos franjas: inicios a las 22h y a las 00h; y finales a las 5h o a las 7h. La limitación de la movilidad no afectará a las islas canarias debido a sus buenos datos epidemiológicos. Según fuentes de Moncloa, esta prohibición decaerá el 9 de noviembre, pero las Comunidades podrán rescatarla cuando lo consideren necesario.
El Gobierno reitera que su deseo es regular esta nueva etapa con el consenso del PP. Una circunstancia que todavía no se ha producido. Las conversaciones empezarán mañana mismo en una conferencia de Sánchez con los presidentes autonómicos.
El nuevo estado de alarma, tal y como indica la Constitución, tendrá una duración de 15 días. Para prorrogarlo, Sánchez necesitará el aval del Congreso. Ciudadanos y los nacionalistas ya han mostrado su buena predisposición, por lo que a priori las votaciones no serán demasiado farragosas.
Sin embargo, Moncloa pretende proponer a la Cámara una gran prórroga de seis meses -hasta el 9 de mayo- para evitar, como antaño, los debates cada quince días. Se dirimirá en el Congreso esta misma semana.
El cierre de fronteras de las Comunidades será decidido por los presidentes autonómicos, pero el paraguas jurídico -al contrario de lo que ha venido sucediendo- sí será el estado de alarma. Los barones podrán decidir un cierre total o por municipios.
"Quedémonos en casa"
Otro tanto sucederá con las reuniones sociales. El máximo será de seis personas tanto en espacios públicos como privados. Esta medida ya funcionaba en la gran mayoría de regiones españolas.
"Quedémonos en casa todo lo posible", ha arengado Pedro Sánchez. "Toda Europa ya está tomando medidas para limitar la movilidad y los contactos personales. Alemania, Francia, Bélgica, Irlanda, Italia...", ha introducido el presidente.
Pese a la aplicación del estado de alarma, no funcionará el mando único, como sucedió en marzo. Sánchez pretende que, ahora, este mecanismo sirva como herramienta a los presidentes autonómicos.
Los criterios científicos ya están pactados. Sucedió en el Consejo Interterritorial de la semana pasada y se mantendrán para decidir los perímetros y demás restricciones. En este órgano, el ministro Illa departe con los consejeros de Salud autonómicos.
El estado de alarma -según Sánchez- llega a lomos de la segunda ola: "Es una herramienta constitucional para situaciones extremas... y la situación es extrema". El también secretario general del PSOE ha clamado por la "resistencia y la moral de victoria": "Mantendremos a raya el virus".
"Sabemos más acerca de la enfermedad, tenemos provisiones y hemos acumulado una experiencia de lucha colectiva", ha tratado de tranquilizar Sánchez. "Aprobamos de nuevo el estado de alarma porque es lo más eficaz".
El final del camino, ha aseverado Sánchez, es una incidencia acumulada de 25 casos por cada 100.000 habitantes. Hoy, la media nacional se sitúa en los 368.