El 10 de noviembre es el único día del calendario en el que ETA no asesinó a nadie. Por eso todos los años, en esta fecha, se celebra el Día de la Memoria en homenaje a las víctimas de la banda terrorista.
La jornada, concebida en 2010 como un tributo a las víctimas del terrorismo, siempre ha provocado disenso institucional. No obstante, la disidencia ha cambiado de signo en las últimas ediciones: ya no son los nacionalistas ni los abertzales quienes se sienten incómodos con la celebración, sino los constitucionalistas y las propias asociaciones de víctimas.
En 2020, el Día de la Memoria se ha celebrado con la presencia institucional de Bildu y con la ausencia de PP+Cs, Vox y los colectivos de víctimas del terrorismo. Todos ellos han decidido no acudir a los actos programados por el Gobierno Vasco y sustituirlos por actos propios al considerar que Urkullu trata de "blanquear a Bildu" y de "mezclar" a las víctimas de ETA con víctimas de "violencia parapolicial".
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) considera que el Día de la Memoria "se ha transformado en una pantomima a medida de los intereses de quienes justifican el terrorismo". El organismo presidido por Consuelo Ordóñez critica que las políticas en materia de memoria del lehendakari Urkullu "omiten a los terroristas de ETA como causantes de la mayor vulneración de derechos humanos vivida en el País Vasco en los últimos 50 años".
Covite señala como motivo para excusar su asistencia un vídeo elaborado por el Instituto Gogora en el que aparecen varios jóvenes reflexionando sobre el "sufrimiento" pasado en el País Vasco sin hacer referencia a la banda terrorista y hablando de la violencia de manera genérica.
La omisión deliberada a la banda terrorista cobra especial gravedad teniendo en cuenta el desconocimiento que los jóvenes muestran con respecto a la historia criminal de ETA: el 60% de los españoles menores de 35 años no sabe quién fue Miguel Ángel Blanco.
Sin PP, Cs ni Vox
La jornada reivindicativa de este martes ha comenzado con una ofrenda floral ante la escultura Gauerdiko Iparrorratza (Brújula de Medianoche), una obra dedicada a las víctimas y que se encuentra junto a la entrada principal de la sede del Parlamento Vasco, en Vitoria.
El acto ha contado con la presencia de todos los partidos de la Cámara Vasca, a excepción de PP+Cs y Vox, que han decidido desmarcarse de la ceremonia institucional y organizar actos propios por considerar que el Gobierno Vasco trata de "blanquear a Bildu" y de "mezclar" a víctimas de distinto signo.
El Partido Popular ha organizado su propio acto ante el monolito por las víctimas del terrorismo de Vitoria. Los populares llevan tiempo desmarcados del 10-N. Concretamente, desde que el Partido Socialista de Euskadi cedió a las exigencias de la izquierda abertzale para hacer el acto extensivo a "todas las víctimas", en referencia a quienes padecieron abusos policiales y torturas.
Una fórmula que desde el PP entienden que sirve para blanquear el terrorismo de ETA y que compra el relato torticero que afirma que en el País Vasco hubo un conflicto entre dos bandos. En un principio, a iniciativa de PSE y PP, la jornada reivindicativa ya reconocía a las víctimas de ETA, las provocadas por los GAL y el Batallón Vasco Español.
Por todo ello, el presidente de PP+Cs, Carlos Iturgaiz, ha subrayado la necesidad de "mirar al pasado para no olvidarlo". Esto pasa por entender que los terroristas "eligieron serlo" y las víctimas sufrieron una violencia que no merecían. De esa forma, Iturgaiz ha expresado su rechazo a otorgar "un trato igualitario a víctimas y verdugos".
Además, en referencia a la participación de EH Bildu en los actos organizados por el Parlamento y el Gobierno Vasco con motivo del Día de la Memoria, el candidato popular a la Lehendakaritza ha rechazado la presencia en este tipo de ceremonias de quienes "siguen apostando por la apología del terrorismo".
La única parlamentaria vasca de Vox, Amaia Martínez, tampoco ha asistido al acto del Parlamento por no compartir la "equidistancia entre diferentes víctimas que parece defender quien convoca". La formación de derecha radical ha organizado también su propio acto en Bilbao, ante el monolito en memoria de las víctimas del terrorismo.
Ahí, Amaia Martínez ha defendido que el Día de la Memoria debe ser un homenaje para las víctimas del terrorismo y para decir "no" al "blanqueamiento" de ETA y "no" a "equiparar todo tipo de violencias como se ha hecho", a su juicio, en la ceremonia institucional que se ha desarrollado en el Parlamento Vasco.
"Hubo otros terrorismos"
Por la tarde, el Gobierno Vasco ha celebrado un acto en la sede de Gogora, en Bilbao, con el lema "mirar hacia atrás para seguir adelante". El lehendakari Iñigo Urkullu ha presidido el acto junto a los vicelehendakaris, Josu Erkoreka e Idoia Mendia, y los representantes de los partidos vascos, a excepción del PP que tampoco han acudido.
En el acto central de la jornada, Urkullu ha asegurado que "ETA persiguió, secuestró, amenazó y extorsionó", pero que también "hubo otros terrorismos y vulneraciones de derechos humanos que se produjeron al amparo de estamentos del Estado".
"Somos y queremos ser un País con memoria", ha proclamado el líder jeltzale, que ha agradecido a los jóvenes su testimonio "no contaminado, limpio y nuevo". "Las generaciones jóvenes tienen el derecho a saber que en este país se mató por pensar diferente, que existió el terrorismo de ETA y que provocó más de 850 víctimas mortales", ha zanjado.
También la directora del Instituto Vasco de la Memoria, Aintzane Ezenarro, se ha manifestado sobre la ausencia de la oposición de centro-derecha en los actos institucionales, afirmando que "cada uno tendrá que explicar por qué no está donde antes sí ha estado en algún momento".
En una entrevista concedida este martes a Radio Vitoria, Ezenarro ha sostenido que la violencia de ETA debe tener un análisis específico, pero sin hacer por ello "distinciones entre víctimas".