Cuando todavía Donald Trump no creía en el coronavirus y aseguraba que no era más peligroso que la gripe, tomó estas dos decisiones, una en clave electoral y otra sensata: habilitar un crédito de 850.000 millones de dólares para "que los afectados tengan pronto dinero en sus bolsillos" y cancelar la visita de Estado a EEUU que los Reyes de España tenían prevista para el 21 de abril.
Ambos anuncios llegaron el 17 de marzo, a un mes de que Felipe VI y Letizia debieran desembarcar en Washington. Una reacción previsora que canceló un acontecimiento que habría colocado a España en un podio curioso, dada la animadversión imperante entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el del mandatario republicano.
Los Monarcas españoles habrían sido los terceros -sólo los terceros- en protagonizar lo que se conoce como una visita de Estado, el más alto rango de los encuentros diplomáticos. Suelen caracterizarse por una estancia de varios días bajo los servicios de la Casa Blanca, cenas de gala y actos protocolarios de alto nivel. Trump sólo le había dado ese rango a encuentros con el presidente francés Emmanuel Macron, en abril de 2018; y con el primer ministro australiano, Scott Morrison, en septiembre de 2019.
Felipe VI sí se reunió con Trump en junio de 2018, pero fue un encuentro de menor categoría diplomática: una reunión de hora y media en el despacho oval.
Ahora, Moncloa trata de que el nuevo presidente, Joe Biden, asuma como propio el compromiso que dejó pendiente Trump. Exteriores ya ha empezado a mover los hilos para que el viaje de don Felipe y doña Letizia se retome y ésta sea una de las primeras visitas de Estado que reciba el mandatario demócrata.
"Es prematuro planificar visitas en la semana de la toma de posesión", explican fuentes del Ministerio de Arantxa González Laya a este periódico, "porque hay todavía una serie de procesos de ratificación de los máximos responsables", como el interlocutor con el que deba tratar la diplomacia española y el equipo que dirija las relaciones internacionales estadounidenses. "Pero los Reyes tenían una invitación de Trump para una visita de Estado y la Covid no lo permitió. Queremos que se pueda retomar".
Epicentros del virus
El entonces presidente de Estados Unidos ni se planteaba aparecer en público con la mascarilla pese a que Nueva York -puerto y aeropuerto de entrada desde Europa- se convertía en "el epicentro" de la Covid con una curva que parecía ese muro que él mismo construía en la frontera con México. Entretanto, España ya estaba en estado de alarma, la Casa Real suspendía su agenda y se cancelaba una de las citas clave del año.
En todo caso, habría sido imposible realizar el encuentro, ya que el mundo se había detenido, los viajes intercontinentales estaban prohibidos, los Reyes vivían confinados en Zarzuela y España pasaba por lo peor de la pandemia.
Nuestro país ya rebasaba la barrera de 200.000 casos confirmados, superando a Italia, hasta entonces el peor país de Europa, y sólo por detrás de los 700.000 de EEUU en el mundo, pero con mayor incidencia acumulada (134 frente a 126).
"Para que EEUU y España continúen dedicando sus recursos y atención completa a la respuesta al COVID-19, la visita de Estado a la Casa Blanca de sus majestades el rey Felipe VI y la reina Letizia de España ha sido pospuesta", informó la Casa Blanca en un comunicado.
"El presidente Donald J. Trump y la primera dama Melania Trump desean dar la bienvenida a Sus Majestades en el futuro próximo", agregó la nota. Por último, el comunicado remarcó que "EEUU continuará trabajando con España y todos nuestros socios europeos para minimizar la pandemia del coronavirus".
Recolocarse en la agenda
Ahora, en plena tercera ola, todos los países tratan de una manera diferente su relación con el virus. "Hemos aprendido", explican las fuentes gubernamentales. Pero lo cierto es que las economías tampoco se pueden permitir mayores parones, y con la llegada de las vacunas -que en marzo de 2020 aún ni se imaginaban tan pronto- los dirigentes políticos tratan de equilibrar los mensajes de prudencia con las necesidades de mantener las relaciones internacionales engrasadas.
Así, "la Covid influye mucho" y España tampoco puede aspirar a acelerar los procesos, "pero los contactos van a ser muy importantes". En un contexto en el que la pandemia convierte los movimientos internacionales en "muy limitados", Exteriores confía en aprovechar las "varias citas europeas y transatlánticas" de los próximos meses para consolidar la cercanía personal e ideológica entre ambas administraciones.
Por ejemplo, y a pesar de desavenencias y desaires públicos, el Gobierno de Sánchez sabe que en Washington, incluso en tiempos de Trump, ha habido dos asuntos concretos en los que España es tomada especialmente en cuenta. Defensa, seguridad y antiterrorismo, por un lado, y el "asunto venezolano", por el otro.
Desde la "buena noticia" que supuso para Moncloa la victoria de Biden en noviembre, Exteriores ya se ha puesto a trabajar para ofrecer una "relación especial" a Washington con nuestro país, como un socio "leal y solvente". Y por supuesto, se pretende liderar "un plan que reunifique a la oposición democrática" contra la tiranía de Nicolás Maduro en Venezuela.
"En ambos campos, sabemos que la voz de España es escuchada a un lado y al otro del Atlántico", recuerdan en Exteriores. La visita de Estado de los Reyes sería una oportunidad perfecta para visualizar esa alianza, y una ocasión inigualable para estrechar lazos. Pero antes hay que tomar posiciones.
Citas que aprovechar
La agenda de González Laya, sin fechas aún, tiene hitos apuntados. Para empezar, Bruselas: al llegar un nuevo presidente de EEUU, éste se suele reunir con los líderes de la OTAN y la Unión Europea. Después, Cornualles: Reino Unido lidera este año el G7, y la cumbre se celebra -si el virus no la impide- el próximo junio en este condado del suroeste de Reino Unido.
"Además, hay más citas multilaterales", recuerdan en Exteriores, "la reunión ministerial de la OTAN, en febrero; la de ministros de Exteriores en Riga a finales de marzo o principios de abril...".
Son todo citas de la agenda internacional que "propician saltos transatlánticos" y contactos bilaterales. "Todos estamos interesados en estos encuentros", admite el Ministerio, "pero el calendario se ve afectado por la situación de alarma". No hay que olvidar que ahora mismo Europa es zona roja, y por ejemplo, la mayoría de las cumbres del Consejo Europeo se hacen de manera telemática.
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