Pedro Sánchez ha aprovechado su comparecencia en el Congreso para dar cuenta sobre su gestión de la pandemia para importar a la lucha contra la Covid el nuevo ambiente que parece imprimirse a la política: sigue coaligado con Pablo Iglesias pero no dejan de pelearse, y sigue peleado con Pablo Casado pero llega a acuerdos institucionales de calado con él. "La sociedad está exhausta, pide generosidad", sentenció.
En plena negociación de la renovación del CGPJ, RTVE Tribunal Constitucional y Defensor del Pueblo... con un nuevo ambiente entre el PSOE y el PP y mientras Unidas Podemos no deja de buscar motivos de bronca interna en el Gobierno con los socialistas, Sánchez se erigió por encima de las peleas políticas y pidió adhesión en la batalla contra la Covid: "Pido lo que ofrezco, unidad".
El presidente acudía al pleno del Congreso este miércoles por segunda vez, a los cuatro meses de la declaración del estado de alarma. Antes de la sesión de control, el jefe del Gobierno se presentaba con la campaña de vacunación ya casi a velocidad de crucero -más de un millón de personas con la pauta completa y más de 3 millones con ella iniciada- y al día siguiente de que España saliera del riesgo extremo por la Covid, bajando de 250 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 15 días.
En este sentido, su discurso recordó al de hace ahora dos meses. El pasado 16 de diciembre, Sánchez pasaba el primer examen y pedía cautela "para evitar una tercera ola, está en nuestras manos". Aquel día anunció 20 millones de vacunados para mayo... ahora sostiene que será el 70% de la población para verano.
En este miércoles, su discurso fue calcado: "No hay que bajar la guardia, debemos evitar la cuarta ola", dijo. Al tiempo que comprometió que "España va a recibir cuatro veces más vacunas en el próximo trimestre". El presidente prometió que "estamos viendo el fin de la pandemia" y anunció herramientas sin precedentes para ello.
Red de seguridad
Quizás aprovechando este ambiente, algo más relajado en lo sanitario, el presidente no inventó nuevos guiones, sino que optó por repetir los argumentos manidos del último año: apeló a los aplausos en los balcones, recordó el cambio de paradigma social, agradeció a los que estuvieron en la primera línea de lucha contra la pandemia... y, de nuevo, llamó a la unidad.
En todo caso, al día siguiente de la celebraciónde la victoria de la democracia sobre el golpe del 23-F, Pedro Sánchez, en esto también, no improvisó: volvió a aplicarle palos al PP como mejor modo de pedirle apoyo. "Esa unidad que fue posible a nivel territorial, con las conferencias de presidentes y el Consejo Interterritorial de salud; a nivel europeo, con el acuerdo del pasado mes de julio para el fondo de recuperación; a nivel social, con el compromiso y el comportamiento disciplinado de la población... pero que no fue posible a nivel político aquí en el Parlamento".
El presidente presumió de las medidas de apoyo económico a empresas y trabajadores. Y en esto sí dejó ver un viraje. Ya no le llamó "escudo social", como hace Pablo Iglesias, a los 16.000 entregados a las CCAA en fondos Covid, o a las decenas de miles de euros gastados en los ERTE... Esta vez recogió la terminología de Nadia Calviño: "Es una red de seguridad que ha protegido la economía, la modernizará y mantendrá los empleos en riesgo y creará nuevos".
Y es que el presidente también anunció un nuevo paquete de ayudas directas a las pymes y autónomos por valor de 11.000 millones de euros. "Nuestra red de seguridad ha funcionado, y ahora hay que reforzarla para proteger los empleos y prepararnos para crear nuevos, gracias a los fondos europeos de reconstrucción", dijo.
Antes, había repasado el año del virus. En poco más de un año, dijo, el mundo ha perdido a 2,5 millones de personas. La Covid nos ha enseñado que hay que cambiar nuestro modelo de vida y de consumo... "y la trascendencia de los servicios públicos, e incluso a acelerar las reformas que teníamos previstas".
Sánchez dijo que en tres años va a crear 850.000 puestos de trabajo "de calidad", gracias al Plan de Recuperación. Con los fondos europeos, "que hay que saber gestionar" el presidente prometió aprovechar las herramientas de solidaridad "para no dejar a nadie atrás, impulsar la formación y reformar nuestro modelo productivo".
El líder socialista cerró su intervención "agradeciendo el ingente trabajo de los dos grupos, PSOE y Unidas Podemos", como única concesión a su socio morado que, hoy sin traje y con el ceño fruncido por los "incumplimientos del PSOE", le escuchaba en el banco azul.