El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se ha servido de la nueva regularización fiscal de Juan Carlos I para justificar que no aplaudió el discurso de Felipe VI en el acto en el Congreso de los Diputados por el 40 aniversario del golpe de Estado del 23-F y también para ajustar cuentas con quienes sí lo hicieron.
"La pregunta no debería ser por qué nosotros no aplaudimos ciertas cosas, sino por qué aplauden los demás", tuiteó este jueves tras conocer la noticia, que avanzó en exclusiva EL ESPAÑOL: 'Juan Carlos I plantea una segunda regularización fiscal por los pagos de su primo Álvaro de Orleans'.
El rey emérito, detalla la información, ha planteado a la Agencia Tributaria llevar a cabo una nueva regularización fiscal tres meses después de haber presentado una primera "declaración fuera de plazo sin requerimiento previo" mediante la que abonó a la Hacienda Pública 678.393,72 euros por las donaciones recibidas del empresario mexicano-británico Allen Sanginés-Krause.
Esto se conocía apenas dos días después del controvertido 23 de febrero, en el que Iglesias fue protagonista, además de por su no aplauso, por cargar contra Juan Carlos I apenas unos minutos antes del acto, subrayando que "hay muchos ciudadanos a los que les llama la atención que en este país se pueda ir a la cárcel por hacer un tuit o una canción y que el anterior jefe del Estado esté huido en los Emiratos Árabes".
En el acto en cuestión, Felipe VI ensalzó el papel de su padre aquel crítico 23-F de de 1981: "Y ante aquella inaceptable fractura del legítimo y legal orden democrático, el Rey Juan Carlos I asumió como jefe del Estado su responsabilidad y su compromiso con la Constitución. (...) Su firmeza y autoridad fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia".