"Aunque lamentamos profundamente que Reino Unido haya dejado la Unión Europea, respetamos esta decisión y queremos tratar de aprovecharla al máximo". Pedro Sánchez es puro "pragmatismo" y no sólo lo admite, sino que lo considera "un buen ejemplo" porque, al menos en Gibraltar, dice que le ha dado "notables frutos" y lo quiere exportar a la relación con el Londres post brexit.
El presidente del Gobierno participó este miércoles en el simposio que organiza cada año la German Society, la asociación de estudiantes alemanes de la London School of Economics and Political Science (LSE). Y tanto en su intervención como en el posterior coloquio, el presidente del Gobierno presumió de su "pragmatismo" con Gibraltar y propuso aplicarlo a la "relación bilateral con el Reino Unido", ante el "muy alentador escenario" que se abre en la nueva etapa de las islas fuera de la Unión Europea.
El acto, celebrado telemáticamente, llevaba precisamente el título de Europe, the UK and Spain: the challenging road ahead (Europa, Reino Unido y España: un desafiante camino por delante).
En su discurso, el presidente del Gobierno repasó el último año de pandemia, desde la pérdida de millones de vidas en todo el mundo a la de cientos de miles de puestos de trabajo en España a pesar de los ERTE "que mitigaron el impacto socioeconómico y mantuvieron vivo el tejido productivo". Pero, sobre todo, celebró el acuerdo europeo para los fondos de recuperación, "que serán clave para reactivar la economía".
Una economía que seguirá relacionándose con la de Londres, dijo, "porque somos dos países que han tenido siempre intensas y privilegiadas relaciones, debido a sus lazos históricos, económicos y sociales". Así, Sánchez planteó el fin del proceso del brexit como una especie de alivio -"ha ocupado gran parte de nuestros esfuerzos bilaterales"- que, en realidad, abre paso a "una oportunidad" porque "el potencial de nuestra relación es evidente".
Sin verja, con cooperación
Y en ese punto, Sánchez sacó a colación lo que desde el Gobierno se vive como un éxito con Gibraltar. El acuerdo alcanzado entre Madrid y Londres para olvidar discusiones de soberanía y establecer "un espacio de prosperidad compartida" entre la Roca y las poblaciones del Campo de Gibraltar.
Las negociaciones, que incluyeron un encuentro bilateral inaudito entre Arantxa González Laya y el ministro principal, Fabian Picardo, recibieron todo tipo de críticas de la oposición. Después de amenazar al gobierno de la Roca con colocar una frontera, con aduana, barreras, pasaportes y hasta visados... España accedió a eliminar incluso la verja y compartir usos e infraestructuras.
Pero en el Gobierno se considera que ese "pragmatismo" ha dado "notables frutos". Y se puede calificar de "logro histórico" porque "constituyen un buen ejemplo de cómo, sin desistir de nuestros intereses y peticiones, hemos optado por la cooperación antes que por la confrontación".
Y no sólo eso, sino que Sánchez también cree que esa manera de abordar las relaciones bilaterales, obviando reproches y centrándose en el beneficio mutuo, pueden ser un "escaparate de cómo vislumbramos la relación de Reino Unido con la UE y con España".
La intervención de Sánchez estaba coordinada por la baronesa Minouche Shafik, directora de la LSE, una de las instituciones académicas de mayor prestigio internacional en el ámbito de las ciencias sociales, y copresidido por la Spanish Society.
Sánchez se ha encontrado con una pandemia en su primera legislatura completa al frente del Ejecutivo. Y, quizá por ese pragmatismo, ha sido capaz de enfocarla como una "oportunidad" para desarrollar e incluso acelerar sus objetivos. Así lo ha hecho en la implementación del programa de gobierno y así lo plantea también en las relaciones internacionales.
Por eso, defendió en su discurso que "la Covid puede ser un punto de inflexión en la cooperación internacional, que se puede reforzar para generaciones, el multilateralismo se puede beneficiar de ella".
Cinco lazos y el Erasmus
El presidente dijo estar convencido de que "necesitamos extender esta visión a nuestros vecinos y socios" y que la UE tiene que seguir liderando "el abordaje de los desafíos de nuestro tiempo". Ahí fue cuando coló sus mensajes machacones de cada alocución pública sobre la transición ecológica y digital, con perspectivas de enfoque territorial, social y de género...
Y supo engarzarlo, de inmediato, a los intereses compartidos entre Madrid y Londres: "España ocupa los primeros puestos de la lista de socios comerciales de Reino Unido", recordó.
"Reino Unido es nuestro segundo mayor inversor extranjero y nosotros somos también su segundo mayor inversor extranjero". De ahí que haya que buscar soluciones compartidas que, para el presidente español, se deben basar entres pilares: "En primer lugar, el económico; el social; y, finalmente, el académico".
Así, con el ejemplo del "enfoque de abajo arriba y pragmático" que extrae Sánchez como lección de su satisfacción en el abordaje de "la fricción de Gibraltar", el presidente propuso que España y Reino Unido estrechen exactamente cinco lazos: una nueva asociación política, una nueva asociación económica, otra en seguridad y defensa, y finalmente, una nueva asociación social y la más tangible en el día a día, "en los campos de la cultura y la educación".
Y es que la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea ha significado el fin de su participación en el programa Erasmus, con intercambios anuales de más de 4.000 estudiantes universitarios en uno y otro sentido. "Ésa es una brecha que necesitamos salvar en beneficio de nuestros estudiantes", reivindicó Sánchez.