Sánchez y Ayuso radicalizan la campaña combatiendo a fascismo y comunismo
Desde el PP hablan de "la farsa comunista", mientras el PSOE compara a la ultraderecha con los asaltantes del Capitolio.
26 abril, 2021 01:32Noticias relacionadas
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La campaña electoral de Madrid ha dado un giro y ahora todo va de extremos: o fascismo o comunismo. Los líderes de los partidos han decidido cambiar el discurso y dejar de hablar de promesas electorales para referirse a sus rivales políticos como radicales de una u otra facción.
Un Madrid en dos bloques que se ha ejemplificado de nuevo en un domingo de campaña donde las palabras "comunismo" y "fascismo" han resonado en los cuatro puntos cardinales de la región. Sólo Ciudadanos ha querido escapar del discurso aunque, a su modo, también ha caído en la trampa de los extremos.
El viraje de Sánchez, tras un proyecto con Gabilondo que parecía mirar al centro, es el más reseñable. Ha sido en un polideportivo de Getafe donde el líder del PSOE y presidente del Gobierno ha acusado a la formación de Santiago Abascal de haber cruzado "una línea" y ha señalado que él y sus acólitos suponen un "problema" para la democracia.
"Lo que está ocurriendo es algo que debemos parar de inmediato. No se trata de Madrid, se trata de nuestra democracia", ha insistido el presidente del Gobierno, después de que Vox no haya condenado las amenazas dirigidas hacia dos miembros del Ejecutivo y hacia el candidato de Unidas Podemos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias.
De hecho, tal ha sido el ataque de Sánchez que ha hecho comparaciones entre el partido de ultraderecha con los asaltantes del Capitolio. "Nos estremecemos cuando recordamos la marcha del Capitolio, pero a sus equivalentes (la gente que defiende lo mismo), les tenemos a muy pocos metros de nosotros", ha apuntado.
Es más, el PSOE ha ido aún más lejos y no sólo ha acusado de radical a Vox, señalándolo como el partido que dará la llave del Gobierno a la presidenta de la Comunidad, también a la propia Ayuso. En un mitin en Vallecas celebrado este sábado, los socialistas acusaban a la candidata del PP de ser "la verdadera ultraderecha".
En el otro lado del tablero, Isabel Díaz Ayuso. La actual presidenta de la Comunidad de Madrid hablaba de comunismo para referirse a Unidas Podemos y aseguraba que su "modelo"(en referencia al Gobierno de coalición) estaba "acabado".
Siguiendo una estrategia similar a la del presidente del Gobierno, Ayuso se enfocaba en Unidas Podemos para desprestigiar a Gabilondo. El rival político en votos (PSOE) se miraba en el reflejo de la minoría con la que podría pactar (Unidas Podemos) hasta mimetizarse prácticamente con ellos.
"El sanchismo y el comunismo han abandonado también al socialismo", ha declarado la presidenta madrileña este domingo, asegurando que el proyecto de "Sánchez e Iglesias es una farsa". Una declaración que Ayuso reitera victoriosa después de que históricos del PSOE, como Nicolás Redondo y Joaquín Leguina, hayan apoyado su candidatura frente a un Gabilondo que mira a "Pablo" como su aliado en el Gobierno de la Puerta del Sol.
El tablero
Pero las dos facciones políticas no sólo se han sentido en los mítines del PP y el PSOE, el resto de partidos también han tachado a sus contrincantes electorales de ser "radicales". Desde la Plaza de Alcalá de Henares, Santiago Abascal, culpaba a Sánchez del "engaño a los españoles" para dar el poder al comunismo.
Podemos, por su parte, elevaba su petición ante las más altas esferas y pedía a Casado "responsabilidad" ante "un monstruo de dos cabezas en Madrid alimentado por Ayuso y Abascal". Lo decía el histórico sindicalista y miembro de la lista de Unidas Podemos, Agustín Moreno.
En un mitin celebrado este mediodía en Villalba, Moreno afirmaba que votar el 4 de mayo puede cambiar las cosas, pero no votar "se puede convertir en algo peligroso si este monstruo de dos cabezas gobierna".
Desde un húmedo Escorial, el candidato de Ciudadanos intentaba alejarse del debate de quién es más extremista, pero alegando esta no diferencia. Edmundo Bal censuraba el eslogan del candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, 'Democracia o Fascismo' porque se atribuía ser demócrata y que "todos los demás son malos".
"El líder de Podemos se cree que él es la democracia y debe de ser que los demás somos todos los fascistas", ha espetado tras visitar San Lorenzo del Escorial. Ha rechazado a su vez los eslóganes "binaristas" donde solo caben "una cosa o la otra".
Entiende que este tipo de consignas como 'Comunismo o Libertad' discriminan entre "buenos y malos madrileños" y se ha postulado a sí mismo como una persona que gobernará "para todos los madrileños".