El Gobierno y sus socios nacionalistas acaban de tumbar en el Congreso de los Diputados una propuesta del Partido Popular que pedía reformar la ley de indultos para impedir que se conceda la medida de gracia a los condenados por rebelión y sedición. Los de Pablo Casado han obtenido el apoyo de Vox, Ciudadanos, Navarra Suma, Foro Asturias y PRC, pero la mayoría parlamentaria del Ejecutivo se ha vuelto a imponer.
El debate ha tenido lugar poco después de que Pedro Sánchez haya aprobado en La Moncloa el indulto a los presos del procés. La iniciativa legislativa del PP, por tanto, no habría podido revertir el perdón a Junqueras, pero pretendía que, en el futuro, no se pudiera excarcelar a quienes hubiesen cometido delitos de sedición.
El encargado de presentar la propuesta del PP ha sido el diputado Rojas García, jurista de formación, que ha mantenido un acalorado debate con el incombustible Rafael Simancas (PSOE).
El parlamentario conservador ha calificado el indulto a los presos separatistas como "uno de los actos de mayor vileza que se recuerdan en la historia de nuestro país". También ha hablado de una "alarma social sin precedentes".
"Sin ley, sólo hay jungla; y anarquía en lugar de Estado", ha apostillado Rojas García tras mencionar la intención de los indultados; el "lo volveremos hacer" entonado desde 2017 por los condenados.
El PP concibe que las palabras de Sánchez este lunes en el Liceo confirman "una demolición de sus principios éticos y morales": "Prefiere perder la honra para quedarse con el barco, pero pronto perderá también el barco".
La bancada de los populares ha roto a aplaudir cuando su diputado ha comparado a los condenados por sedición con "seres demiúrgicos" y con "dictadores": "¡A esos ha perdonado Sánchez!".
Simancas ha comenzado así su réplica: "Muchos españoles se preguntan por qué los dos grandes grupos no se ponen de acuerdo para afrontar el encaje de Cataluña. La respuesta es tan evidente como lamentable. El PSOE quiere resolver el problema, pero el PP quiere agravarlo para salir beneficiado. ¡No hay derecho!".
Las palabras de Simancas han soliviantado a la bancada popular y el presidente de la Cámara ha tenido que pedir silencio. "La agresión marroquí, el terrorismo y ahora esto. Ustedes sabotean el trabajo del Gobierno y boicotean el interés general de los españoles", ha incidido el exlíder socialista en la Comunidad de Madrid.
Sobre la reforma legislativa propuesta por el PP, ha atacado: "Ustedes dicen que los delitos más graves del código penal son la sedición y la rebelión. ¿No se puede indultar a quien organice un referéndum ilegal, pero sí a un asesino o a un terrorista?".
Responden los nacionalistas
La gota que ha colmado el vaso de la indignación en el PP ha sido esta: "Con su propuesta, no se puede indultar a los líderes del procés, pero sí a Dolores de Cospedal si acaba condenada por el caso Kitchen (...) Contribuyan a hacer país, les pido un poco de patriotismo del bueno".
En el segundo turno de réplica, Simancas se ha agarrado a la corrupción del Partido Popular para no abordar el tema de los indultos. Ha mencionado casi todos los vericuetos del caso Bárcenas y después ha concluido: "Ustedes tienen un problema patológico con la democracia".
A continuación, los socios nacionalistas del Gobierno han aireado que en España existen los "presos políticos". Desde Bildu al PNV pasando por los independentistas catalanes. También han negado que el procés fuera un delito de sedición, pese a la condena del Tribunal Supremo. "Fue un conflicto constitucional en torno a sentimientos de pertenencia", ha dicho Mikel Legarda, diputado jeltzale.
Las organizaciones catalanas no han celebrado los indultos. Míriam Nogueras, de JxCAT, ha dicho que España debe "reencontrarse con las democracias europeas". En clara alusión al "reencuentro" celebrado por Sánchez. También ha ironizado sobre la "reconciliación": "España debe reconciliarse con los derechos fundamentales".
Carolina Telechea, de Esquerra Republicana, ha asegurado que ningún movimiento independentista ha reivindicado los indultos y se ha comprometido a "seguir trabajando por la República catalana": "Hoy no acaba nada".