Sin posibilidad de preguntar y a través de seis pantallas de plasma. Así han tenido que seguir los periodistas la rueda de prensa de Pedro Sánchez posterior al Consejo de Ministros en el que el Gobierno de España ha aprobado los indultos.
Los profesionales que cubren la información de Moncloa habían sido convocados con la promesa de que "el presidente del Gobierno realizará a media mañana una breve declaración institucional, en horario todavía por determinar". Pero lo cierto es que no ha sido hasta las 14:30 horas cuando Sánchez ha comparecido ante los medios, y no exactamente del modo previsto.
Ls periodistas, que llevaban esperando cuatro horas a que terminara el Consejo de Ministros, han estallado al no poder interpelar a Sánchez: "¿Alguien podría explicarnos por qué no podemos seguir su declaración en las escalinatas de Moncloa?", "me he quedado sin primera fila de plasma", "Sánchez no responde preguntas", etc.
Llueve sobre mojado. Y es que el Gobierno de España no aceptó preguntas este lunes en el Liceo de Barcelona, cuando anunció los indultos. Tampoco en medio de la crisis diplomática con Marruecos que supuso una avalancha migratoria en Ceuta. Una situación, también, de extrema gravedad y que merecía ser fiscalizada por los medios.
El presidente, en declaración institucional, no respondió ante los periodistas cuando más de 10.000 personas entraron a través de la frontera con Marruecos, ante la pasividad de las autoridades, en respuesta a la acogida del líder del Frente Polisario Brahim Ghali, que estuvo ingresado en el Hospital San Pedro (Logroño).
Tampoco lo ha hecho ahora, cuando concede la medida de gracia a los líderes del procés condenados por sedición y malversación contra la voluntad del 80% de los españoles, de la oposición, de la Fiscalía y del Tribunal Supremo.
Parece que el Gobierno de coalición le está cogiendo gusto al "plasma" que popularizó en su día Mariano Rajoy, y que tanto criticó la izquierda. El expresidente popular compareció en una televisión de plasma con el objetivo de escabuirse de las preguntas sobre el caso Bárcenas, pero Pedro Sánchez ha tomado ahora su testigo y rehúye con inusitada frecuencia las preguntas de los periodistas.