Podemos da marcha atrás: ya no pide a Sánchez la demolición de la cruz del Valle de los Caídos
La renuncia es doble: tampoco exigirán al PSOE que Primo de Rivera salga de Cuelgamuros. Aceptarán un traslado interno que lo aleje del altar.
22 julio, 2021 02:43Noticias relacionadas
Podemos ya no reclama la demolición de la cruz del Valle de los Caídos. En 2018, la formación entonces dirigida por Pablo Iglesias exploró la posibilidad de un derribo para levantar con la grava resultante un "monumento de dignificación de las víctimas". Según ha sabido este periódico, esa reivindicación ya no existe.
Portavoces del Ejecutivo, tanto del PSOE como de Podemos, confirman a EL ESPAÑOL que la recién presentada Ley de Memoria Democrática "representa a todo el Gobierno" y que la presión para acabar con la cruz, de 150 metros de alto y casi 50 de ancho, ya no está encima de la mesa.
Pero, ¿qué ha pasado para que Podemos haya dado un giro en un tema tan sensible para su electorado como la memoria histórica? A tenor de lo contrastado por este diario, era la corriente anticapitalista -escindidos de la organización en 2020- la que empujaba a los morados en esa dirección.
De hecho, fue uno de sus líderes, Miguel Urbán, quien presentó solemnemente la propuesta sobre la cruz en el Círculo de Bellas Artes. Era septiembre de 2018. Sin embargo, el entonces eurodiputado lo hizo en nombre de todo el partido y estuvo acompañado por... Ione Belarra, la actual ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos.
El documento de 2018 se tituló "Exhumar el franquismo: recuperemos el Valle de Cuelgamuros para la democracia". Y la literalidad referida a la cruz levantada por el arquitecto Diego Méndez fue esta: "Podría demolerse y utilizar su residuo gravoso para crear otro monumento de dignificación de las víctimas".
Belarra -y también Iglesias- aplaudieron la propuesta, que hicieron circular durante semanas por los medios de comunicación. Hablaron de "desacralizar el espacio", de "acabar con la impunidad del franquismo" y de "romper totalmente su poder simbólico".
También se especificaba que el objetivo de Podemos no era "destruir el Valle". Se apostaba incluso por "conservar su diseño estético", pero entre la "serie de actuaciones propuestas" estaba la "demolición de la cruz".
Desde entonces hasta hoy, ningún mandatario de Podemos ha anunciado el cambio de opinión. Se ha producido durante la negociación con la parte socialista del Gobierno. "Nuestra ley habría sido mucho más ambiciosa, pero es un tema tan importante que hemos cedido en algunas cosas para que salga adelante", especifica un portavoz de la formación de Belarra.
¿Y Primo de Rivera?
La cesión de Podemos no termina en la cruz. También tiene que ver con José Antonio Primo de Rivera. El documento de 2018 decía sobre el fundador de Falange: "No es una simple víctima". Apremiaba a que "la familia se hiciera cargo" de los restos y los trasladara a una "tumba privada".
El planteamiento del PSOE, que ha sido el que ha acabado prosperando en la ley, es distinto: también consiste en exhumar a Primo de Rivera, pero para cambiarlo de sitio dentro de la propia basílica.
No obstante, Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, no descarta que, durante la negociación sean los Primo de Rivera los que decidan llevarse el féretro a un nicho privado. Podemos, en su informe, también pedía que se "evitara la conversión en lugar de culto" del nuevo emplazamiento.
Tampoco Izquierda Unida -cuyos líderes tienen carné del Partido Comunista- ha levantado la voz contra el nuevo proyecto de ley. Los de Alberto Garzón han anunciado que pedirán algunas enmiendas, pero todavía no han detallado cuáles.
El ministro de Consumo coincidió con Bolaños en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en el que se aprobó la ley. Él también compareció ante los medios porque le tocaba explicar una medida de su ramo. No hizo objeciones en el turno de preguntas.
Una vez aprobada la ley -el Gobierno tiene previsto hacerlo con la mayoría de la investidura-, se procederá a elaborar un plan de "resignificación del Valle de los Caídos" que no incluirá en ningún caso la demolición de la cruz.
La tesis imperante en Moncloa es la siguiente: colocar en la basílica y su entorno distintos paneles informativos que den cuenta a los visitantes del cómo, el qué y el cuándo del monumento. Es decir: se detallará la "represión del nacionalcatolicismo" y se indicará "qué pretendió Franco con el mausoleo".