Pedro Sánchez lo dijo con claridad la semana pasada, durante la visita a una residencia de ancianos en Extremadura: "La recuperación económica no podrá ser una recuperación total si no es una recuperación justa". El presidente del Gobierno añadió que "una recuperación justa es una recuperación que se traslade a los salarios". Y Podemos, siempre al quite, le toma la palabra.

Tanto que la vicepresidenta segunda e interlocutora en el seno de la coalición con el PSOE, Yolanda Díaz, titular de la cartera de Trabajo, utiliza el aserto del jefe del Gabinete para tomar impulso y acelerar el proceso de subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Y ello pese al espectacular alza de los precios con el que arranca el curso político.

Este lunes el indicador adelantado del índice de precios al consumo (IPC) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrecía un índice del 3,3% interanual en agosto, el más alto desde octubre de 2012, hace nueve años. Son ya seis meses consecutivos de alza de los precios, este verano impulsados por el constante incremento del precio de la luz. 

La subida del SMI es una de las medidas incluidas en el seno de la mesa del diálogo social que se reanuda este miercoles, primer día de septiembre, con los sindicatos y las organizaciones patronales. Pero antes de la negociación con los agentes sociales, la batalla está servida de nuevo entre las vicepresidentas primera y segunda.

Díaz consiguió en enero que la subida, aun aplazándose, no se descartara, y ahora pretende que se apruebe de manera inmediata y con carácter retroactivo. La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, prefiere incluir esa subida en la futura negociación de los Presupuestos Generales del Estado, con lo que entraría en vigor en enero próximo. 

60% del salario medio 

Aunque difieren en el ritmo, sí están de acuerdo en la concreción de la subida, para que el SMI suponga el 60% del salario medio neto en España, lo que no en vano es el objetivo comprometido por el Gobierno al finzalizar la legislatura.

Esto supondría pasar de los actuales 950 euros mensuales a una cantidad, de aquí al 2023, de entre 1.011 y 1.049 euros en catorce pagas. Una subida por tanto de hasta cien euros al mes, que según ha recomendado el informe de expertos encargado ex profeso se haría de forma paulatina: entre 12 y 14 euros el presente año, entre 24 y 40 en 2022 y entre 25 y 40 en 2023.

Yolanda Díaz, en una reunión con los agentes sociales. EFE

Para el entorno de la titular de Trabajo, la mera celebración de la mesa de diálogo social "ya es una victoria" frente a Economía, más cautelosa a la hora de acometer ahora la subida, entre otras cosas por el alza de la inflación.

Con un IPC por encima del 3%, la tasa más alta de Europa, muchos analistas advierten del peligro de entrar en una espiral en la que sueldos y precios vayan aumentando conjuntamente. Entre ellos el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), el español Luis de Guindos, quien el pasado mes de junio advertía de que su institución podría verse obligada a detener su política ultraexpansiva de apoyo a la recuperación si salarios y pensiones se revisan conforme a ese alza del IPC. 

En Trabajo defienden que la subida ya aplicada del SMI ha ayudado a reducir la desigualdad y la pobreza laboral y ha aumentado la renta media por persona un 5% entre 2018 y 2019, según recoge la Encuesta de Condiciones de Vida realizada en 2020. Y esa mejora se observa, argumentan desde el equipo de Yolanda Díaz, en el índice Gini, el coficiente que mide la desigualdad de ingresos dentro de los países. En concreto, y por lo que respecta a España, el índice se redujo un punto (algo positivo tratándose de un medidor de desigualdad) llegando así a su valor más bajo de los últimos trece años. 

En definitiva, Yolanda Díaz y Podemos establecen un silogismo para dar la batalla del SMI. Si Sánchez dice que la recuperación debe llegar a los salarios, y el presidente no duda en hacer un discurso triunfalista sobre esa misma recuperación, implementar ya mismo la nueva subida del salario mínimo es algo inexcusable. Un silogismo al que Nadia Calviño tiene muchos matices que hacer.   

      

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