Memoria histórica sí, pero para todas las víctimas, de todas las épocas. Es la filosofía que está detrás de la propuesta que Inés Arrimadas hará próximamente al PSOE, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL de fuentes de Ciudadanos.
La líder del partido liberal está dispuesta a apoyar la nueva Ley de Memoria que prepara el Gobierno, y que el próximo jueves vivirá su primera criba parlamentaria con el debate y votación de dos enmiendas de devolución o a la totalidad, presentadas por el PP y Vox, y otra que pretende hacer algunas modificaciones al proyecto original, presentada por ERC.
Pero a cambio, Arrimadas exigirá a los socialistas que respalden la ley de víctimas del terrorismo elaborada por Ciudadanos, calificada ya por la Mesa del Congreso y que podría llegar al pleno parlamentario en las próximas semanas. Una norma que incluye la obligación legal de recordar con placas en el lugar donde fueron asesinadas a todas las víctimas mortales de ETA, o el reconocimiento de la categoría de "desplazados" para quienes, por razones de la persecución de la banda terrorista y de su entorno, hayan tenido que irse del País Vasco o Navarra a otras comunidades autónomas.
Desde la cúpula naranja, se considera que el reconocimiento de las víctimas del terrorismo, en democracia, y de las víctimas de la guerra civil y/o de la dictadura franquista, debe abordarse en leyes separadas, pero bajo un mismo "corpus".
Y estiman que, ante su propuesta, el PSOE se verá en un "brete". Con el apoyo socialista a la proposición de ley del Grupo Ciudadanos -o en realidad, con una simple abstención- permitirían a la norma superar su primer trámite en el Parlamento, dando por descontado que PP y Vox -dos partidos, al igual que el PSOE, con víctimas de ETA entre sus filas- la apoyarán.
El partido naranja no está conforme, pese a todo, con algunos aspectos de la Ley de Memoria, pero cree que serán subsanables en el trámite parlamentario por la vía de enmiendas parciales. La norma ya ha suscitado polémicas entre los historiadores y ante ella, en el partido naranja se plantean una contradicción. El Gobierno pretende acabar por un lado con la tipificación delictiva de la apología del terrorismo entre los llamados "delitos de opinión" pero al mismo tiempo tipificar como nuevo delito la apología del franquismo. Sobre esto último, incluso, un líder de la izquierda como Íñigo Errejón ha mostrado dudas en público.
En cualquier caso, el planteamiento de los liberales es que si la filosofía que inspira las leyes de memoria y que defiende el PSOE (a Podemos y otros grupos de la izquierda los dan por imposibles en este terreno) es la de que se repare, por parte del Estado, a las víctimas de cualquier tipo de totalitarismo, a aquéllos que han defendido la libertad y la democracia -y que no se trata, en definitiva, una "norma de parte"-, los de Pedro Sánchez no tendrán problema alguno en dar su sí a la ley de Ciudadanos.
La proposición de ley elaborada por el partido naranja, en la que Arrimadas ha trabajado con su número dos, Edmundo Bal, y con el diputado Guillermo Díaz -el parlamentario por Málaga es conocido por sonadas intervenciones en el Hemiciclo a cuenta de la memoria histórica y democrática-, pone especial énfasis en los homenajes a etarras que se repiten recurrentemente en el País Vasco. Por ejemplo, cuando alguno de esos terroristas sale de la cárcel tras cumplir su condena.
Prohibir homenajes a etarras
En ese apartado, y de aprobarse la ley que plantea Ciudadanos, el Estado sería responsable de impedir estos actos y, eventualmente, de "adoptar las medidas necesarias para dar cumplimiento a esta prohibición". Los delegados del Gobierno en las distintas comunidades autónomas estarían empoderados para actuar "de oficio" ante las corporaciones locales que amparasen esas prácticas.
La experiencia acredita la participación de muchos ayuntamientos vascos, habitualmente gobernados por Bildu o con importante presencia de la antigua Bastasuna, en esos actos para homenajear de manera pública a los terroristas. Algo ante lo que las asociaciones de víctimas llevan años poniendo el grito en el cielo.
Ciudadanos se ha mostrado siempre partidario de las políticas de memoria democrática y de incluir en las mismas el homenaje a las víctimas de ETA.
Sonados fueron en su día los actos que, con Albert Rivera al frente, celebró el partido en terrenos tan difíciles como Alsasua (Navarra), Rentería (Guipúzcoa) o Miravalles (Vizcaya), el pueblo del histórico etarra Josu Ternera, . En aquellos mítines o concentraciones acudía acompañado de víctimas del terrorismo como la eurodiputada Maite Pagazaurtundua o referentes del constitucionalismo como Fernando Savater.
Además, y por la misma época, el partido naranja fue clave con su voto en que el Congreso pidiera exhumar al dictador Francisco Franco, algo que finalmente hizo el Gobierno de Sánchez en 2019, poco antes de las últimas elecciones generales. E incluso Rivera siempre fue partidario de que la resignificación del Valle de los Caídos sirviera para crear en Cuelgamuros un 'Arlington español', con un cementerio civil que albergase a los caídos españoles en todo tipo de contiendas, a imagen y semejanza del que se encuentra en Washington.
Arrimadas quiere ahora que España honre y defienda por igual a todas sus víctimas, las de la dictadura y las de ETA, la banda terrorista que ha asesinado a más personas en la historia de Europa.
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