Ayuso pedirá a Casado que los afiliados y no los compromisarios elijan al líder del PP en Madrid
Los fieles a la presidenta de la Comunidad temen que Génova implante el método tradicional para aprovechar su influencia entre los compromisarios.
5 noviembre, 2021 09:04Noticias relacionadas
Ahora que a la guerra del PP de Madrid se le ha puesto cara de primarias, en uno y otro bando comienzan a imaginar estrategias con la vista puesta en ese futurible proceso. Isabel Díaz Ayuso sigue exigiendo que se adelante el Congreso para optar a la presidencia de la organización y Génova continúa en sus trece: "No".
A grandes rasgos, existen dos métodos para organizar esas primarias. Por un lado estaría el conocido como "un afiliado, un voto", que se empleó en el PP para elegir a Cristina Cifuentes en 2017. En la práctica, lo que se hace es transformar en compromisarios a todos los afiliados. Así, todos ellos tienen voz en la primera y en la segunda vuelta de la elección. Su voto, en definitiva, es determinante.
El otro método tiene que ver con una tradición más a 'la búlgara': en una primera vuelta votan los afiliados, pero si un candidato queda a menos de quince puntos del ganador... se celebra una segunda vuelta. En esa ronda final, ya no deciden los afiliados, sino los compromisarios. En exclusiva.
"Esa es la única oportunidad que tendría Génova para ganar la guerra", admiten distintos colaboradores de Díaz Ayuso en conversación con este periódico. "El aparato tiene ascendencia sobre los compromisarios. No es nuevo, siempre ocurre", desgranan estas fuentes.
La presidenta de la Comunidad de Madrid pronostica una victoria segura en caso de que el PP elija para el proceso el mismo método que aupó a Cifuentes. "Entre los afiliados, Isabel arrasaría y ellos lo saben", arguyen en la Puerta del Sol.
Sin embargo –y ahí entra la variante Almeida–, Génova podría presentar un adversario lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a la primera ronda y dejar la decisión final en manos de los compromisarios.
La oportunidad de Génova
Ayuso, además, afronta un obstáculo de grosor considerable: el método de elección debe proponerlo la junta directiva del PP de Madrid, hoy controlada por Génova. Aunque en la Puerta del Sol inciden: "Para Pablo y Teodoro va a ser muy difícil explicar a las bases que prefieren unas primarias de compromisarios. Nadie entendería ese paso atrás. Sería renunciar a la democratización que comenzó en 2017".
El alcalde de la capital, a tenor de lo contrastado por este periódico, no quiere saber nada de un enfrentamiento con Ayuso en primarias. Pero su lealtad a Casado –él le eligió para la candidatura municipal– le pondría en una situación delicada si el presidente del PP le pidiera ese paso al frente.
Ayuso, por tanto, presionará en público y en privado a Génova para que las primarias madrileñas sean regidas por el "un militante, un voto". Si no sucede, clamará contra ello.
El PP de Madrid afronta una situación de interinidad desde la marcha de Cristina Cifuentes. Hoy lo preside Pío García-Escudero, que está adoptando un perfil bajo en lo que se refiere a la guerra entre las partes.
Ayuso y su equipo consideran que, en la práctica, la actual dirección del PP madrileño es "una gestora". De ahí la "prisa" que insuflan al Congreso que lo releve: lo quieren cuanto antes.
Casado y García Egea refieren que la junta directiva del PP ya votó para aplazar ese Congreso a 2022. En un principio, estaba concebido para 2019, tras resolverse las elecciones autonómicas. Pero la organización decidió echar el balón hacia delante.
"Isabel ha dado el paso al frente porque cree que tiene derecho y que lo merece, igual que Feijóo, Moreno Bonilla y Mañueco en sus Comunidades. Su buen resultado la avala. No pide nada extraño. Merece esos galones", sostienen sus colaboradores.