En la solemne sala constitucional del Congreso, con los retratos de los padres de la Carta Magna a su espalda, y con la presencia de uno de ellos, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Pablo Casado lanzaba este lunes un alegato en favor de un "constitucionalismo militante", que se base tanto en ideas del viejo PSOE como del centroderecha.
El líder de la oposición, sin citarle expresamente, arremetía contra Pedro Sánchez por la Ley de Memoria Democrática que impulsa su Gobierno. Un concepto que a juicio del presidente del PP "no es solo un intento de arrojar sombras sobre nuestra democracia, es también un intento de cuestionar el fundamento del proyecto europeo mismo, que es la reconciliación y la concordia entre europeos".
Casado también tenía palabras críticas hacia Vox, de nuevo de manera velada, ya que si "una amplia parte de la izquierda" rechaza el contenido del texto de 1978 por la vía de "poner en cuestión el método mediante el cuál se alcanzó, faltando a la verdad histórica"; otros "sectores de la derecha", decía Casado ante sus diputados, estarían "dispuestos a poner en cuestión partes fundamentales del acuerdo constituyente, como el Estado autonómico o la circunscripción provincial".
Al acto, además de los diputados del Grupo Popular, asistía el ex alcalde socialista de La Coruña, Francisco Vázquez. Justo una semana antes del 43 aniversario de la Constitución, Casado (que clausuraba una mesa titulada Los Valores Constitucionales en la España del Siglo XXI) comenzaba su intervención con dos extensas citas sobre la Constitución y su génesis. La primera de Felipe González y la segunda de Gabriel Cisneros, ponente constitucional.
Del ex presidente del Gobierno destacaba su reivindicación en el 78 de que el texto constituyente suponía una "ruptura, afortundamente no traumática" con "cualquier sistema que pueda suponer autoritarismo"; de Cisneros -cuyo intento de secuestro a manos de Arnaldo Otegi recordaba- recogía que "la propia naturaleza del consenso implica recíprocas renuncias, que nos obligan a aceptar el texto de la Constitución en su conjunto". En síntesis: "Si unimos las dos citas lo que tenemos es una Transición que, según la izquierda, constituyó una auténtica ruptura realizada mediante reforma; y según el centroderecha, dio por resultado un texto que debemos aceptar y defender íntegramente, incluido lo que originalmente pudiera gustarnos menos".
Pero a juicio de Casado, el actual PSOE ha optado por otro camino, en contra de sus propias advertencias. "Le dije a Sánchez [durante el debate de investidura de enero de 2020] algo que he repetido varias veces después: su tarea histórica y la mía era ensanchar juntos el espacio de centro para hacerlo de nuevo tan grande como para que el PP y el PSOE pudieran competir dentro de él, sin hacerse dependientes de los extremistas. Es evidente que ha elegido hacer justo lo contrario, con efectos muy malos para su propio Gobierno, para su partido, para España y para Europa" concluía.