El PP intenta tejer una red de aliados que facilite la llegada de Pablo Casado a La Moncloa tras las próximas elecciones generales.
Con Cs en caída libre y Vox creciendo por el flanco derecho, los populares no se resignan a depender exclusivamente del partido de Santiago Abascal, cuya relación personal con Casado está rota desde la fallida moción de censura de octubre de 2020 contra Pedro Sánchez. Vox ya ha dejado claro que exigirá entrar en el próximo Gobierno con varios ministros si obtiene los escaños necesarios para investir a Casado como presidente.
Si en su primera legislatura el presidente José María Aznar pactó sus Presupuestos con la Convergència de Jordi Pujol, esta opción ya no es viable: los herederos políticos de CiU hoy se mantienen, a través de Junts, en abierta rebeldía contra el Estado, con la permanente amenaza de hacer efectiva la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017. El antiguo partido de la burguesía catalana hoy apenas logra diferenciarse de los planteamientos políticos de la CUP.
El nuevo escenario empieza a despejarse tras el plante del PNV al actual Gobierno, que ya ha advertido que no apoyará la reforma laboral pactada por la vicepresidenta Yolanda Díaz con los sindicatos y patronales si se mantiene la prevalencia de los convenios colectivos estatales sobre los autonómicos. La misma posición mantienen ERC y Bildu.
La "traición" a Rajoy
El partido del lehendakari Iñigo Urkullu ya ha hecho llegar a la sede de la calle Génova varios mensajes pidiendo abrir un nuevo clima de entendimiento entre ambos partidos, como ha informado este diario. Como condición previa, el PNV pide a los populares que rebajen el tono de sus críticas al nacionalismo vasco moderado.
Fuentes internas del PP consultadas por EL ESPAÑOL no ven con malos ojos este cambio de alianzas y recuerdan que el presidente Mariano Rajoy logró aprobar sus últimos Presupuestos Generales del Estado, en mayo de 2018, gracias precisamente al apoyo parlamentario del PNV.
Aunque este precedente no ofrece muchas esperanzas: tan sólo 48 horas después de apoyar en las Cortes los Presupuestos de Rajoy, el PNV cambió de pareja y se sumó a la moción de censura presentada por Pedro Sánchez para desalojar de la Presidencia al registrador de la propiedad.
"Desde luego no estamos de acuerdo con sus tesis nacionalistas", indica un diputado del PP consultado por EL ESPAÑOL, "pero en el pasado hemos alcanzado muchos acuerdos con el PNV y aún tenemos margen para hacerlo. El PNV mantiene posiciones moderadas en cuestiones económicas y sociales, que no son muy distintas a las que defiende el PP".
Los reproches de Cs
En el último Pleno del Congreso de los Diputados, que sirvió para aprobar definitivamente los Presupuestos Generales del Estado para 2022, el diputado de Ciudadanos (Cs) Guillermo Díaz reprochó al PP que haya entrado en esta fase de aproximación al PNV.
"No son capaces de hablar [con el PSOE] para evitar estar en manos del nacionalismo siempre, pero sí para repartirse cargos", dijo en alusión a los pactos para renovar órganos como el Tribunal Constitucional (TC) o el Tribunal de Cuentas.
"El nacionalismo es el gran beneficiado por tu falta de patriotismo, es el monstruo que alimentan con su tacticismo", añadió el diputado de Cs Guillermo Díaz desde la tribuna, "el nacionalismo es cada vez más fuerte por su madurez y relativismo".
En el partido de Pablo Casado se muestran convencidos de que las discrepancias del PNV con el Gobierno de Pedro Sánchez van mucho más allá de la reforma laboral. El exlíder de Podemos Pablo Iglesias fue el abrelatas que se encargó de garantizar a Pedro Sánchez el apoyo de Bildu y los independentistas de ERC: primero en la moción de censura contra Rajoy y luego conformando el llamado "bloque de investidura" que le ha permitido sacar adelante todas sus medidas en las Cortes.
Pero, alcanzado el meridiano de la legislatura y con Pablo Iglesias fuera del Gobierno, el bloque comienza a resquebrajarse. Los de Urkullu ya se han dado cuenta de que el PSOE, y sobre todo Podemos, mantienen una mayor sintonía con el partido de Arnaldo Otegi que con el PNV. Aunque sus acuerdos son mucho más discretos.
Arnaldo Otegi puso en evidencia a Pedro Sánchez en mayo de 2020, al desvelar que el PSOE había pactado en secreto con Bildu derogar íntegramente la reforma laboral de Rajoy, a cambio de sacar adelante el segundo estado de alarma (luego declarado inconstitucional) de la pandemia.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha acercado ya a un centenar de presos de ETA a cárceles del País Vasco y Navarra durante el último año y medio. Pero el Gobierno siempre ha evitado reconocer públicamente que esta medida responda a sus pactos con Bildu.
Blanquear a Bildu
PSOE y Podemos se han volcado en la labor de blanquear a Bildu para garantizarse su apoyo parlamentario. El entorno de Bildu anunció el pasado 29 de noviembre la decisión de poner fin a los homenajes a los presos de ETA que salen de la cárcel con el fin de "favorecer la convivencia" en el País Vasco.
Podemos se apresuró a celebrar este "gesto histórico". En realidad, sólo era un gesto de cara a la galería destinado a blanquear los pactos del PSOE con Bildu. Los ongi etorri han seguido adelante y Bildu ha mantenido el acto convocado para este 31 de diciembre para rendir homenaje a uno de los terroristas de ETA más sanguinarios, Henri Parot, condenado en sucesivas sentencias a 4.800 años de cárcel por su implicación de 82 asesinatos.
Fue detenido en Sevilla en abril de 1990, cuando conducía un coche cargado de explosivos con el que la banda terrorista pretendía volar la Jefatura de Policía.
El 'lehendakari' Otegi
El partido de Urkullu, argumentan desde el PP, ya se ha dado cuenta de que el "socio preferente" de Pedro Sánchez en el País Vasco no es el PNV, sino Bildu. Y sospechan que el objetivo final de la labor de blanqueamiento a Arnaldo Otegi es convertirlo en lehendakari en las próximas elecciones vascas, mediante el apoyo del PSOE y Podemos.
Todo ello habría sido el detonante para que el PNV comience a marcar distancias con el Gobierno de Pedro Sánchez y tienda ahora puentes con el PP, dejando la puerta abierta a futuros pactos entre ambos partidos.