Tras la guerra fría que ha caracterizado la relación entre Pablo Casado y Pedro Sánchez durante los tres últimos años, Alberto Núñez Feijóo quiere abrir una nueva etapa de distensión con el Gobierno, si es elegido presidente nacional del PP.
Dirigentes del partido consultados por EL ESPAÑOL avanzan que Feijóo aterrizará en Madrid con la mano tendida, ofreciendo a Pedro Sánchez grandes pactos de Estado "para que no dependa de Podemos".
Por ello auguran que en la nueva etapa del PP resultará más fácil desbloquear la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que Casado mantenía congelada.
Como ejemplo de esta estrategia citan la última intervención de la nueva coordinadora general del PP, Cuca Gamarra, que en el Pleno monográfico del Congreso sobre la invasión de Ucrania ofreció a Pedro Sánchez el apoyo de su grupo en materia internacional, ante las evidentes discrepancias que airean sus socios de Podemos.
Como con Ucrania
El presidente Pedro Sánchez agradeció este jueves la "unidad" mostrada por todos los grupos políticos respecto a la ofensiva militar desatada por Putin, pese a que miembros de su Gobierno como la ministra Ione Belarra ha criticado duramente la decisión de enviar armas a Ucrania.
En declaraciones a Carlos Herrera, Núñez Feijóo mostró el jueves su disposición a alcanzar grandes acuerdos con el PSOE para defender principios "constitucionales, europeístas y atlantistas”, aunque reconoció que no será fácil porque a su juicio el presidente está entregado a las posiciones "radicales" de Podemos.
No se trata de una mera cuestión estratégica, descata un dirigente del PP, sino que responde a la propia personalidad de Alberto Núñez Feijóo y a su carácter moderado y dialogante, que le ha llevado a alcanzar acuerdos con el resto de grupos políticos durante sus 13 años al frente de la Xunta de Galicia.
Aunque recuerdan que, durante la actual legislatura, también Pablo Casado ha ofrecido al presidente Pedro Sánchez grandes acuerdos en materias como la inmigración, la rebaja de impuestos, educación o lucha contra la despoblación. Sánchez ha rechazado sistemáticamente estas propuestas porque Podemos le exigía preservar la "mayoría de investidura" (que incluye a Bildu y a los independentistas de ERC).
Sin "luchas tribales"
Alberto Núñez Feijóo confirmó el miércoles su intención de optar a la presidencia nacional del PP, en un emotivo discurso pronunciado ante la Junta Directiva del partido en Galicia.
Para los que le acusan de tener veleidades nacionalistas, lanzó un claro mensaje: "Creo en una España unida, en la que las comunidades autónomas que recoge la Constitución no son una amenaza, sino una oportunidad de fortalecer nuestra nación".
Feijóo planteó algunas de sus líneas ideológicas en esta intervención, convertida en una enmienda a la totalidad de la política de Pedro Sánchez. El político gallego prometió para España "un Gobierno que entienda que la política necesita grandeza, no dogmas ni de luchas tribales. Un Gobierno serio y eficiente, sin ministerios de relleno ni ocurrencias para el tuit de cada día".
Pero también cuestionó las políticas económicas de Sánchez al afirmar que "España necesita un Gobierno que no vea en quien crea empleo y riqueza a un enemigo. Un Gobierno con una política energética definida, para que la falta de criterio no se siga reflejando en la factura de la luz todos los días, en todos los hogares".
Moreno pide "más autonomía"
El otro gran desafío que espera a Núñez Feijóo en Madrid es la relación del PP con Vox. En su entrevista con Carlos Herrera, el político gallego recordó que buena parte de los votantes de Vox proceden del PP. Por tanto, señaló, su objetivo es lograr seducirlos para que vuelvan a confiar en el Partido Popular.
Aunque en esta formación política no logran aclarar cuál es la receta para conseguirlo, más allá de una evidencia: la transversalidad del discurso de Feijóo ha logrado que hasta ahora el partido de Abascal no tenga presencia en el Parlamento de Galicia. "Cuantos más votos tenga Vox, más posibilidades tenemos de que el PSOE siga en el Gobierno", ha advertido el político gallego.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, pidió el jueves al futuro presidente del PP que dé a las direcciones regionales del partido mayor "autonomía" para decidir sus pactos de gobierno, sin que les vengan impuestos desde Madrid.
Dado que las elecciones andaluzas son las próximas en el calendario -se celebrarán previsiblemente en noviembre-, Juanma Moreno sigue con especial atención la negociación de Alfonso Fernández Mañueco para formar el gobierno de Castilla y León.
"Líneas rojas" ante Vox
Y todo indica que el PP se verá abocado a pactar allí con Vox (que exige tener varios consejeros en el gobierno regional), después de que se hayan negado a apoyarle PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos (Cs) y Por Ávila (que ni siquiera acudió a la cita para negociar, al saber que no estaría presente Mañueco).
No es una buena noticia para Juanma Moreno, que se siente mucho más cómodo gobernando con Ciudadanos: el pacto con Vox en Castilla y León puede enturbiar su campaña electoral. Durante el Comité Ejecutivo Nacional del PP celebrado el pasado 16 de febrero, Pablo Casado impuso a Mañueco la tarea de formar un gobierno en solitario, mediante acuerdos externos con otros partidos.
Pero el veto a Vox parece haberse levantado. La coordinadora general Cuca Gamarra señaló el jueves que Mañueco tiene las "manos libres" para formar su gobierno y no descartó la entrada de Vox en el ejecutivo regional.
Al respecto, el diputado y portavoz de política territorial del PP en el Congreso, Vicente Betoret, se muestra convencido de que su grupo nunca atravesará determinadas "líneas rojas" si tiene que alcanzar acuerdos con Vox. Además, cree que el PSOE (que gobierna mediante pactos con Bildu y "los grupos más radicales del arco parlamentario") no está legitimado para cuestionar los pactos que alcance el PP.