El presidente del Gobierno llega a Versalles este jueves con una carpeta llena de apoyos al 'megafondo' europeo para invertir en Defensa, energía y ayuda a Ucrania que impulsará en la reunión informal del Consejo Europeo. La idea de basarse en los fondos de recuperación para impulsar la transición energética ya la esbozó el PSOE en su congreso del pasado mes de octubre-concretamente por boca de su exlíder Joaquín Almunia-.
Pero quien la concretó para conquistar más rápido la "autonomía estratégica", con mecanismos de estímulo en la convergencia, fue Luis Garicano a los ministros francés Bruno Le Maire y alemán Christian Lindner. Este diario informó en exclusiva de lo que se bautizó como el 'plan Garicano', cuya inspiración puede detectarse en el 'megafondo' que ahora plantea Moncloa.
"Lo estamos discutiendo, aún no sabemos a cuánto montante puede llegar, ni están diseñadas las condiciones", admiten fuentes muy cercanas al presidente. "Por que lo que no se puede hacer es desviar los fondos Next Generation EU ya existentes a este objetivo".
Sánchez regresaba este martes de un viaje de 14 horas, ida y vuelta a Riga. En la capital de Letonia y en la base militar de Adazi visitó a las tropas españolas y de otros nueve países de la OTAN, a demás de mantener reuniones con el primer ministro del país báltico, Krisjanis Karins, el canadiense, Justin Trudeau, y el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg.
En apenas dos semanas, el mundo ha cambiado. España, que no pretendía subir apenas su gasto en Defensa, impulsa este fondo. Las soluciones energéticas de Moncloa que Bruselas rechazaba han sido copiadas casi a la letra este martes por la Comisión, y seguirá su debate el jueves en el consejo. Y la federalización de Europa por la vía del gasto mancomunado se abre paso a marchas forzadas.
Porque Vladímir Putin decidió invadir Ucrania, todas las cuentas han saltado por los aires pero, más aún, sus previsiones: la UE está más unida que nunca e incluso está demostrando un peso geopolítico inopinado. Ahora, este nuevo plan financiero combina las ideas socialista y liberal con el impulso de Sánchez en Versalles, a partir de este jueves.
Pero volvamos a Garicano. El líder de Cs en el Parlamento Europeo es, además, el portavoz para asuntos económicos de Renew, el grupo de los liberales en la Eurocámara. Y se da la circunstancia de que los ministros de Finanzas de las dos locomotoras de Europa, Francia y Alemania, no sólo son de esa misma familia política, sino que estaban enfrentados en lo tocante al regreso de las reglas fiscales ya en 2023.
Más que Sánchez
Si la idea prospera no será, pues, sólo por el empujón de Sánchez, que parece contar con el apoyo del italiano Mario Draghi. Sino porque París y Berlín se habrán puesto de acuerdo en una versión del documento que les puso delante el líder europeo de los liberales españoles.
Recordemos que, cuando el jueves 24 de febrero, el presidente compareció por la tarde en una declaración institucional habló poco de la guerra. De hecho, evitó absolutamente citar a la OTAN por su nombre. El gesto no fue sólo un guiño a sus socios de coalición de Unidas Podemos, especialmente incómodos con "cualquier tipo de participación en un conflicto bélico", sino también un mensaje a la Comisión Europea.
El estallido de la guerra de Putin anticipaba un frenazo económico. Un tropezón importantísimo en la recuperación económica, aún incipiente tras la pandemia. Una subida aún incalculada de la inflación -mucho más allá de 7,4% interanual con el que se cerró el mes de febrero-. Cierres de empresas, incapaces de pagar el recibo de la luz: desde bares a industrias. Más paro. Más gasto público. Más déficit. Más deuda.
"O buscamos una solución europea o esto será insostenible", advertían fuentes cercanas a Sánchez a este periódico. Por entonces sólo se hablaba de la vuelta o no del pacto de estabilidad europeo y sus reglas fiscales. Pero aquel discurso de Sánchez en la escalinata de Moncloa en el que a la invasión de Ucrania le puso banda sonora de desastre económico y el estribillo de "la solidaridad es la esencia de la Unión Europea" se dirigía tanto a favor de Kiev como en demanda a Bruselas, ha surtido efecto.
Según ha podido confirmar este diario en el entorno del presidente del Gobierno, Sánchez está impulsando este 'megafondo' comunitario para financiar los gastos sobrevenidos en Defensa, energía y ayuda a Ucrania.
Nuevos compromisos
Cuando el presidente del Gobierno hizo aquella declaración institucional nadie podía imaginar nada más que un llamamiento de Madrid para que no se hicieran realidad las palabras del canciller Olaf Scholz, días antes, en el mismo escenario. "El pacto de estabilidad es el que nos ha permitido crear estos fondos de recuperación, y el que nos guiará en el futuro para hacer lo correcto". Aquella sentencia en presencia de su anfitrión y amigo socialdemócrata español fue un bofetón en la cara de Sánchez.
Ahora, la cumbre de Versalles puede pasar a la historia como la más parecida a aquella que mantuvo con cinco días de negociaciones en el mes de julio de 2020 a los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas, hasta que se aprobaron definitivamente los fondos Next Generation EU.
En la monumental localidad cercana a París, el presidente de turno del Consejo, Emmanuel Macron pretende sacar adelante acuerdos para el descuelgue del gas de la factura eléctrica; un nuevo paquete de sanciones a Rusia; un plan de acogida para los, al menos, cinco millones de refugiados ucranianos que se espera que entren en territorio de la UE; y un compromiso para este nuevo fondo de deuda mutualizada.
La idea, defendida por Sánchez también el sábado pasado ante la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante la reunión que mantuvieron en la Moncloa con las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, es emitir deuda pública europea soberana, avalada por la Comisión Europea... es decir, mancomunadamente por todos los 27 Estados miembros.
Varios mensajes
Con plan objetivo se logran varias cosas: en lo práctico, no endeudar más a los países que ya están con el margen fiscal exhausto; y en lo que importa -los valores y principios de la UE-, enviar un mensaje de unidad, porque el compromiso es de todos y de la mano.
Además, centrar el gasto al que iría destinada esta financiación en esas tres patas deja claro, también, varias cosas: a Putin, que el gasto en Defensa no va a ser problema, y que la Unión Europea -de cuyos 27 miembros, 21 forman parte de la OTAN- se prepara bien para hacer frente a cualquier amenaza en los próximos años.
A los mercados, que la UE va a acelerar su apuesta por las renovables, por cimentar la pata energética de su "autonomía estratégica" y que, si hace falta, se cierra el grifo de Moscú desde este lado. De hecho, Estados Unidos y Reino Unido ya han dado el primer paso y la Unión Europea no quiere dejarse atrás.
Según los expertos, entre 600 y 1.000 millones de euros diarios van a Moscú desde países de la UE en pagos por su energía. "Y con eso, Putin financia su guerra", advertía Volodímir Zelenski, primer ministro de Ucrania desde el Kiev asediado.
Y el mensaje a la misma Ucrania es el del compromiso con este socio, al que también se le va a dar estatus de "candidato", tras la presión del Parlamento Europeo. Además, podrá contar con la solidaridad directa en apoyo y financiación, e indirecta en la acogida temporal de sus refugiados. "Hombres, mujeres y niños inocentes huidos de esta guerra brutal e injusta", proclamó Pedro Sánchez, en Letonia, ante las tropas aliadas.
Noticias relacionadas
O gestiona tu suscripción con Google
¿Qué incluye tu suscripción?
- +Acceso limitado a todo el contenido
- +Navega sin publicidad intrusiva
- +La Primera del Domingo
- +Newsletters informativas
- +Revistas Spain media
- +Zona Ñ
- +La Edición
- +Eventos