Sevilla

Ha habido ratos en los que ha parecido un monólogo. Mariano Rajoy ha arrancado las carcajadas de los presentes en varias ocasiones. Principalmente con sus irónicas invitaciones a que no le llamen para consultarle. Aun así, se ha mostrado "dispuesto" a "escuchar a todos".

En el escenario del Congreso de Sevilla, se ha percibido a un Rajoy tranquilo, como el de aquellos días en los que, armado de su mayoría absoluta, rebatía a sus rivales con retranca en el Parlamento. De pronto, ha soltado casi sin venir a cuento: "¡El todos, todas y todes me saca de mis casillas!". Entonces, una gran ovación. Ese ha sido su lema para arremeter contra la "epidemia de la puerilidad".

A lo largo de su discurso, Rajoy no ha aportado grandes claves. Tampoco ha hecho, como ha sido el caso de Aznar, grandes esfuerzos por plantar cara a la izquierda en aquello que llaman la guerra cultural. Ha reivindicado su legado, ha dibujado a la derecha como la gran gestora y a la izquierda como la que lo "estropea todo"; y ha encargado a Alberto Núñez Feijóo un Partido Popular "unido", alejado de las "cuitas internas".

"Es un placer reencontrarme con amigos, con todo lo que ha sido mi vida durante muchos años. He trabajado mucho, pero también he disfrutado mucho. Me lo he pasado muy bien", ha comenzado Rajoy en el que ha supuesto uno de los discursos más extensos de la jornada.

Esos "amigos" de los que ha hablado, en concreto algunos de los más cercanos, vuelven a la dirección del partido. El giro que dio Casado al alcanzar la presidencia de la organización ya se ha visto amortiguado por Feijóo, que pretende aunar entre los suyos a los herederos de ambos expresidentes.

"Os dije que yo me apartaba, pero no que me fuera a ir". Se ha reído Rajoy y se ha reído el público. "Tengo claro cuál es mi papel y cuál debe ser mi actitud. Estoy dispuesto a escuchar, pero no espero protagonismo ni reconocimiento", ha apostillado.

El expresidente del Gobierno ha reconocido que, tras catorce años dando instrucciones, le costó dejar de hacerlo. Logrado ya el objetivo, se ha dicho "ansioso" por escuchar los discursos de quienes "deben darlas ahora".

Sin embargo –ha expresado en otro de sus gags–, "uno no debe desaprovechar la oportunidad". "Os pido que acompañéis a Alberto como lo hicisteis conmigo, pero no más". De nuevo, carcajadas.

Cómo conoció a Feijóo

Rajoy ha revelado cómo conoció a Feijóo hace ya varias décadas. Fue en su despacho de vicepresidente de la Xunta. Apareció un funcionario, de nombre Alberto, con algunas peticiones. "Creo que no le hice mucho caso, pero pensé en ficharle", ha revelado.

Fue Romay Beccaría, nombrado ministro de Sanidad con Aznar, quien lo hizo. Así llegó Feijóo a Madrid, donde estuvo hasta que regresó a su tierra para intentar presidir la Xunta.

"El partido debe permanecer unido. Si estamos divididos, perderemos siempre. Mantener la unión es responsabilidad de todos. Del líder, de la dirección y de todos los demás. Todas las discrepancias son legítimas sin más límite que la unidad". Esas han sido las palabras elegidas por Rajoy para analizar el conflicto Casado-Ayuso.

Después, se ha referido a la competencia con Vox, que amenaza al electorado popular: "Tenemos que convencer a más personas para que se incorporen al PP. Nos vota gente de muy diversa condición. Liberales, conservadores, demócrata-cristianos... Nos gusta el pluralismo. Esta es una casa muy grande donde debe haber sitio para todos".

A continuación, ha celebrado su actuación en Cataluña con la aplicación del artículo 155: "Muchos nos dan hoy lecciones sobre lo que hubo de hacerse. Es muy fácil torear desde la barrera, pero el toro lo lidiamos nosotros, la ley se cumplió y la Constitución prevaleció".

Rajoy ha cargado contra Sánchez por sus 22 ministerios: "Nosotros arreglamos las cosas con trece". Y también contra los partidos de la España vacía y los nacionalistas, a los que ha metido en un mismo grupo, en el de los que "dividen" el país". "El PP es el único capaz de levantar un gran discurso nacional", ha resumido.

El expresidente del Gobierno se ha despedido con un reconocimiento a Pablo Casao –así lo ha pronunciado repetidas veces–: "Presidió nuestro partido en momentos de extrema dificultad. Valoro de manera muy especial su entrega, dedicación, coraje y entusiasmo a la hora de defender el PP".

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