El uso de la mascarilla en interiores será obligatorio para todos los empleados públicos de la Junta de Extremadura hasta el próximo 31 de mayo.

Así lo ha decidido el Comité Sectorial de Seguridad y Salud del ámbito preventivo de la Administración General en una reunión celebrada este lunes. Esta medida se extenderá hasta la reunión que se celebrará el próximo 31 de mayo en la que se decidirá si se mantiene la mascarilla más allá de esa fecha o no. 

El vicepresidente segundo de la Junta y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha explicado este martes que esta decisión compete a los servicios de prevención de riesgos laborales de la Administración General de la Junta de Extremadura.

"No hago más valoración que la que ya han dicho los servicios de prevención de riesgos laborales, que son los que tienen que decidirlo. Siempre se ha decidido así y así lo acataremos desde las instituciones", ha apuntado Vergeles.

Asturias

De esta forma, Extremadura se convierte en la primera comunidad autónomas que mantendrá la mascarilla obligatoria en interiores después de que el Gobierno eliminara esta medida el pasado 20 de abril, salvo excepciones. 

Sin embargo, ya son varias las comunidades que se han mostrado a favor de mantener la mascarilla en interiores. La primera en desmarcarse de la decisión del Gobierno fue Asturias, que pidió la semana pasada volver a usarla en interiores y anunció restricciones, ya que la situación Covid ha empeorado en el Principado y el nivel de riesgo es alto. 

Asturias sumará algunas medidas o restricciones en los próximos días que ya habrían sido acordadas con el Ministerio de Sanidad. Entre ellas al aislamiento de los casos positivos o a adelantar ya una segunda dosis de recuerdo a mayores de 80 años y personas institucionalizadas.

Cantabria

A Asturias se sumó el pasado viernes Cantabria. Su presidente, Miguel Ángel Revilla, ha pedido a los ciudadanos llevar la mascarilla donde "haya gente" porque "el virus sigue ahí". 

En los próximos días Cantabria implantará medidas en función de cómo evolucionen los casos de Covid para evitar su impacto en los centros hospitalarios de la comunidad, donde los contagios han crecido tras la Semana Santa.

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