El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la destitución de Paz Esteban como directora del CNI por el llamado caso Pegasus. Con su salida, el Gobierno espera cerrar este escándalo y la desconfianza creada entre sus socios independentistas, que exigían responsabilidades, y de Gobierno, quienes reclamaban que "rodaran cabezas" de mayor nivel, como el de la ministra de Defensa Margarita Robles.
Desde hace varias semanas, Paz Esteban estaba en el punto de mira por el espionaje a 63 políticos, líderes y activistas del separatismo catalán y vasco con el virus espía Pegasus. Pero sobre todo, desde que el lunes 2 de mayo el Gobierno convocó de urgencia a la prensa para anunciar que Pedro Sánchez y Margarita Robles también habían sido espiados por el mencionado software.
La "casualidad política no menor", como la calificó Alberto Núñez Feijóo, no mereció credibilidad en las filas de Esquerra, socio preferente del Ejecutivo en el Congreso. Oriol Junqueras, presidente de ERC, también en rueda de prensa, se preguntó "por qué habría de creerse" su partido que esto fuera verdad... "teniendo en cuenta que toda la confianza está perdida".
Este martes, en el Consejo de Ministros, estaba previsto también que el Gobierno estudiara el informe del Consejo Criptológico Nacional (CCN), dependiente del CNI, tras la revisión de los móviles de todos los miembros del Gobierno. Este periódico ya informó el pasado miércoles de que el citado organismo ya había localizado trazas de Pegasus en los dispositivos de más ministros, si bien una semana después de la alerta Moncloa aún no había pedido el móvil a todos, como reveló EL ESPAÑOL este sábado.
Las fechas del ataque al teléfono de Sánchez y de Robles coincidían con la mayor crisis diplomática, de seguridad y de soberanía entre España y Marruecos. Así se supo después de que Moncloa filtrara que la primera violación de las comunicaciones del presidente se produjo el 19 de mayo de 2021, sólo un día después de su viaje a Ceuta, tras el asalto de la ciudad autónoma por más de 10.000 personas alentadas por las autoridades del régimen de Mohamed VI.
"Es una sustitución"
Robles ha confirmado la destitución en la rueda de prensa posterior al Consejo, aunque no ha dado razones. De hecho, la ministra de Defensa se ha negado a llamarlo destitución: "Es una sustitución". Según ha dicho, "es razonable" este cambio por "los fallos que se hayan podido dar". Aunque no ha dicho cuáles, sí ha sugerido que "la tecnología va cada día más rápida y debemos mejorar", como justificación del nombramiento de Esperanza Casteleiro como sustituta.
Robles se ha empeñado en sólo "agradecer el trabajo" de Esteban, "su compromiso con las libertades y la seguridad" y "su cumplimiento escrupuloso de la ley". Sin motivo ni pregunta, la ministra ha añadido una defensa a Pedro Sánchez, a los años que lleva trabajando junto a él y a su compromiso "con los ciudadanos, sobre todo, los más desfavorecidos".
En el trabajo de la seguridad, ha admitido Robles, "hay deficiencias y fallos, pero debemos quedarnos con los éxitos, aun sin complacencia". Por eso, Robles ha pedido "más medios e inversión" en el CNI y en los programas de Defensa. Y se ha comprometido a que el Centro trabajará en que no haya ningún resquicio "para que los españoles se sientan seguros, sepan que se asumen todas las responsabilidades siempre y que se cumple con la legalidad".
Dos 'casos Pegasus'
El hecho de que no se hubiera detectado la incursión hasta más de 11 meses después fue lo que supuestamente ha motivado la pérdida de confianza en Paz Esteban y en su manera de dirigir el CNI. Aunque su jefa, la ministra Robles siempre ha defendido que "la seguridad de las comunicaciones del Gobierno" depende de otro departamento, "como dice claramente la ley".
Y ese otro departamento es la Secretaría General de Presidencia, que entonces ocupaba el hoy ministro Félix Bolaños. Según sostenía la ministra de Defensa, el CCN sólo se ocupa de los aspectos técnicos cuando Moncloa impulsa las revisiones.
El enfrentamiento entre ministros socialistas la semana pasada, tratando de desviar las responsabilidades de un caso muy oscuro, provocó una llamada de atención de Sánchez y una conversación privada entre Robles y Bolaños, que calmó las aguas. Aun así, la comparecencia de Esteban ante la comisión de secretos oficiales del Congreso, el pasado viernes, reabrió las heridas.
En todo caso, el llamado caso Pegasus se ha convertido, en estas tres semanas, en dos escándalos distintos. El primero, el del supuesto espionaje a los 63 independentistas denunciado por The New Yorker, tras una investigación de Citizen Lab, instituto dependiente de la Universidad de Toronto. El segundo, el espionaje que Moncloa denunció ante la Audiencia Nacional, a los móviles del presidente del Gobierno, de la ministra de Defensa y del ministro del Interior.
El primer escándalo se ventiló en la comisión parlamentaria, cuando Esteban "cumplió una misión" e informó a sus señorías de que el CNI había investigado a 18 personas, bajo autorización judicial. El segundo, el robo de información -más de 10 gigas en total- de los teléfonos de Sánchez, Robles y Marlaska, las tres personas de más alto rango político en asuntos de seguridad en España.
¿Qué pasó con los otros 45 indepes? ¿Quién los espió? No se sabe. De eso, nada dijo Esteban ante el Congreso. ¿Fue el mismo agente el que violó sus comunicaciones que el que entró en los móviles de Sánchez, Robles y Marlaska? Tampoco se conoce "ni probablemente, se sepa nunca", admiten fuentes de Moncloa.
Pero si ha caído Esteban es, en realidad, sólo después de que Moncloa revelara este segundo caso Pegasus, aunque el Gobierno trate, con este cese, de cerrar el primero.
Quién es Paz Esteban
Paz Esteban se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid y se especializó en Historia Antigua y Medieval. Después de sus estudios, empezó a prepararse una oposición para funcionaria de Archivos y Bibliotecas. Pero su vida cambió cuando un pariente de su padre le ofreció trabajo en el CESID, el que era por entonces servicio de inteligencia de España.
Entró en el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) en 1983, cuando estaba al frente Emilio Alonso Manglano. Allí, Paz Esteban se especializó en inteligencia exterior, aunque nunca haya ejercido como agente de campo. Su primer trabajo, de hecho, fue la realización de informes sobre la permanencia de España en la OTAN, antes de que se celebrase el referéndum de 1986 para el ingreso. No fue el único. Entre sus informes más célebres también se encuentran los que hizo sobre los atentados del 11-S y los del 11-M.
En esos cargos de inteligencia exterior estuvo hasta 2004, cuando ascendió a órganos directivos. Después, en 2010, Sanz Roldán la nombró jefa de su Gabinete Técnico, donde estuvo hasta junio de 2017. Entonces, y tras la dimisión de Beatriz Méndez de Vigo –pese a la oposición de Soraya Sáenz de Santamaría–, el Consejo de Ministros la nombró Secretaria General del CNI. O lo que es lo mismo, segunda de a bordo.
En 2019, al finalizar el mandato de Sanz Roldán, ella pasó a ocupar el cargo de directora general del CNI de forma interina, pues el Gobierno estaba en funciones hasta las elecciones generales de abril de ese mismo año. Finalmente, el 30 de enero de 2020 fue nombrada directora del CNI de forma definitiva.