Podemos desecha acudir a la cumbre con Marruecos por su "rechazo" al giro de Sánchez con el Sáhara
Ministros morados se enteraron por la prensa de la Reunión de Alto Nivel. Sólo irán socialistas a Rabat, que ya vetó a Pablo Iglesias en 2020.
12 enero, 2023 03:20Yolanda Díaz ejerce de líder del socio minoritario del Gobierno y ha advertido, personalmente, que no acudirá a la cumbre con Marruecos de los próximos días 1 y 2 de febrero, en Rabat. Ni ella ni ninguno de los ministros de Unidas Podemos están dispuestos a participar en esta reunión, en "rechazo" al cambio de Pedro Sánchez respecto a la posición de España sobre el futuro del Sáhara Occidental.
La vicepresidenta segunda comunicó al presidente este extremo cuando se confirmó la celebración de la Reunión de Alto Nivel (RAN), que es como se llaman estas citas entre España y Marruecos. Díaz, en todo caso, mantendrá sus compromisos de trabajo con Rabat, dada la "enorme importancia de este socio territorial", según fuentes de su entorno.
Fuentes del ala morada del Ejecutivo recuerdan que la tragedia de Melilla, aún por esclarecer -y en la que diputados de Unidas Podemos han acusado a Marlaska de mentir- tampoco ayuda a que nadie del socio minoritario quiera una foto institucional con el Gobierno y el rey marroquíes.
Pero, según ha podido confirmar este diario, incluso hubo ministros de Podemos que se enteraron de la misma por la prensa. Este miércoles, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, confirmó la noticia a su llegada a Niamey, capital de Níger, en la primera etapa de una gira africana que le llevará también a Nigeria y Guinea Bissau.
Más tarde, Albares restó importancia al hecho de que los ministros de Podemos se nieguen a asistir a la cumbre. "Las delegaciones a las RAN nunca se componen de todos los ministros, tampoco ha sido el caso en ocasiones anteriores, depende de la agenda", dijo el ministro.
[Marruecos no permitirá ministros de Podemos en la próxima cumbre por su posición sobre el Sáhara]
Aun así, fuentes de Moncloa admiten a este diario que esa "agenda" la fijarán "ahora los equipos, y comenzarán a trabajar sobre ella". Lo cierto es que ni Exteriores ni Moncloa han querido aclarar qué ministros acudirán a Rabat, a pesar de la insistencia y de las explicaciones sobre la ausencia de los miembros morados del Gobierno. Y queda la duda de si, además del desplante de Unidas Podemos seguía pendiente el veto del Gobierno marroquí a su presencia en la RAN.
Más "vecinos" que "amigos"
Hace ya siete años que Marruecos y España no celebran una RAN. Fue en Madrid, en junio de 2015, durante la primera legislatura de Mariano Rajoy.
Desde entonces, los dos "vecinos, socios y amigos" han utilizado esta terminología para definirse mutuamente para arrojarse más reproches que elogios. Pero desde el giro radical de Pedro Sánchez respecto al Sáhara, en marzo de 2022, se incluye con diplomacia en los primeros párrafos de cada comunicado para impulsar la "nueva hoja de ruta" entre Madrid y Rabat.
Ese volantazo a más de 40 años de política española nunca ha sido explicado ni por Moncloa ni por Exteriores. A pesar de las ruedas de prensa de Albares y de Sánchez, sus comparecencias y las preguntas parlamentarias, ninguno de los dos ha pasado de argumentar que "no podemos estar 40 años más sin una solución", porque "el Sáhara es importante para España".
Pero nadie del Gobierno ha ofrecido nunca el motivo de por qué ahora España apoya una autonomía de su exprovincia bajo la soberanía de Marruecos.
Podemos no gusta en Rabat
La posición de la izquierda radical española en apoyo al Frente Polisario es históricamente conocida. Y Podemos heredó ese postulado sin pestañear.
De hecho, fuentes cercanas al Gobierno marroquí han expresado repetidamente que no se vería con buenos ojos la presencia de ministros morados en la RAN. Y ya en 2020 el rey alauí suspendió a última hora la celebración de la cumbre por el empeño de Sánchez en satisfacer la exigencia de su entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, para participar de las reuniones institucionales en la capital marroquí.
Rabat nunca perdonó que Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales -y mano derecha de Iglesias-, recibiera en su despacho oficial a la "ministra" de Asuntos Sociales de la República Árabe Saharaui Democrática, Suilma Hay Emhamed Salem. "Intolerable provocación", "Inédito y muy grave", titularon medios como Le 360, una web afín al monarca.
Después vinieron la suspensión de la Operación Paso del Estrecho, el cierre de las fronteras de Ceuta y de Melilla, la oleada de cayucos a Canarias, la escalada militar marroquí, la disputa por las aguas territoriales, una nueva suspensión de la RAN... y el asalto de 10.000 personas a Ceuta, como "consecuencia" del acogimiento clandestino en España a Brahim Ghali, general del Polisario, para tratarlo de Covid.
Washington y Bruselas
Hace ahora 10 meses, el gabinete real de Mohamed VI filtró una carta, supuestamente escrita por Sánchez, en la que el presidente español tomaba postura al lado de Marruecos en el contencioso del Sáhara Occidental.
Según aquel escrito, el Gobierno de España reconocía la marroquinidad de la antigua provincia española como la solución "más seria y realista" para la descolonización definitiva del territorio, ocupado por Marruecos en 1975, durante la agonía del dictador Franco.
Unidas Podemos siempre ha apoyado al Frente Polisario y a lo que reconoce como la República Árabe Saharaui Democrática. Y por tanto, la discrepancia entre el PSOE de Sánchez y sus socios minoritarios del Ejecutivo es tan profunda en este punto que Díaz, habitualmente conciliadora para "cuidar la coalición", ya criticó públicamente al presidente, acusándolo de "opacidad" y de "incumplir el mandato del país".
De hecho, los cinco ministros de Unidas Podemos apoyaron la moción que dejó solo al PSOE en el Congreso y rechazó la decisión de Moncloa, sólo un día antes del 7 de abril, cuando Sánchez viajaba para ser recibido por Mohamed VI, que expresaba así públicamente que, después de cuatro largas décadas, Marruecos había conseguido lo que buscaba.
El giro de Sánchez respecto a uno de los puntos más calientes de nuestras relaciones exteriores, en realidad, fue inspirado por Estados Unidos -como ya informó este diario- y por los socios de la Unión Europea, tras el inicio de la guerra en Ucrania.
Ni Washington ni Bruselas querían un foco de tensión tan grave en el sur de Europa a la vez que el este era atacado militarmente por Vladímir Putin. Y dada la debilidad en la que estaba Madrid respecto a Rabat -tras una legislatura de presiones constantes-, Moncloa optó por esta salida: en menos de un mes, Sánchez estaba en Rabat; en verano hubo Paso del Estrecho; y ahora, por fin, la RAN.