La huida de Sánchez saca al PSOE de la foto: Irene Montero y Yolanda Díaz, triunfantes en la derrota
Patxi López trata de minimizar el acuerdo del 'sí es sí' con el PP y lo compara con "corregir una fe de erratas". Cuca Gamarra responde: "Una errata no ocasiona la excarcelación de 104 violadores".
21 abril, 2023 03:14Es una imagen para la historia, como la del bolso de Soraya Sáenz de Santamaría en el escaño vacío de Rajoy. En medio de la sesión del Congreso, Ione Belarra e Irene Montero se abrazan solas, al borde de las lágrimas y sin un solo ministro a su alrededor, después de que la ministra de Igualdad haya dicho la última palabra del Gobierno desde la tribuna sobre la Ley del sí es sí.
Enfrente, Yolanda Díaz, a la que no se la esperaba en el hemiciclo por su viaje a Estados Unidos para hablar en la ONU, aplaude con parsimonia, y seguramente con jet lag, a sus enemigas del alma en el propósito de ver quién asume la batuta a la izquierda del PSOE.
A esa hora, Pedro Sánchez huye a Doñana para hacer una declaración en defensa del parque natural, en la que ya ha decidido que no admitirá preguntas de los periodistas. Está claro que ni quiere retratarse votando junto al PP ni pronunciarse sobre el único tema del día, pero su ausencia deja huérfano a un PSOE que parece sonado.
Tras pedir la palabra y concedérsela Meritxell Batet "en nombre del Gobierno", Irene Montero habla para defender la norma que su propio Gobierno va a rectificar en cuestión de minutos, la misma que ha beneficiado a más de un millar de agresores sexuales desde que entró en vigor.
Y como ningún otro miembro del Ejecutivo levanta la mano, la humillante derrota de Montero, que confesó estar viviendo su "día más difícil" en el Parlamento, empieza a cambiar de acera.
Nadie en Moncloa explica por qué la titular de Justicia, Pilar Llop, no tomó inmediatamente la palabra para defender la reforma de la ley que ha redactado su departamento. Tampoco reaccionó la impulsiva María Jesús Montero.
Ya fuera por falta de previsión y de reflejos -nadie imaginaba que la ministra de Igualdad fuese a hacer uso de su derecho a subir a la tribuna-, ya fuera porque los socialistas querían que el mal trago de votar con el PP pasara cuanto antes y con el menor ruido posible, lo cierto es que dejaron a Podemos disparar la última bala. La más ruidosa.
Ambiente de funeral
Así es como llegó el abrazo de las dos ministras, hermanadas hasta en el tono morado de sus vestidos, y el aplauso, al fondo, de quien en ese momento era la principal autoridad en el hemiciclo de un Gobierno descabezado: Yolanda Díaz. Las tres pudieron reivindicarse triunfantes en la derrota con un PSOE fuera de foco.
Después, la votación. Nadie en la bancada socialista celebró la victoria, que lo era especialmente de los cientos de mujeres que han visto, horrorizadas, cómo se rebajaban las condenas de sus agresores.
Al PSOE ni siquiera le infundieron ánimo las palabras de su portavoz y ministra Pilar Alegría esa misma mañana en RNE, cuando pidió "no confundir feminismo con cerrazón" ni seguir la corriente de quienes "reparten carnés de feminismo".
En los escaños de la izquierda había aire de funeral. Basta con ver las caras en el vídeo adjunto. En las filas de Unidas Podemos se palpaba la consternación por una derrota que consideran ultrajante. En las del PSOE, el bochorno por votar cogiditos de la mano de la derecha...
Andrea Fernández, la diputada socialista encargada de defender la posición de su partido desde la tribuna, ya había hablado de "sensación agridulce". Pero fue auténtica amargura, rematada por los aplausos del PP, alborozado y puesto en pie.
Ya fuera del Congreso, Patxi López trataba de minimizar el acuerdo con los populares con escasa fortuna: "Hemos corregido una especie de fe de erratas". "¡Hombre, no!", le respondía Cuca Gamarra en Twitter: "Una errata no ocasiona la excarcelación de 104 violadores y agresores sexuales ni rebaja las penas de 1.000. Demostráis de nuevo muy poco respeto a las víctimas de todos ellos a las que tanto dolor habéis causado. Si no vais a disculparos, por lo menos no ofendáis".
A esa hora, a nadie le importaba ya el nuevo CIS de Tezanos, que contra viento y marea mantiene a Sánchez en la pole, ni el anuncio de la exhumación de José Antonio del Valle de los Caídos.
Por la tarde, en una conferencia junto a Nicolás Redondo, el expresidente Aznar resumía de esta manera lo ocurrido: "Lo del sí es sí ha sido un disparate absoluto. Primero tardo mil víctimas en rectificar, luego tengo que acudir al PP y, encima, les pongo a parir. La mitad del Gobierno vota en contra... No tiene el más mínimo sentido".