Pedro Sánchez, con María Jesús Montero y Cristina Narbona, este sábado en el Comité Federal del PSOE.

Pedro Sánchez, con María Jesús Montero y Cristina Narbona, este sábado en el Comité Federal del PSOE. JJ Guillén EFE

Política

Sánchez asegura que va a ganar pero muchos de sus movimientos se orientan a preparar la derrota

El PSOE maneja pésimos datos, mientras coloca a su equipo, prepara un grupo parlamentario fiel, pide seis debates y cambia la estrategia del bloque para gobernar.

11 junio, 2023 03:11
Fernando Garea Diego Rodríguez Veiga

"La victoria es posible", proclamó este sábado Pedro Sánchez ante el Comité Federal del PSOE, el más tenso desde hace años, por la notable pérdida territorial del partido, el desgaste del Gobierno y las pésimas expectativas electorales para las generales del 23 de julio. 

El presidente del Gobierno y candidato socialista y su entorno en la Moncloa repiten con insistencia que quieren ganar las elecciones generales, que incluso van a por una mayoría suficiente que les permita gobernar en solitario. Pero casi cada uno de los pasos que han dado desde la celebración de las municipales y autonómicas del 28 de mayo indica que dan por hecho que perderán también las generales y que preparan el día después.

Por la propia convocatoria anticipada para cerrar la sangría, por las decisiones para frenar los movimientos internos en el partido, por el giro para desligarse de sus socios de coalición e intentar salvar los muebles, por la elaboración de las listas para colocar a todos sus colaboradores y tener un grupo parlamentario fiel en la oposición y por la propuesta desesperada de seis debates cara a cara con Alberto Núñez Feijóo, entre otras decisiones que apuntan a ese estado anímico.

Ese escenario se completa con el hecho de que, según fuentes socialistas, Moncloa maneja datos muy malos sobre sus expectativas para el 23 de julio. Y eso que en sucesivas elecciones parciales se ha demostrado que los datos que llegan al equipo de Sánchez suelen ser erróneos, pero siempre a favor del PSOE, lo que irrita frecuentemente al presidente del Gobierno.

(El PSOE cambia de táctica para captar voto de Sumar y Podemos: "A nuestra izquierda no hay nada")

No todas las campañas electorales tienen el objetivo de ganar, aunque formalmente jamás se admita. Se puede hacer campaña para mejorar reputación, mejorar representación, construir una oposición fuerte y, por supuesto, también para ganar. Siempre hay que simular moral de victoria, sobre todo, si dependes de la movilización de tu electorado.

En este caso, la campaña que apunta Sánchez da idea hasta ahora de interés por aliviar lo más posible el escenario adverso que puede iniciarse el 24 de julio aunque se hable públicamente de remontada.

Fuentes socialistas explican que, de hecho, su gran reto es el de luchar contra la impresión de derrota que, entre otras cosas, desmoviliza a sus posibles electores e impide cualquier llamamiento al voto útil agrupado en torno al PSOE. Su problema es que las decisiones conocidas hasta ahora transmiten ese pesimismo.

Ayer mismo, ante el Comité Federal intentó levantar los ánimos y disipar esa impresión con expresiones como "salimos a ganar el 23-J para construir" y la continúa referencia a la "derecha extrema y la extrema derecha" con la que el PSOE confronta en las generales.

Lo último ha sido la elaboración de las listas, en las que se ha ocupado de colocar a su guardia pretoriana y a casi todos sus ministros, aún a costa de situar en la inestabilidad a una institución como la Guardia Civil.

Tanto que la presidenta del Comité Federal, Milagros Tolón, abrió la reunión ayer con una inusual llamada a la unidad y a que "nadie se preste a ser el tonto útil de la derecha"

Algunas de esas imposiciones en las listas las ha hecho a costa de sus barones regionales más destacados, es decir, justamente los que le pueden exigir cuentas y poner en cuestión si el 23-J se repiten los malos resultados en las urnas. En teoría ese grupo parlamentario le será fiel en caso de derrota, aunque algunos de ellos tienen currículum de cambio de bando.

Por ejemplo, Con Emiliano García Page mantuvo el viernes un duro pulso sobre la lista del PSOE en Toledo. El reelegido presidente de Castilla-La Mancha ganó parcialmente porque evitó que Milagros Tolón fuera de número uno por Toledo como quería Ferraz y logró que pasara al segundo lugar de la lista.

También con Javier Lambán y hasta con el castellano leonés Luis Tudanca, el más pro-Sánchez de los barones, por las imposiciones. Por eso fue el Comité Federal más tenso desde hace muchos años. Por las desconfianzas y por las ausencias.

Un dirigente del PSOE reconoce que "las listas, sobre todo la de Madrid, son la tabla a la que agarrarse en caso de naufragio". Además, Sánchez se asegura tener un grupo parlamentario fiel por si el 24 de julio hay que abrir un proceso de debate interno o de sustitución del líder.

Sánchez ha incluido en las listas a cuatro de sus colaboradores más próximos, garantizándoles a ellos un cargo de diputado en caso de que pierdan las elecciones o salgan del Gobierno. 

Ha puesto a su jefe de Gabinete, Óscar López, de número siete en la lista por Madrid. En la misma está, en el puesto 14, Pilar Sánchez Acera, exdiputada de la Asamblea de Madrid y del equipo de López desde diciembre del año pasado. 

Del equipo de Moncloa más próximo a Sánchez, el único que no irá en las listas es Francesc Vallés, secretario de Estado de Comunicación, que ya fue hace tiempo y durante varias legislaturas diputado del PSC.

En el puesto 25 concurrirá Juanjo Marcano, coordinador de área en la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno. A ellos hay que sumar la designación de Antonio Hernando, actual número dos de Óscar López, como cabeza de lista por la provincia de Almería. 

Menos Marcano, todos van en puestos de salida por lo que es casi seguro que obtendrán su escaño en el Congreso de los Diputados tras el 23-J. 

También está en la lista Cristina Narbona, presidenta del PSOE, que actualmente ocupa un escaño en el Senado pero quien, en las próximas elecciones, no tenía garantizado salir de nuevo elegida para la Cámara Alta. Irá como número seis por Madrid al Congreso, lo que le garantiza escaño.

La colocación de sus colaboradores ha sido el paso siguiente a ubicar en las listas a todos los ministros. Menos José Luis Escrivá, Nadia Calviño y Pilar Llop, que no concurrirán por voluntad propia, el resto de ministros socialistas tiene el escaño asegurado y ha rescatado a figuras de su primer Gobierno como Carmen Calvo o José Luis Ábalos.

El caso más notable es el de Mercedes González, que dos meses después de ser nombrada directora general de la Guardia Civil, debe dejar el cargo para ir en la lista. González es muy próxima a Sánchez, estaba llamada a liderar el PSOE de Madrid y ahora da impresión de refugiarse en el Congreso, dando por perdido su cargo de directora general y afectando a la estabilidad de la institución. Lo más probable es que haya cuatro directores generales en seis meses.

Se une también a la inclusión en listas de derrotados en municipales y autonómicas para no dejarles “tirados” y asegurarse la movilización en esos territorios. En momentos de peligro de hundimiento no suele haber salvavidas para tanto náufrago.

"Sánchez está gestionando el postsanchismo haciendo las candidaturas con la navaja en la mano". aseguró este sábado el coordinador nacional del Partido Popular, Elías Bendodo, tomando al vuelo la idea de que el PSOE arranca la campaña derrotado anímicamente.

La propia convocatoria de elecciones anticipadas ya llevaba implícito el mensaje de sacrificar su plan de agotar la legislatura y la Presidencia europea que tanto le ilusionaba y en la que tantas esperanzas depositó para frenar la sangría de votos hasta diciembre y evitar una revuelta interna en el PSOE. Lleva también ese mensaje la estrategia de la épica de presentar a Sánchez como "el derrotado que se levanta para combatir".

Visto el Comité Federal y las tensiones por las listas es fácil imaginar qué hubiera pasado internamente sin la convocatoria de generales que hace freno a las disputas internas y, sobre todo, qué puede pasar si el 23 de julio pierden el Gobierno.

Se completa con el giro estratégico para no acudir a las elecciones formando tándem con Yolanda Díaz, lo que indica que se busca dejar un PSOE lo más fortalecido posible, aunque pierda el Gobierno. Es decir, pasa de no tener inconveniente en que se fortalezca Sumar con tal de poder gobernar en bloque a intentar arañar votos a su izquierda. Todo para no pasar a la historia como quien dejó el peor resultado electoral del PSOE.

Y es coherente con la petición de seis debates cara a cara con Alberto Núñez Feijóo, que da idea de desesperación. Quien arriesga en los debates es porque se ve menos favorito y quien está dispuesto a arriesgar seis veces es que sabe que necesita un doble salto mortal. Y, además, confía mucho en sí mismo.