Con Cuca Gamarra en la carretera: "Veo muy nervioso al PSOE, histérico en ciertos momentos"
"Hay que seguir trabajando para que los españoles opten por un Gobierno en solitario" / "La izquierda quiere repetición electoral, Sánchez ha asimilado que va a perder. Lo único en lo que está es en alcanzar un resultado que pueda bloquear".
21 julio, 2023 03:05- ¡Hay un polizón a bordo!
Cuca Gamarra (Logroño, 1974) previene a su equipo, con un punto de guasa, de la presencia de un intruso, cuaderno, boli y ordenador en mano, en su caravana electoral. A partir de ahora, todo lo que pase es susceptible de ser desvelado.
Lo primero que uno aprecia en la secretaria general del Partido Popular es un defecto de apariencia: su personalidad contrasta con el rictus que a veces recogen las cámaras. Podría decirse de ella, viéndola a través de la televisión, que transmite seriedad. Lo que no se ajusta a la mujer alegre y cercana en el trato. Tampoco es que le importe mucho, para eso es política, no actriz.
Miércoles, media tarde. Acaba de llegar a Burgos. Amaneció otra vez en brazos de la campaña electoral, en Ceuta. Cogió un helicóptero a Algeciras. Después, un coche a Jerez y, desde allí, un avión a Bilbao, donde la esperaba un coche oscuro con los cristales tintados para llevarla hasta el punto donde nos encontramos.
"¡Qué jartura más grande de campaña!", exclamó entre suspiros hace días Juanma Moreno (amigo de Gamarra de Nuevas Generaciones) para dar cobijo a todos los que llevamos la fatiga electoral a cuestas. Todos, menos la número dos de Alberto Núñez Feijóo, que se lo pasa divinamente. Niega estar cansada, a viva voz y girando la cabeza de un lado a otro. ¿Será verdad?
Cuca, ángel pizpireto, que retrató Lorena G. Maldonado en EL ESPAÑOL, sólo aqueja una cosa de tanto viaje: ha perdido la noción del tiempo.
- En algunos momentos tengo ciertas lagunas. Me acuerdo perfectamente de todos los sitios donde he estado y con quién he estado, pero no sé si en esta campaña o en la de municipales y autonómicas. Han estado muy solapadas. Por ejemplo, ahora en Burgos, cuando me dicen que estuve hace 96 días… ¡Tengo la sensación de haber estado hace casi un mes! Está todo muy condensado.
En la terraza del Palacio de Congresos burgalés esperan sentados cientos de militantes. Arrecia un viento que fastidia a los comparecientes. Nada más empezar el mitin cae al suelo la primera marquesina de cristal. Al final, no queda una en pie. Cuca toma la palabra. Las rachas de aire amenazan con levantar la parte baja de su vestido y dejar al descubierto… nada, que ella agarra la tela a la par que los papeles. Sin sobresaltos.
Domina como nadie lo que en el argot periodístico-político se conoce como "el argumentario". Es la voz del líder en diferido, no se sale del carril ni un milímetro. Hoy, toca seguir apelando al "voto útil", para que no se produzcan "ni bloques ni bloqueos" tras el 23-J. La circunscripción burgalesa reparte cuatro escaños a la Cámara Baja y la división del voto de centroderecha entre PP y Vox puede beneficiar a la izquierda, explica Cuca, que trata de hacer pedagogía con sus espectadores.
De Burgos a Calahorra
- "No hay más truco ni más cálculo para la mayoría que concentrar el voto en torno al Partido Popular", mira, ¡qué buena frase me ha quedado!
Acaba de subirse de nuevo al coche. Toca un último trayecto: hasta la localidad riojana de Calahorra. Empieza el camino repasando, en uno de sus dos móviles, los teletipos publicados por las agencias, que se hacen eco de su última arenga. Relee algunas de las frases improvisadas en el atril y se viene arriba: "Oye, es que esto no está nada mal, ¿eh?". Tiene garra. Sus más íntimos creen que es "prudente, pero con un punto de ambición". Le gusta reír. Y, de vez en cuando, dar un golpe en la mesa. El buen humor no está reñido con la seriedad.
- ¿Cuál fue su primera campaña?
- Llevo muchas. La primera que recuerdo es cuando fui tercera suplente en las autonómicas del año… creo que era 1999, al Parlamento de La Rioja.
- Pero no entró.
- ¡Hombre claro! (Risas). Pero me hizo muchísima ilusión y recuerdo perfectamente esa papeleta electoral. Una de las cosas que se me pasaron por la cabeza es que ya no vivía mi abuela Concha y ella hubiera sido feliz de ver a su nieta de tercera suplente…
- ¿Le gustaba la política?
- Sí, sí.
- ¿Cuándo entró en política de verdad?
- En 2003. Me presenté de número 8 en la lista del Ayuntamiento de Logroño. Fui elegida concejal de Empleo. Luego, pasé a ser concejal del distrito centro y portavoz. En esa legislatura compaginé la política con mi profesión, la abogacía.
"En 2007 fui de dos al Ayuntamiento de Logroño y nos quedamos a 300 votos... Nada está nunca hecho en elecciones"
- ¿Y después?
- Fui de número dos al Ayuntamiento y nos quedamos a 300 votos. Por eso tengo tanto respeto a las urnas. El PP, en aquel momento, si no tenía mayoría absoluta, no gobernaba. Se unían todos contra nosotros... Nos quedamos a un puñado de votos de la absoluta y nos fuimos a la oposición. Y, bueno, en 2011 conseguimos una mayoría absoluta muy mayoría absoluta: 17 de 27 concejales.
Aquella amarga victoria de 2007 en Logroño, enseñó a la que luego ocupó el bastón de mando del consistorio una lección: "Nada parecía que pudiera poner en juego que el PP ganara con mayoría, las expectativas eran muy altas. Salió el sol, la gente lo dio por hecho y… nada está nunca hecho en elecciones. Tengo lecciones prácticas de campaña y días de elecciones".
De aquella Cuca militante, candidata, alcaldesa; a la secretaria general del partido que hoy parte como favorito en las encuestas para el 23-J (mención aparte del CIS), queda "la misma persona, con mucha más experiencia". Los años y los golpes, definitivamente, acaban curtiendo a la gente: "Te dan tablas y madurez".
Cuca lleva dos carpetas sobre las piernas. Y una tablet. Buena parte del tiempo lo dedica a repasar discursos. Procura asomarse poco a las redes sociales. Porque "no reflejan la realidad". En esta campaña, concretamente, la vida está "en la calle, en las terrazas, en las playas". Algo que, a su juicio, también jugará a favor de su partido el domingo.
- Porque hay mucha, mucha gente cabreada con Pedro Sánchez, ¿eh? Es que, imagínate… El que está ahora haciendo cola a cuarenta grados para votar. Estuve el otro día en Almería, en un acto, con un aire acondicionado industrial que te deja la cabeza como un bombo, y los que estén en una mesa electoral el domingo van a aguantar eso desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche.
Uno intenta dar con el botón que ponga en pausa a la candidata. La voluntad es sacar del anonimato a la persona. Adivinar si, incluso, existe un punto de fragilidad detrás de la portavoz que interfiere, miércoles tras miércoles, al presidente del Gobierno en la sesión de control en el Congreso.
- ¿Hay desgaste psicológico en su trabajo?
- Es cierto que, lo que tiene exposición pública, tiene desgaste emocional.
- España es un poco de trincheras. Se pone etiquetas a los políticos con facilidad. Por el mero hecho de tener otra ideología.
- No comparto que España sea un país de trincheras. Quienes mejor lo sabemos somos los que venimos de la política municipal, en el sentido del contacto con la gente. Compartimos todos los días trabajo, café, amistad, con gente que es distinta a nosotros. Esa es la España real. Luego, hay otra que quiere tensionar, que haya extremos. Pero así no es España. Tú te montas en el ascensor y a tu vecino le preguntas "qué tal te va" y no "a quién votas". La gran mayoría de los ciudadanos es muy respetuosa, incluso con el que no han votado.
- Ya podríamos hacer balance de esta campaña.
- Queda…
- Muy poco.
- La parte más importante.
- ¿Y qué podemos esperar?
- La segunda semana es más de dirigirse al voto indeciso y de consolidar el voto útil.
- Parece que ahora, los periodistas, cada vez que entrevistemos a un político vamos a tener que empezar como en los juicios en Estados Unidos.
- ¿Cómo pues?
- ¿Promete usted decir "la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad"? Se ha abierto un debate, casi filosófico, sobre lo que es verdad o mentira…
- Debiera ser que todo lo que se diga sea verdad.
- Pero, a raíz de una "inexactitud" en un dato de pensiones, según Feijóo, la campaña gira en torno a la mentira.
- Veo al PSOE muy nervioso, en ciertos momentos histérico. Muy al ataque. Está desesperado, no tiene proyecto. Pero, evidentemente, es pensar que los españoles no tienen memoria. Si algo hemos interiorizado en los últimos años es que Pedro Sánchez es un mentiroso profesional.
- Siga…
"Los socialistas, con ese currículum de mentiras, toman por tontos a los españoles si se creen que las pueden tapar"
- Hay tres mentiras que no se nos olvidan por lo que significan. Una es que no dormiría tranquilo si gobernaba con Pablo Iglesias y gobernó, y lo llevó hasta el CNI; otra es la famosa frase de "cuántas veces tengo que repetirlo, no pactaré con Bildu", y Bildu se ha convertido en un aliado imprescindible durante toda la legislatura. Y, luego, la tercera: que iba a traer a Puigdemont. Lo que sabemos es que ha intentado que venga ofreciéndole un indulto y para cuando sea puesto a disposición de la Justicia, el Código Penal ya no recoge delitos por los que tenía que ser juzgado. Con este currículum de mentiras toman por tontos a los españoles si se creen que las pueden tapar.
- ¿Temían que se embarrara la campaña? Estamos viendo que todo el Gobierno saca la foto de Feijóo con un narco hace 30 años.
- Estamos hablando de un Gobierno que no ha tenido ningún tipo de inconveniente en señalar a empresarios, con nombres y apellidos, a periodistas, a los jueces los ha llamado fachas con toga. Sabemos que no tiene respeto institucional a nada. Entonces, somos conscientes de que a nosotros todavía menos nos lo van a tener, es una cuestión también de la desesperación en la que están inmersos… El PSOE y la izquierda sabe que están a días de ser desalojados del poder, y por tanto no hay límites.
- ¿Cómo llevan la gestión de las expectativas? Parece que si el PP saca 140 escaños será un fracaso.
- Partimos de 89 escaños, cuando el presidente Feijóo llegó hace 15-16 meses, el PP incluso cayó a tercera fuerza en las encuestas. En este momento, estamos hablando de un PP que va a tener un resultado muy amplio. Nadie duda de que va a ganar las elecciones y lo va a poder hacer superando la suma de la izquierda. El resultado va a ser bueno. Seguimos en campaña, hay que seguir trabajando para consolidar un resultado que permita al PP una mayoría suficiente para poder dar a España un Gobierno estable y sólido, sin intermediarios.
- ¿Y si tiene que apoyarse en Vox?
- Primero, los españoles no han hablado. Hablan el domingo. Vamos a seguir trabajando para que opten por un gobierno en solitario del PP, que nos permita volver a la España de los grandes pactos de Estado. Que en la Moncloa se hable de los pactos de la Moncloa y no de lo que hace Pedro Sánchez.
- ¿Y qué hace?
- Pactos para "permanecer yo en la Moncloa", que es una cosa bien distinta. Muchos españoles están pensando optar por el PP. No somos su partido, pero sí su solución. Hay que terminar con una etapa basada en los bloques y los bloqueos. Queremos aspirar a eso, no a reeditar una política de bloques que no es buena para España.
- ¿Existe un riesgo de una repetición?
- Eso quiere la izquierda. Pedro Sánchez ha asimilado que va a perder, ahora lo único en lo que está es en alcanzar un resultado que pueda bloquear la gobernabilidad de España. Así ha funcionado desde que llegó al PSOE la primera vez. Es el autor del "no es no". Con lo cual, los españoles tenemos también en nuestra mano superar todo eso y garantizar la gobernabilidad. Es de lo que queremos hablar en estos días…
- ¿Feijóo le ha consultado alguno de los nombres que tiene en su cabeza para un hipotético Gobierno?
- No… Como es lógico. Quien tiene que pensar en su Gobierno es el presidente. Además, esto demuestra mucho de cómo es Feijóo. Pensará y hablará después de que sea elegido, si los españoles le dan su confianza. Me parece muy serio, sensato y responsable. Aspirar a esa política sería razonable para el bien de España.
Pasadas las dos horas, llegamos a Calahorra. Por el camino, Cuca ha interrumpido la conversación en más de una ocasión para contemplar el paisaje. "Esas que se ven ahí son unas de las bodegas más importantes de la región. Tienen un estilo francés, chateau, son preciosas". Se conoce bien el relieve, que describe con la ilusión del que enseña lo propio al forastero. Como descerrojando el cofre para mostrar el tesoro.
Cuca, profeta en La Rioja
En la sede del PP de Calahorra, sita en la primera planta de un edificio muy corriente, nada que ver con el imponente de Génova 13, es recibida por un grupo de personas. Unas cincuenta en total. Es uno de los tantos municipios a los que llegó la marea azul el 28-M y eso levanta la moral.
El mensaje aquí es más directo. Se pone el traje de número uno de su partido al Congreso por la circunscripción riojana: "Salgamos a convencer a nuestros vecinos y familiares para que La Rioja sea decisiva. Que haya un cambio que sirva para tener un Gobierno que apoye a La Rioja".
Faltan unos minutos para que empiece el debate electoral a tres en RTVE. A los estudios de Prado del Rey ya han llegado Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. En ese momento, Cuca toma asiento en la terraza de un bar, donde culmina su jornada laboral. Ha refrescado. Pide un vino blanco, que adereza la casa con unos cacahuetes para picotear.
- ¿De verdad que no va a ver el debate?
- Pero, ¿cómo lo voy a ver, si estoy en Calahorra haciendo campaña?
Cuando pasa un buen rato, Cuca levanta el vuelo. Ya es de noche. "La sal esta de los cacahuetes me ha dejado la boca seca". Nada más llegar a su Logroño, aprovecha lo que queda de noche para rematar con una cena rápida, acompañada por unos amigos. Quiere aprovechar un tiempo de desconexión, encima ¡se ha caído WhatsApp a nivel mundial!
A la mañana siguiente, después de dormir a pierna suelta, se reafirma en su decisión de no ver el debate. "Ha sido bastante tostón, aburrido y plomizo", confiesa tras visionar un resumen. Cuando llegó a casa, a media noche, puso la televisión de fondo mientras repasaba los detalles de su intervención en un desayuno informativo en Logroño. "Para mí es un evento muy importante, que me la juego con los míos".
Es jueves, quedan 48 horas para que termine la campaña. Tres días para ir a votar. La jornada arranca, oficialmente, a las 9:30 de la mañana. En un restaurante a las afueras de Logroño se dan cita los principales agentes económicos y sociales de la ciudad para escuchar a la candidata del PP. Es como una puesta de largo. Mejor dicho, "parece una boda", comenta uno de los asistentes al ver los meseros en la entrada.
Nada más llegar, Cuca se abraza a su delfín: Gonzalo Capellán. Es un doble de Feijóo, algo más espigado. Recientemente fue investido presidente de La Rioja, después de ganar las elecciones... por mayoría absoluta, y por primera vez en su vida. Le quedan tres gestas para igualar al líder de su partido.
En el desayuno, la candidata se explaya. Desgrana, de principio a fin, todo el programa electoral de su formación. Es consciente de que la alocución inicial ha sido tosca. De algo tienen que servirle las dos semanas que ha estado encerrada en el despacho, enterrada en papeles. Feijóo le encargó la configuración del documento donde vienen recogidas las 365 promesas electorales con las que aspira llegar a la Moncloa.
Una vez respondidas a todas las preguntas de los invitados, recoge su bolso y vuelve al coche. Tiene pendientes tres entrevistas seguidas. La primera, en Onda Cero Logroño, muy cerquita de la casa donde vive. Acaba de saltarle una alerta en el teléfono móvil: "Correos pide a la Junta Electoral ampliar el plazo del voto por correo", lee en voz alta un titular de EL ESPAÑOL.
- Vamos, que van a acabar haciendo lo que pedía el Partido Popular desde el principio. Y nos lo van a conceder... Ya verás. ¡Es que esto lo hemos conseguido nosotros! Nos lo estaban pidiendo los sindicatos y todo el mundo. Aquí tengo el seguimiento de cómo está yendo la votación. Ahora mismo hay 170.000 personas que todavía no han podido recoger su papeleta.
Le gusta tener las cosas bajo control. En cierto modo, es perfeccionista. El voto por correo ha sido uno de los puntos más candentes de la campaña. Feijóo, expresidente de la entidad pública que gestiona los envíos postales en España, cargó duramente contra los directivos actuales. Estamos llegando al centro de la ciudad. Vamos en hora por los pelos.
Caminando por el centro, Cuca saluda a los vecinos como si los conociera de toda la vida. En realidad, da la sensación de que los conoce de toda la vida. Desde luego, se acuerda del nombre de muchos de ellos. Y del de sus padres, hermanos o primos. No es por quitarle mérito, pero Logroño, con 150.000 habitantes, tampoco es Madrid.
A diferencia de Isabel Díaz Ayuso, una figura mesiánica a la que muchos quieren tocar con sus propias manos, Cuca Gamarra pasea por la ciudad que le vio crecer con una pasmosa tranquilidad. Como una más. "Es que están ya muy acostumbrados a verme". Como mucho, la saludan, le piden una foto rápida o le desean "¡mucha suerte para el próximo domingo!". Estamos media hora en el estudio de radio.
- Oye, necesito tomar un café. ¡Que yo todavía no me he tomado nada! Tardo cinco minutos.
Queda una última parada en su ciudad: la televisión local. Allí aprovecha para pasar por chapa y pintura. Después, mientras le ponen el micrófono, bromea con la presentadora: "Estoy más blanca que la pared, cómo se nota que llevo sin ir a una piscina desde el verano pasado".
Su presencia ha generado un poco de revuelo. Una de las trabajadoras de los estudios, que reconoce sentir cariño hacia ella, asegura que no le gustaría que fuera la próxima vicepresidenta del Gobierno.
- ¿¡Por qué!?
- ¡Porque queremos que sea la presidenta!
A las 14:00, el coche vuelve a estar varado en la calzada. En dos horas, tiene que llegar al aeropuerto de Bilbao para volar hasta Cataluña, donde participará en un mitin multitudinario por la tarde. Para el recuerdo, se fotografía en un parque que levantó el Ayuntamiento durante su etapa de alcaldesa. Con algo de timidez, y orgullo al mismo tiempo, presume: "Está feo que lo diga... Pero esto está aquí gracias a mí". Se trata de una obra que consiguió sacar adelante en plena crisis económica, en 2011.
- No había dinero en aquella época, tuvimos que convencer al arquitecto para que reestimara el presupuesto. Al final, lo sacamos adelante.
Le gustaría alargar la estancia un poco más, y tomarse unos pinchos antes de regresar a la carretera. Pero no puede. "Jefa, que no llegamos", le advierten desde su equipo. Todavía le queda una tercera entrevista, que hace por teléfono. Cierra la puerta con ímpetu. La campaña sigue en marcha. En 24 horas, estará de vuelta en La Rioja para el cierre. El domingo, irá a Génova. Si todo sale según lo previsto, será una de las primeras personas en aparecer en el balcón de las victorias. La suerte está echada.