Puigdemont pretende unir a todo el separatismo catalán para negociar con Sánchez con una sola voz
La intención del expresidente catalán pasa por pactar "un denominador común" con ERC, la CUP, Òmnium y la ANC antes de sentarse a negociar.
26 julio, 2023 02:52"Muy difícil", "casi imposible". Esas son las expresiones que utilizan en el núcleo duro de Carles Puigdemont cuando se les pregunta por un pacto que revalide la presidencia de Pedro Sánchez. Sin embargo, admiten que abrirán una "negociación" cuando el PSOE se ponga en contacto con ellos: "Sí, hablaremos".
Puigdemont sabe que el plan de Sánchez –tal y como se ha publicado estos días– pasa por dejar la iniciativa a Alberto Núñez Feijóo y sólo entrar en escena cuando el candidato del PP se haya revelado incapaz de sacar adelante su investidura. Según ha contrastado EL ESPAÑOL, el expresidente de Cataluña aprovechará este tiempo para intentar ahormar una suerte de frente común con el resto de fuerzas vivas del independentismo: ERC, la CUP, Òmnium, la Asamblea Nacional Catalana...
"Sabemos que es muy complicado, pero tendríamos mucha más fuerza en una negociación con Sánchez si lográramos que las peticiones del independentismo se ajustaran a un común denominador", expresa en charla con este periódico un colaborador de Puigdemont.
El expresidente catalán condenado por desobediencia y malversación razona que el separatismo unido en torno al referéndum y la amnistía empujaría aún más a Sánchez a esa disyuntiva límite: ceder o elecciones.
Los de Junts saben que ese frente común es "muy complicado" porque la relación con ERC se ha deteriorado mucho desde que el partido de Puigdemont salió del gobierno de la Generalitat. Antes, rechazaron la "Mesa de Diálogo" que Sánchez acordó con Oriol Junqueras.
La división en el independentismo catalán tiene que ver, precisamente, con la estrategia a seguir. Esquerra Republicana adoptó el camino de la negociación con Sánchez y Junts se desmarcó, refugiándose en una vía maximalista: o referéndum y amnistía o nada.
Mientras Sánchez no mueva ficha –parece que no lo hará hasta después del verano–, Puigdemont tendrá tiempo para explorar esa posibilidad: "Veremos si es posible que los independentistas negociemos juntos o por separado, pero lo importante es negociar las mismas cosas". Si no hay posibilidad de acuerdo, entonces sí, Puigdemont afrontará en solitario y con hoja de ruta propia las conversaciones con los socialistas.
Punto de partida
El PSOE reitera que no aceptará "nunca" un referéndum de autodeterminación ni la amnistía. Junts hace lo propio a la inversa. Pero, como en toda negociación, las partes explorarán posibles cesiones para convencer a quien está al otro lado de la mesa.
Con siete escaños y una posición de debilidad, Junts tiene la llave de la gobernabilidad en España. En las elecciones generales, los de Puigdemont fueron cuarta fuerza por detrás –en este orden– de PSOE, Sumar y ERC. Incluso el PP obtuvo más votos que Puigdemont en Cataluña, aunque lograra un escaño menos (6) debido al reparto propio de la Ley d'Hondt.
Paradójicamente, los de Puigdemont han encontrado en su decrecimiento la mayor fortaleza. Y así lo exhiben: "Esperaremos a ver qué ofrece Sánchez. Quien nos necesita es él. Así que si no tiene prisa, nosotros tampoco".
Carles Puigdemont se concibe representante de la "única" fuerza que apuesta "realmente" por el referéndum y la amnistía. De hecho, buena parte de sus proclamas políticas dibujan a su otrora socio, ERC, como un partido que, tras dejarse "engañar" por Sánchez, se ha visto desinflado.
En términos electorales, es verdad que los de Rufián han perdido votos y han sido derrotados ampliamente por el PSC, pero los de Puigdemont han sufrido también esa derrota a manos de Sánchez.
El plan original de Puigdemont, por tanto, pasa por arrastrar a ERC de nuevo a una reivindicación mucho más frontal: la amnistía y el referéndum. A partir de ahí, todos unidos, como en 2017, pidiendo esos dos puntos al PSOE.
En Waterloo son conscientes de que es "casi imposible", pero juegan sus cartas convencidos de que nunca antes se habían topado con un Sánchez "tan débil" en la negociación: "O pacta con nosotros o, casi seguro, pierde el gobierno".