José Luis Martínez Almeida e Isabel Díaz Ayuso en el acto de La Paloma.

José Luis Martínez Almeida e Isabel Díaz Ayuso en el acto de La Paloma. Ayuntamiento de Madrid

Política LA INVESTIDURA

Feijóo dispuesto a ofrecer al PNV la Presidencia del Congreso a pesar del rechazo del PP de Madrid

La jugada favorecería al PP, con la investidura; al PNV, hoy a la sombra de Bildu en el bloque de Sánchez; y a Junts, con una Mesa proclive a sus planes.

16 agosto, 2023 02:48
Alberto D. Prieto I. P. Nova

Hay una jugada, llevada "con discreción" y que sólo dará frutos (o no) a última hora para que Alberto Núñez Feijóo sea presidente del Gobierno. Fuentes de Génova revelan a este periódico un rumor hasta ahora no confirmado: que el Partido Popular, efectivamente, está dispuesto a ceder la Presidencia del Congreso al Partido Nacionalista Vasco a cambio de que el mundo nacionalista e indepe facilite la investidura del candidato popular.

Según estas fuentes, del núcleo duro de Feijóo, la maniobra "es posible" si se cumplen determinadas condiciones. Para empezar, hace falta que sean los peneuvistas los que pongan las condiciones, de manera pública. En Génova se piensa en el desarrollo del Estatuto e, incluso, la posibilidad de estudiar una renovación del mismo.

Por otro lado, el PP quiere que no haya otro tipo de contrapartidas concretas que comprometan, de inicio, su situación. La otra formación implicada en la carambola sería Junts. Y ya se han llevado a cabo "contactos discretos" sondeando el entorno de Carles Puigdemont

Pero Feijóo fue a la campaña electoral ofreciéndose como "la centralidad y la institucionalidad". Dadas las circunstancias políticas producidas por el 23-J, este concepto tiene que evolucionar hacia una nueva manera de relacionar al PP con los nacionalismos, pero esta habrá de ser gradual.

En los últimos días, fuentes de Junts confirman a este diario "contactos soterrados" con el PP, pero rechazan dar detalles "porque cualquier frase puede romper la confianza". Y tal como explican otras fuentes populares, el partido presidido por Andoni Ortuzar ha recibido presiones de directivos de algunas de las empresas más poderosas del País Vasco.

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El mensaje emitido al PNV es que un nuevo Gobierno de Pedro Sánchez sería contraproducente por dos motivos: el primero, la más que posible profundización en políticas fiscales y laborales que perjudican el crecimiento y la competitividad; el segundo, que este Frankenstein 2.0 sería aún más inestable e imprevisible que el anterior, con decenas de partidos haciendo valer cada uno de sus votos en el Congreso.

Cuadrar el círculo

Este último argumento casa, además, con la división interna en la cúpula del PNV. Los jeltzales han sufrido un retroceso en votos muy acusado desde que participan de la gobernabilidad de España con Sánchez. Sánchez ha privilegiado a Bildu, competidor en la hegemonía del nacionalismo vasco. Y sólo el "espantajo" de Vox -que "no es poca cosa", según un exdirigente peneuvista- ha evitado que Ortuzar cambiara de bando.

"Si ayudamos a Feijóo, sufriremos una campaña sucia del PSOE", con el que el PNV gobierna en el País Vasco. "Y Bildu se pasaría lo que queda de aquí a las elecciones vascas repitiendo que vamos de la mano de Vox... la venganza de los dos juntos sería terrible", apunta esta misma fuente.

Pero si el PP logra cuadrar este círculo todos ganarían: Feijóo, la presidencia; el PNV, sacarse de encima la cohabitación con Bildu; Junts una presidencia del Congreso dispuesta a tramitar la ley de amnistía; y a largo plazo, todos, una nueva relación de los populares con el nacionalismo periférico.

La propuesta del presidente canario, Fernando Clavijo, de que el PNV presida el Congreso de los Diputados fue el pistoletazo de salida. El pasado domingo, Clavijo fue entrevistado en La Vanguardia. El también líder de Coalición canaria no sólo ha recuperado el Gobierno de las islas de la mano del PP, sino que tiene "una relación privilegiada" con el PNV, tal como explica otra fuente de la política vasca.

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Cristina Valido, la diputada de CC sería la número 172 en los apoyos de Feijóo. Y para ser investido sólo le harían falta los cinco del PNV, o la abstención de los siete de Junts... ambos, partidos a los que les puede interesar esta jugada rocambolesca.

Por mucho que insistan los barones del PP en que "sin la excusa de Vox en el Gobierno, ya no hay razones para que nos veten", un  del PNV, hoy en día, sería difícil de explicar, después de los dos portazos de la Ejecutiva peneuvista.

Pero una abstención de los de Puigdemont sería más fácil de asumir por todos: a Junts, explican fuentes del entorno del expresident, no le importa "quién pague, si alguien paga" lo que ellos piden. Y el PP, en todo caso, no será responsable de que una Mesa en la que el PNV sería "la bisagra de desempate", desde la Presidencia, apoyara una propuesta del "bloque plurinacional" como tramitar una ley de amnistía. 

Reticencias de Ayuso

Pero este plan ha abierto una herida en el Partido Popular, de momento, contenida. Mientras que algunos barones aseguran apoyar la "jugada", otros, como los líderes madrileños, la rechazan rotundamente. Así lo dejaban claro este martes la presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta de los populares en la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez Almeida.

Isabel Díaz Ayuso durante su comparecencia ante los medios.

Isabel Díaz Ayuso durante su comparecencia ante los medios. CAM

Ambos líderes del PP, pesos pesados dentro del partido gracias a sendos liderazgos con mayorías absolutas, dejaron a un lado la posibilidad, asegurando que el PNV "no representa a todos los españoles".

Ayuso y Almeida han unido sus voces para reivindicar que el partido que debe de ocupar este cargo es alguien del Partido Popular. Hay que recordar que el presidente del Congreso es la tercera autoridad del Estado, por detrás del Rey y el presidente del Gobierno.

"Una minoría por todos"

La presidenta autonómica reitera que la presidencia del Congreso la debería de ostentar "el partido que ha ganado las elecciones y no grupos minoritarios". "Eso debería de ser lo normal y no que una minoría hable en voz de todos", ha explicado.

Con sus palabras, Ayuso descarta la posibilidad de ceder ante la pinza del PNV y Coalición Canaria en vistas de un hipotético pacto de Gobierno. "Todo lo que no sea que el PP presida el Congreso sería una lástima; porque el PNV no representa a todos los españoles".

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Por su parte, Almeida apoyó a la lideresa madrileña afirmando que, si alguien debe estar al frente del Congreso de los Diputados, es el partido más votado. En este sentido, recordó que sólo "hay un perdedor de las elecciones", refiriéndose a Pedro Sánchez, y él es el que está "subastando a oscuras el futuro de España".

"Pedro Sánchez ha perdido las elecciones, aunque quiere que todos olvidemos el resultado electoral", insistió siguiendo, a pies juntillas, las declaraciones de Ayuso.

¿Negociar con Junts?

Desde el PP de Madrid también han marcado distancias con la séptima planta de Génova 13 (donde está el despacho del líder nacional) respecto a la posibilidad de negociar una investidura con Junts.

"El PP tiene líneas rojas. No queremos negociaciones secretas con los que quieren romper España", ha insistido Almeida en un tono muy similar al marcado por Carmen Fúnez. Para la vicesecretaria territorial, dialogar con Puigdemont es una "línea roja" que los populares no están dispuestos a cruzar.

Pero pese a las quejas rotundas de Fúnez, Ayuso o Almeida, no hay que olvidar que el vicesecretario de organización del PP, Elías Bendodo, ha defendido en multitud de ocasiones "negociar con todos". Y eso incluye, inevitablemente, a Junts.

Pero la postura pública del PP no ha sido clara. Más bien, ha ido variando conforme iban pasando los días. Pedro Rollán defendía hablar con todas las formaciones, Cuca Gamarra negaba la mayor, Bendodo ponía el debate sobre la mesa… y este martes, Ayuso y Almeida marcaron una línea roja: con el "prófugo de la justicia", no.

Sabedora de que su postura es radicalmente opuesta a negociar con Junts, Ayuso ha preferido tirar balones fuera y decir que no le corresponde a ella "decir si hay que negociar y hablar con Junts".

"Pero sí digo que no se puede seguir pagando la fiesta independentista. No es sólo una cuestión de dinero, es una cuestión de que las nuevas generaciones hereden un país unido", ha finalizado.