Israel da la espalda a Sánchez: no asistirá a la cumbre en Barcelona de Unión por el Mediterráneo

El encuentro de Pedro Sánchez este jueves con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no ha servido para aplacar los ánimos entre ambos países. La pretensión del presidente español desde hace semanas de erigirse en mediador de un nuevo proceso de paz en Oriente Medio sufre un nuevo revés después de que Israel haya anunciado que no acudirá al encuentro de Unión por el Mediterráneo (UpM) que se celebrará el próximo lunes en Barcelona.

La embajada de Israel ante la Unión Europea ha emitido un comunicado en la tarde del jueves en el que reprochan que se haya modificado el orden del día de la cumbre internacional, de forma que se "centra exclusivamente en el actual conflicto". "Esto socava el propósito de la UpM y conlleva el riesgo de transformarlo en otro foro internacional en el que los estados árabes ataquen a Israel", apuntan.

De esta forma, Israel declina asistir al encuentro de la UpM, que reúne a los países de la Unión Europea así como a una decena de países árabes, el propio Israel y los representantes de Palestina. 

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"Inicialmente previsto que se centrase en el 15º aniversario de la UpM y en la reforma en curso, los ministros de Asuntos Exteriores se reunirán en cambio para discutir la situación crítica en Israel y Gaza-Palestina, así como las consecuencias en la región", indica la UpM en su página web en relación al encuentro del próximo lunes.

"El foro ofrecerá una ocasión oportuna para dialogar entre todos los miembros sobre la dramática situación sobre el terreno y el camino a seguir", justifica la entidad internacional.

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Con la negativa a asistir a Barcelona, parecen cerrarse las puertas a la intención de Sánchez de organizar una conferencia internacional de paz en la primavera de 2024, una propuesta que contó con el respaldo del Consejo Europeo en su cumbre de hace un mes.

El presidente español pretendía así replicar la Conferencia de Paz de Madrid de 1991 que, bajo el Gobierno de Felipe González, sentó las bases para los Acuerdos de Oslo de 1993, la propuesta de solución permanente al conflicto palestino-israelí que más visos ha tenido de prosperar.

Tampoco ayuda a las relaciones con Israel la insistencia de Pedro Sánchez, tanto en declaraciones públicas como en sus maniobras diplomáticas con sus socios comunitarios, de impulsar el reconocimiento de Palestina como estado, ni el nombramiento de dos ministros en su nuevo Ejecutivo - Sira Rego y Ernest Urtasun - que se opusieron en el Parlamento Europeo a condenar los ataques de Hamás en territorio israelí que reavivaron el conflicto el pasado 7 de octubre.