El turno de Puigdemont: Sánchez negociará tras visitar a Aragonès si se ven en Bélgica o en Suiza
La reunión "entre los dos presidentes" forma parte de los acuerdos firmados por Cerdán y Turull para la investidura, será en el extranjero y la celebrarán "los dos solos", sin mediador internacional.
15 diciembre, 2023 02:47La noticia estalló a primera hora del jueves, como un desliz de Jordi Turull, durante una entrevista en Cafè d'idees, del circuito catalán de TVE. El secretario general de Junts se prodiga poco en los medios. Así que cuando lo hace, más vale estar atento. Porque no había nada de improvisado en su revelación: "Los dos presidentes se reunirán, como es propio, para hablar de la negociación y profundizar en la resolución del conflicto".
Carles Puigdemont esperará su turno, después del de Pere Aragonès, como pactaron el propio Turull y Santos Cerdán en los días de septiembre en que todo esto parecía inimaginable... salvo para Pedro Sánchez y su equipo, que llevaban meses sembrando, con encuentros preparatorios (y clandestinos) en Bruselas.
Primero, Sánchez hará una "visita oficial" a Barcelona, de presidente a president. Y luego, el que lo fue hasta que huyó de la Justicia en un maletero, negociará con quien lo consideró rebelde, luego sedicioso y hoy socio, dónde verse. "Será en el extranjero, hay que ver si en Bélgica o en Suiza", explica un portavoz de la dirección de Junts, poniendo ejemplos.
¿Podría ser en Waterloo? Otras fuentes del partido separatista lo dan por imposible. Una cosa es "el sapo" que deberá tragar Sánchez y otra es apretar demasiado. Hasta que no entre en vigor la amnistía, y Puigdemont pueda regresar a España ("a Cataluña"), Junts no va a forzar de más al PSOE. "Pero si nos toman el pelo, adeu, rompemos", añade una de las fuentes, parafraseando las palabras de Turull.
Jordi Turull (Junts): "Habrá una reunión como es debido para negociar la resolución del conflicto político entre los dos presidentes".
— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) December 14, 2023
Que Pedro Sánchez negocie en el extranjero con el prófugo Puigdemont demuestra que al PSOE le vale todo por el poder.pic.twitter.com/HAwi2Dph2u
"Esto estaba en el pack, tampoco es extraño que se reúnan", apunta un dirigente separatista. De modo que no sólo habrá un encuentro con foto oficial entre un jefe del Ejecutivo y un huido del Poder Judicial, al que beneficiará a través de una ley del Legislativo... antes habrá una negociación entre sus gabinetes.
Aunque el PSOE se afanaba este jueves por desviar la atención. Sánchez tenía convocada a la prensa en Bruselas, para fijar posición antes del último Consejo Europeo de su presidencia rotatoria, cerrada con abucheos el día anterior en el Parlamento Europeo.
Y su retraso en llegar al Edificio Europa acortó la comparecencia: "Yo miro mi agenda y sólo veo una reunión con el president Aragonès", se excusó, ante las preguntas de los reporteros.
Consultado un portavoz de la Ejecutiva socialista, no desmintió ninguno de los detalles aportados por Junts, y se limitó a repetir el mensaje de Sánchez. No podía responder a más, "sólo decir que no está agendada" esa cita con Puigdemont.
"No quieren molestar a Aragonès", alegaban en Junts, "pero la reunión será en las próximas semanas, y la mantendrán los dos solos", apuntan fuentes de Junts, sin mediador, verificador, facilitador ni "acompañante", como llamó Sánchez a Francisco Galindo, el diplomático salvadoreño que dirige los trabajos de Henri Dunant en las reuniones de Ginebra.
Quién es 'president'
Y es que la terminología de los dos presidentes que había utilizado el secretario general de los postconvergentes tenía su peso adrede. Tampoco estaba improvisado, según confirman en Junts... y según se malician fuentes consultadas en Esquerra. Porque era un mensaje envenenado contra Aragonès, cuya cita con Sánchez, la semana que viene en Barcelona quedaba, de inmediato, opacada.
El encuentro entre un presidente del Gobierno y un prófugo de la Justicia en el extranjero es un escándalo, y los titulares que merece son muchos más, y más grandes, que una reunión institucional... por mucho que en ambas se vaya a hablar de lo mismo.
Tanto Junts como ERC han tienen siete diputados. Y los dos partidos han llegado a pactos muy similares con el PSOE: amnistía, referéndum, dinero y comisiones de investigación en el Congreso: una para señalar al CNI y la otra para 'juzgar' a los jueces.
En definitiva, los dos partidos entregan sus apoyos parlamentarios al PSOE para lograr lo mismo, en su visión del conflicto: debilitar al Estado que los ha combatido desde 2017.
Pero no coordinan su estrategia. Y esto es por empeño de Puigdemont, el otrora president legítim, que quiere capitalizar los eventuales avances en el año largo que le queda a la legislatura catalana. De hecho, "hay tres mesas para negociar lo mismo", insisten desde ERC, "y lo lógico es que eso acabe en una sola".
¿Con un Gobierno negociando su soberanía en Suiza a través de mediadores internacionales? "Es difícil, pero ahí será cuando veremos si, de verdad, el PSOE va en serio".
Porque, de momento, el entendimiento de los socialistas y los republicanos es más fácil. No sólo por lo ideológico -al fin y al cabo, son dos formaciones de izquierdas, y las concesiones en ese campo, les cuadran a ambos-, sino porque entre los socialistas y los de Oriol Junqueras sí hay "un principio de confianza".
Ambas partes saben que se necesitan, y que irán de la mano mientras haya beneficio mutuo; pero los dos partidos tienen por seguro que el otro lo traicionará cuando el incentivo de la ruptura sea mayor.
Por ejemplo, en el caso de los dos partidos independentistas, según se acerquen las elecciones catalanas, con todos los responsables del procés ya amnistiados. Ya lo advirtió el secretario general de Junts en su entrevista, defendiendo las invectivas de Míriam Nogueras contra los jueces "indecentes" y anunciando la polémica reunión de Waterloo, Bruselas o Ginebra "entre los dos presidentes".
Y es que la batalla con el Estado no es menor que la que libran ERC y Junts por la hegemonía independentista. El mismo Turull se despachaba a gusto al concluir su intervención en TVE: "El Govern tiene 33 diputados de 135... y va de mal en peor, toque el tema que toque. Ya sea la sequía, las oposiciones o la educación. Un poco de autocrítica deberían hacer".