Yolanda Díaz ante el espejo: quedar "encima de Podemos", el consuelo de Sumar tras el 18-M
La líder de Sumar evita los micrófonos y las cámaras tanto la noche electoral como la jornada del lunes, pese a no tener agenda.
20 febrero, 2024 01:54Siempre llueve hacia abajo. La derrota del BNG en las elecciones gallegas queda atenuada por el fracaso del PSOE, que a su vez se templa por el batacazo de Sumar, que a su vez se consuela con el absoluto descalabro de Podemos. Es uno de los razonamientos que se hace desde el partido de Yolanda Díaz para justificar los terroríficos resultados del domingo.
Desde el equipo de campaña, una fuente consultada por EL ESPAÑOL asevera que la costalada del 18-F era esperada "por todos menos por Madrid", en referencia a cómo desde la dirección nacional del partido se "vendió humo" sobre las expectativas, pero a la vez justificaba los resultados con que "por lo menos quedamos por encima de Podemos". Ese era el argumento salvavidas tras el batacazo electoral.
La fuente es especialmente crítica con cómo la cúpula de Sumar, especialmente Yolanda Díaz e Íñigo Errejón, trataron la campaña cuando ya estaba todo perdido la noche electoral.
"Jugando al escondite", incide, en referencia a cómo el portavoz parlamentario vivió los resultados desde el hotel Exe Peregrino de Santiago junto a Marta Lois, candidata, pero se negó a bajar a la sala de prensa para apoyarla; Díaz, por su parte, ni siquiera salió de su casa en Madrid ni dio declaraciones el lunes, a pesar de no tener agenda.
El batacazo ha sido histórico para una líder de que siempre ha reivindicado su procedencia gallega y hecho gala de sus orígenes. Los guiños no fueron correspondidos: Sumar sacó un 1,9% de los votos (algo menos de 30.000), menos incluso que Vox.
El fracaso de Díaz se pone más todavía frente al espejo en su pueblo natal, Fene, donde la formación sólo arañó 304 votos de los más de 7.000 contabilizados.
Las fuentes justifican los resultados -"malos, sin paliativos", dijo Lois- con que el partido carecía de una estructura territorial firme, sin casi organización interna ni recursos para montar una campaña en condiciones. Por tener, no tuvieron candidato hasta el último momento, dado que su idea inicial era contar con el portavoz de Anova, Martiño Noriega, que pidió el voto para el BNG.
Los altos cargos llevaban semanas insuflando ánimos a una militancia que, al menos en las esferas intermedias de Galicia, tenía claro que sin Anova no podían hacer nada.
Hace una semana, un dirigente de Sumar en Madrid intentó convencer a un grupo de periodistas de que "el escaño de A Coruña está garantizado" y que, más aún, podían competir "por dos o tres". En Galicia, en cambio, esa idea se descartó rápidamente.
Por otro lado, hay una justificación mucho más sencilla que en Sumar cuesta tragar: Yolanda Díaz no tiene tirón en su tierra. La izquierda gallega nunca ha llegado a perdonar a Díaz el proceso de creación de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), la coalición alumbrada junto a Xosé Manuel Beiras que nació en 2012 y murió al año siguiente víctima de las traiciones internas y ambiciones personales.
De aquellas cenizas nació En Marea, un partido que todavía guardaba algunas de las esencias nacionalistas de los inicios. Sobre todas las marcas posteriores, un excolaborador de Díaz de aquella época analiza que no funcionaron por "venir dirigidos desde Madrid", en relación a Podemos, Galicia en Común y Sumar.
Esta misma persona recuerda cómo "la enmienda total" a Yolanda Díaz se consagró en 2019, cuando cambió el escaño "de A Coruña a Pontevedra" porque no tenía asegurado entrar en el Congreso de los Diputados. A este hecho se suma el contexto de que la izquierda gallega siempre tiene mejores resultados en las elecciones generales que en las autonómicas.