Tomás Serrano

Política CASO KOLDO

María Jesús Montero marca el camino para que el escaño de Ábalos sea el cortafuegos del caso Koldo

Los socialistas consideran ya insostenible la situación del exministro y Moncloa intenta limitar el perímetro del escándalo.

24 febrero, 2024 02:52

La número dos de Pedro Sánchez en el Gobierno y en el PSOE, María Jesús Montero, puso este viernes el pulgar para abajo y sentenció a José Luis Ábalos por su responsabilidad en el caso Koldo.

Montero marcó el camino para que el exministro de Fomento y responsable de Organización del PSOE sea la cabeza a ofrecer para dar imagen de firmeza contra la corrupción, el cortafuegos del primer gran escándalo de corrupción del Gobierno de Sánchez.

El objetivo de Sánchez es encapsular el caso y evitar que se extienda a ministerios e instituciones, aunque también afecta a dirigentes socialistas como Santos Cerdán. Y, por supuesto, trata de dar imagen de firmeza. Hacer de la necesidad virtud y, u8na vez que le ha estallado el primer escándalo, utilizarlo para presentarse como adalid frente a la corrupción. 

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Para el sacrificio de Ábalos es necesario que éste acepte entregar su escaño, lo que para él tendría el inconveniente de renunciar a un aforamiento que dificulta que la investigación de la Audiencia Nacional se dirija contra él. Mientras sea diputado, es necesario que asuma el caso el Tribunal Supremo y que el Congreso conceda el suplicatorio.

Si cede a la presión apuntada por la vicepresidenta Montero y deja el escaño, el juez de la Audiencia Nacional podrá pedirle explicaciones como imputado (investigado) por su conocimiento o relación con la trama de la que forma parte su asesor y persona de máxima confianza, Koldo García Izaguirre.

Inicialmente, Pedro Sánchez dudó y no hizo asomo de distanciarse de quien fue su escudero en el partido. De hecho, se limitó a asegurar que cuando le destituyó en 2021 no tenía ningún conocimiento de irregularidad alguna.

José Luis Ábalos y María Jesús Montero, juntos en una comisión del Congreso de los Diputados.

José Luis Ábalos y María Jesús Montero, juntos en una comisión del Congreso de los Diputados.

Esa respuesta del presidente del Gobierno durante su visita a Rabat, unido a la comparación con el dinero que recibió el hermano de Isabel Díaz Ayuso por la compra de mascarillas, dejó muy insatisfechos a dirigentes socialistas y miembros del Gobierno.

Esos socialistas consideraban desde el inicio insostenible la posición de Ábalos, por la estrecha relación con Koldo García y porque hay sospechas de que el asistente no podía otorgar por sí solo los contratos millonarios.

Luego se pasó a la condena del enriquecimiento de Koldo García y, hasta este viernes, no hubo referencias críticas a Ábalos. Tras las palabras de Montero se abre la veda de todos en el PSOE contra Ábalos, a la espera de que acepte dejar el escaño.

El protocolo habitual para este tipo de dimisiones forzadas es la del comunicado con expresiones como la dimisión "para no perjudicar al partido" o para poder defenderse mejor.

En una entrevista a El País, el exministro Ábalos ha asegurado que su acusación es "política y mediática, ninguna judicial" y por ello no ha pensado en dejar su escaño en el Congreso.

Además, el todavía diputado socialista ha dicho que tiene que defenderse "de las acusaciones, no de las campañas de la derecha" y ha querido mostrar su sorpresa ante los que piden su dimisión y lo compara con el alcalde de Madrid que "habla de esto cuando él tuvo el caso de las mascarillas fake, con el 60% de comisión sobre el importe, y ahí él se desvinculó".

"¿Quién me pide el escaño? ¿El PP? ¿La derecha? ¿Se lo tengo que dar? Yo no tengo ningún apego, pero hay que pensar si esto sirve para algo o para allanar la campaña de la derecha, que no va a acabar en mí", dice el exministro.

Ábalos compara su dimisión con un sacrificio para que "se aclare todo y se depuren responsabilidades", desde el PSOE "cuentan con mi colaboración, pero no para que la derecha se cobre una pieza" y ha pedido esperar hasta que "se desvelen los hechos".

Ante la posibilidad de que desde el PSOE le pidieran la dimisión, el exministro asegura que está "siempre a disposición de mi partido, pero no voy a hacer un tributo a la derecha".