PSOE, ERC y Junts inician una guerra de fogueo: se cruzarán ataques hasta que pasen las europeas

Una vez abortado el proceso para elaborar los Presupuestos Generales del Estado no hay, en principio, ninguna iniciativa en el Congreso que requiera negociaciones y pactos entre ellos y, por eso, pueden ejecutar su estrategia de separación. El PSC busca la centralidad en las elecciones catalanas, frente al independentismo y lo que consideran "radicalidad" del PP.

Por eso, el Gobierno aprobó ayer el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la admisión a trámite en el Parlament de Cataluña de una iniciativa legislativa popular en favor de la independencia. Y, por eso, el ministro de Presidencia y Justicia y negociador en jefe con Junts, Félix Bolaños, endureció su mensaje contra los separatistas.

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Sánchez opta ahora por llevar la decisión de la Mesa del Parlament al Constitucional, haciendo una pausa en su compromiso de "desjudicializar el problema político".

"No queremos ninguna política aislacionista de Cataluña, lo que queremos es que Cataluña forme parte y sea el motor tanto de España como de la Unión Europea. Este recurso va en esa línea, contra cualquier tramitación de ley que sea divisiva, que fracture la sociedad, que genere tensión, que genere una fractura social y política como generaría la tramitación de esta norma", advirtió Bolaños en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Además, hizo una defensa cerrada de la Constitución, del Estatut y de la "seguridad jurídica", atribuyó las declaraciones más radicales de los independentistas a la campaña electoral y anunció que "vamos a escuchar muchas cosas, algunas que no son ciertas".

El efecto espejo es que la portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja, atribuyó el recurso al calendario electoral: "La única explicación posible de este recurso son las fechas en las que estamos, que ya están pensando en la campaña y que, por tanto, les interesa y necesitan sobreactuar contra el independentismo por intereses electorales".

Los independentistas tienen previsto incidir en su reivindicación de concierto económico para Cataluña y referéndum de autodeterminación.

Más castellano en los mítines

Los análisis demoscópicos del PSC muestran que el procés independentista es visto como un periodo superado y pasado. Consideran que la candidatura de Salvador Illa puede crecer hacia la bolsa de votantes que rechaza el independentismo, aunque esté por el diálogo, y también hacia quienes votaron circunstancialmente a Ciudadanos en 2017 y le dieron la victoria electoral.

Busca igualmente mantener el paquete de votantes que el pasado 23 de julio optaron por lo que consideraron voto útil al PSC. Su objetivo es retenerlo, y se manifiesta en gestos como el incremento del uso del castellano en mítines del PSC o el endurecimiento del mensaje frente al independentismo, vinculándolo al pasado.

Esa tregua inversa puede mantenerse hasta las elecciones europeas, para que el PSOE pueda concurrir con un mensaje más fácil de asumir fuera de Cataluña, precisamente en el momento en el que se iniciará la aplicación de la ley de amnistía.

Más aún si finalmente el candidato de los socialistas es Josep Borrell, que tiene un discurso marcadamente antiindependentista. Por ejemplo, participó en manifestaciones en Cataluña junto al PP y escribió un tratado desmontando el discurso de ERC y Junts sobre las balanzas fiscales y la financiación de la comunidad.

La candidatura de Borrell no está confirmada oficialmente, pero, por el momento, sí es barajada por ministros y dirigentes socialistas.