Los 5 escenarios que aún podrían recorrer España y Argentina en la escalada del conflicto diplomático

El presidente de la República Argentina, en el transcurso de un mitin de Vox, había acusado de "corrupta" a la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Y a él de pertenecer a la "calaña" de quienes aceptan estas conductas.

Todo ello, en el contexto de que, en su primera visita a España tras convertirse en jefe de Estado, recibió el tratamiento institucional acorde y, a pesar de ello, no quiso mantener encuentros con las autoridades: ni solicitó una audiencia con el Rey, ni pidió saludar al presidente en Moncloa ni concertó una visita al Parlamento.

A esta crisis diplomática, en plena escalada, no se le ve el final. Sobre todo, porque el Gobierno de España no ha logrado lo que buscaba de Milei... sino justo lo contrario. "El león" se ha encorajinado. Pero ¿qué puede pasar a partir de ahora?

1. Retirada del embajador argentino 

En el lenguaje gestual diplomático, durante una crisis con otro país, las medidas de réplica se eligen en función de los grados. Hay una escalera tácita preestablecida que mide el empeño en mostrar que el enojo propio no ha terminado y la satisfacción con la respuesta ajena no es suficiente.

En todo caso, lo lógico siempre es responder con una medida proporcional, según el principio de reciprocidad. Así, al anuncio de que España retira a su embajadora en Buenos Aires habría sido de esperar que Argentina hubiese contestado con la retirada de su representante en Madrid. Sin embargo, desde la capital argentina ya se ha comunicado que esto no ocurrirá.

Fuentes diplomáticas explican a este diario que esto tiene dos interpretaciones posibles: la primera, que Milei hubiera asumido una posición de debilidad y quisiera enviar un mensaje de paz a Sánchez, desescalando el conflicto; la segunda, justo la contraria, que Milei se sienta ganador y opte por exhibir la actitud del "adulto responsable".

Como la decisión de mantener al embajador argentino en Madrid ha ido acompañada de nuevas bravatas por parte del gabinete de Milei, la interpretación que transmiten dos expertos en relaciones internacionales consultados por este diario es esta última: "Es un jefe de Estado que tiene argumentos para alegar que él fue el primer ofendido", por las insinuaciones del ministro Óscar Puente de que consume sustancias.

"Si Argentina para ahora, deja a España en una muy mala posición, sin salida".

2. Sanción a diplomáticos argentinos

Pero es posible que el Gobierno de España se siga sintiendo agraviado. O que, si hacemos caso a la denuncia del Partido Popular, quiera mantener viva "esta crisis forzada por motivos electoralistas". 

En ese caso, el siguiente paso en la escalera de gestos diplomáticos podría ser la de sancionar a algún miembro de la legación diplomática argentina. Pero eso, según las fuentes consultadas, "no encaja de ninguna manera" con el origen del conflicto, "que es personal".

En la versión española, este conflicto se basa en unas declaraciones ofensivas del presidente de Argentina para con Begoña Gómez, la esposa del presidente español, y de manera tangencial contra el mismo Sánchez. "Habría que forzar mucho la interpretación de la diplomacia para ir por esa vía", apunta uno de los especialistas consultados.

Y en todo caso, Moncloa estaría enviando un mensaje de que en esta crisis vale todo para demostrar el enfado. Es decir, estaríamos ante una escalada no sólo en grados, sino en el foco del conflicto, caminando en el sentido exactamente contrario al que este martes solicitaban los exministros españoles de Exteriores Carlos Westendorp (PSOE) y José Manuel García Margallo (PP): "No hay que confundir Gobiernos con Estados".

3. Expulsión del embajador argentino

El marco tan fuera de lo habitual en que se está moviendo esta crisis diplomática de España con Argentina incluye que somos dos países hermanos. Estamos vinculados no sólo por intereses cruzados en lo económico y comercial, sino por historia, cultura y sociedades comunes.

La lógica indicaría que todo se quedara como está, a la espera de que ambos países hallen una oportunidad comúnmente propicia para desinflamar las tensiones. Pero, tal como explican las fuentes consultadas, nada en esta crisis está discurriendo por la vía más esperable.

En todo caso, Roberto Sebastián Bosch, en tanto que embajador, es el representante de un Estado ante otro. Y si Milei es el jefe de ese Estado que ha ofendido al que lo acoge, después de haber sido convocado este lunes por Albares y no haber logrado el resultado deseado -la "rectificación pública" de Milei-, si el Gobierno de España aún ve necesario da un paso más, éste sería posible.

Expulsar al más alto representante diplomático es un gesto de abierta hostilidad -que no se ha tenido ni con la Rusia de Vladímir Putin, por ejemplo, tras la guerra de agresión sobre Ucrania-, y más grave que la anterior. Pero esta opción encajaría mejor en la lógica de los acontecimientos.

La expulsión implicaría declarar persona non grata a Bosh, pero su número dos pasaría a asumir las funciones, en calidad de encargado de negocios. Que es precisamente lo que ocurrirá ahora en Buenos Aires, tras la retirada de la española Alonso, para atender a los españoles en Argentina: una comunidad de casi medio millón de personas y de decenas de empresas radicadas en aquel país. 

Un paso así, evidentemente, sí merecería una respuesta recíproca de parte de la República Argentina, pese a que de momento ha decidido dejar las cosas como están. Y además, apuntan los expertos, de nuevo Milei estaría en posición de ventaja: porque él ya habría tenido un gesto de apaciguamiento que Sánchez habría desafiado.

4. Ruptura de relaciones diplomáticas

"Ahí no vamos a llegar bajo ningún concepto", augura otro de los diplomáticos contactados por EL ESPAÑOL. Ha decidido elevar el choque diplomático con Argentina. Las relaciones políticas ya han quedado rebajadas a su mínima expresión, y el canal de comunicación entre Albares y la canciller Diana Mondino, "acostumbrada a echar agua a los fuegos que enciende su jefe, el presidente Milei".

Pero la retirada definitiva de Alonso, la embajadora de España, que ya es una medida potente, es un gesto intermedio entre la llamada a consultas que se anunció el domingo y la expulsión del embajador o, incluso, la ruptura de relaciones.

De hecho, en este caso ha sido más una señal que un gesto, porque Albares había "innovado" anunciando la "llamada a consultas sine die".

Es decir, una retirada a medias o un "anticipo de la retirada" que dejaba a España con poco margen de maniobra. Es más, la única diferencia entre ambas acciones supone un engorro mayor para España -que ahora deberá solicitar un nuevo plácet para la misma persona u otra distinta-, lo que le da a Milei la oportunidad de rechazarlo. 

"Fue un error de bulto", explica un especialista, "porque le daba un incentivo a la contraparte para hacer lo que ha hecho, desdeñar la amenaza, sin perder nada nuevo en el órdago". 

En la práctica, la ruptura de relaciones diplomáticas nunca es tal, salvo en casos de abierta hostilidad bélica entre dos países enemigos. Eso sí, como la medida de protesta más grave posible, sí implica el cierre de la legación diplomática. 

Hace un lustro, una crisis entre la Colombia de Iván Duque y la Venezuela de Nicolás Maduro derivó en una teórica ruptura de relaciones, que en la práctica se tradujo en que las secciones consulares de Bogotá en territorio venezolano pasaron a estar adscritas a la diplomacia española... pero trabajaban del mismo modo que antes del conflicto.

5. Otros gestos

Este martes, Albares anunciaba en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que estudiará las condiciones del próximo viaje que Milei ha previsto realizar a Madrid, a finales de junio. Con ello, daba a entender que España sigue insatisfecha con el Gobierno argentino y que podría ponerle dificultades o retirarle las comodidades de jefe de Estado que sí se le ofrecieron en esta ocasión.