Carles Puigdemont, el pasado 4 de mayo, en un acto de campaña de Junts celebrado en Argelès-sur-Mer (Francia).

Carles Puigdemont, el pasado 4 de mayo, en un acto de campaña de Junts celebrado en Argelès-sur-Mer (Francia). Europa Press

Política CATALUÑA

Puigdemont jura hacer campaña en Cataluña si se repiten elecciones aunque siga en busca y captura

Supedita la fecha de vuelta a lo que decida esta semana Llarena sobre el levantamiento de las cautelares por la amnistía y a la estrategia electoral.

24 junio, 2024 03:11

El regreso de Carles Puigdemont a España estaba anunciado para este martes, 25 de junio, día en el que debía celebrarse el primer debate de investidura en el Parlament de Cataluña. "Así lo prometió y así lo hará", sostenían hasta hace poco las fuentes de Waterloo.

Ahora, todo ha cambiado. Desde que Josep Rull, presidente de la Cámara, anunció que no propondrá candidato, "la vuelta de Puigdemont dependerá ya de criterios electorales". Así lo explica un portavoz oficial de Junts a este diario.

Este cambio significa dos cosas. La primera tiene una lectura política: se ha pasado de un regreso anunciado como un "acontecimiento de país", basado en la "restitución" de su cargo, "usurpado ilegítimamente con el 155" en 2017, a una vuelta basada en la rentabilidad electoral.

La segunda consecuencia, derivada de la primera, ya es una cuestión puramente estratégica. "El president hará la campaña de las próximas elecciones desde Cataluña, a eso se ha comprometido y eso hará, aunque siga en busca y captura", y se arriesgue por tanto a una detención. 

De hecho, ese posible arresto ya se empieza a contemplar en Junts como un activo electoral. "Los jueces sólo quieren venganza", apuntaba una alta fuente del entorno de Puigdemont a este diario tras conocerse, el pasado viernes, que el juez Joaquín Aguirre ha pedido al Supremo imputar a Puigdemont por delito de traición en el caso de la trama rusa del procés. "No tienen vergüenza, la causa es una fantasía, pero vale todo contra el independentismo", comentan desde su partido.

En la semana que entra, Llarena, magistrado del Tribunal Supremo instructor de la causa contra el procés, decidirá sobre la orden de detención de Puigdemont. Según la Ley de Amnistía, ya vigente, el juez tiene dos meses de plazo máximo para levantar las medidas cautelares que pesan sobre el expresident fugado desde octubre de 2017.

El plazo dado por Llarena a las partes para sus alegaciones cumple ya, y tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado han informado a favor de que Puigdemont pueda regresar a España con libertad de movimientos.

La intención de Junts es la de convencer a Esquerra de que lo más conveniente para el movimiento separatista es una repetición electoral.

De un lado, Puigdemont se evitaría tener que cumplir con su compromiso público de "retirarse de la política de primera línea" si no logra presidir la Generalitat tras la amnistía. Y de otro, no hay encuesta que no le dé a los independentistas la victoria electoral si Junts y ERC suman fuerzas en unas hipotéticas elecciones repetidas, que se celebrarían el 13 de octubre. 

Negociación Junts-ERC

De modo que, desde este martes, quedan dos meses para que Puigdemont mantenga la incertidumbre, mientras Marta Rovira, secretaria general de los republicanos, negocia desde Suiza a dos bandas.

Esquerra tiene a su Ejecutiva rota, con Pere Aragonès de salida, Oriol Junqueras dimitido, y Rovira a la espera de que llegue el congreso del partido, el 30 de noviembre. Ella ha prometido no optar a repetir como número dos de la formación... pero, enfrentada como está al junquerismo, y a falta de otra cabeza visible, nada ha dicho sobre la posibilidad de optar al liderazgo máximo de la formación de izquierda independentista. 

La pelea parece más personal que política. Porque los reproches cruzados son maximalistas, y son desmentidos recíprocamente. Es más, desde ambos bandos se insiste en que la militancia tendrá que elegir entre dos malas soluciones, cuando se someta la decisión al criterio de las bases.

"Apoyar a Illa es un suicidio, pero irse con Puigdemont es un error, que nos lleva a unas elecciones que nos pueden hundir". Ese diagnóstico es coincidente en el entorno de los que otrora fueron un tándem y hoy luchan por el control de ERC.

De inicio, los de Rovira acusan al ala de Junqueras de ser la más interesada en pactar con el PSC, darle la investidura a Salvador Illa, y quedarse en la oposición mientras se recompone el partido. "Eso es falso, este PSC es el más españolista y el menos progresista que hemos conocido", responde el entorno del viejo líder.

Del lado del ya expresidente de Esquerra, se insinúa que Rovira está apostando por una reedición del procés, poniendo condiciones imposibles al PSC para forzar un bloqueo y aceptar el plan de Junts para ir a la repetición en una lista conjunta y repartirse al 50% el Govern.  

Lo que tienen claro en los dos frentes de ERC es que los alrededor de 9.000 militantes con derecho a voto no desean un presidente del PSC en la Generalitat. Lo que lleva o a una fractura en Esquerra o a una repetición de las elecciones catalanas.

Y hay otro diagnóstico en el que están de acuerdo los de Junqueras y Rovira, que Puigdemont y Junts les siguen ganando la batalla del relato. Y que, al final, el expresident ha sabido rentabilizar mejor su huida que Junqueras su prisión, al afrontar en carne propia las consecuencias del referéndum ilegal de independencia.

Todo sometido a Puigdemont

"Puigdemont es el único que puede volver a movilizar al independentismo", insiste uno de sus colaboradores más cercanos. Por eso, el día en que cruce la frontera ya no estará basado en su aparición en el Parlament como el president que regresa del exili, sino como el candidato que desafía "la represión de los jueces españoles"

Cuándo será eso, "no lo sabe" ni el mismo protagonista, reconocen desde Waterloo. Y menos ahora que se han reactivado el caso Tsunami y el de la trama rusa. Fuentes del equipo legal de Puigdemont acusan al juez Aguirre de "no estar en condiciones" de desempeñar su alta magistratura. 

Mientras, en el grupo parlamentario, toda decisión se supedita a la nueva estrategia. Lo mismo ocurre con el presidente de la Cámara, que ha reclamado en público el levantamiento de las cautelares a Puigdemont, acusando a Llarena de prevaricación si no lo hace, y pondrá en marcha la cuenta atrás este martes, para presionar al PSOE.

Rull es uno de los líderes del partido más cercanos y fieles a Puigdemont; junto a Jordi Turull, secretario general del partido, formó parte del núcleo de los exconsellers de aquel gobierno de la declaración de independencia que cumplieron condena. Y, hasta que fueron indultados, siempre repitieron que lo volverían "a hacer".

Con otra expresión, Puigdemont basó la campaña del 12-M en lo mismo: "Me presento para terminar la tarea que empezamos en 2017". Y añadía: "Con la experiencia acumulada, para no repetir errores, y conociendo mejor al enemigo".

Por eso, el expresident calcula cuál es la mejor fecha y la mejor circunstancia para que su vuelta haga el mayor ruido posible, y el más beneficioso para su causa.

Y por eso Junts, hoy no habla con Illa, sino que se limita a desafiar a Sánchez, "que es quien manda".

O bien aparta al líder del PSC o bien ellos forzarán una repetición electoral, aunque eso signifique hacer caer el Gobierno de España. La fecha de esa nueva cita con las urnas, el 13 de octubre, pondría los Presupuestos de 2025 casi imposibles para Sánchez... porque los plazos legales dilatarían la formación de cualquier Govern hasta el 30 de noviembre. 

Precisamente, la fecha del congreso de Esquerra. "Por eso, todos en ERC saben que, a día de hoy, somos su mejor apuesta", ya que la militancia no quiere el pacto con los socialistas. "Y de cara al futuro, también", concluye un portavoz de Junts. "Así podrían reconstruirse desde el poder, compartiendo el Govern, y sin haber tenido que buscar un candidato antes de tiempo".