Tomás Serrano

Política PREACUERDO PARA INVESTIR A ILLA

La apelación de Page a que los diputados voten contra el pacto con ERC abre una guerra en el PSOE

Líderes de Madrid, Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Asturias critican que Cataluña salga del régimen fiscal común.

1 agosto, 2024 02:29

El martes por la mañana, a las pocas horas de conocerse el pacto entre PSC y ERC que incluye el "concierto económico solidario" para Cataluña, el Gobierno estaba tranquilo. Incluso satisfecho. La ministra portavoz, Pilar Alegría, ironizó con la falta de críticas internas —"siempre vienen de las mismas dos personas"— y el presidente, Pedro Sánchez, siguió por la misma línea al día siguiente. Ahora hay más barones en contra que a favor. 

"Las mismas dos personas" son el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el secretario general del PSOE de Aragón, Javier Lambán, que históricamente han abanderado el sector más crítico con Sánchez. Debido a las horas a las que se dio a conocer el acuerdo, las primeras reacciones tuvieron que ser por redes sociales. 

Page, en concreto, habló del tema ya el lunes por la noche. Desde entonces, ha ido engrosando las expresiones con el paso de las horas hasta culminar en la rotunda comparecencia del miércoles por la mañana, cuando pidió al Grupo Socialista rechazar el pacto en el Congreso. 

Los rebeldes

La radiografía de apoyos ha cambiado radicalmente desde que se dio a conocer el acuerdo. La lista de líderes del PSOE críticos con que Cataluña salga del régimen fiscal común se extiende ya a Madrid, Extremadura, Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha. También a la número dos de los socialistas de Asturias, a la espera de que Adrián Barbón se pronuncie el viernes.

"Asturias no estará de acuerdo con cualquier tasación o limitación al principio de solidaridad", esgrimió la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, midiendo las palabras hasta la vuelta del líder del Ejecutivo regional. Barbón, que se encuentra de vacaciones hasta final de semana, organizó su calendario sin saber el terremoto político que se avecinaba.

Esto se explica porque Sánchez no informó a los territorios de la negociación ni explicó su contenido a los barones. Poco después de oficializarse el preacuerdo entre el PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa, pasadas las 20:00 horas del lunes, convocó de urgencia a la Ejecutiva Federal —controlada por él, sin presencia regional— y lo ratificó sin contar con las comunidades. Sólo Page y Lambán se rebelaron esa noche.

En las últimas horas, otros barones se han sumado a esta ola crítica, entre ellos el líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, quien aseguró estar "tranquilo" con el pacto. Pero no porque lo apoye, sino porque está convencido de que las propuestas de los independentistas "no se llevarán a cabo". 

"No podemos coser la unidad territorial de este país por un lado descosiéndola por el otro", advirtió, en unos términos muy parecidos a los del líder socialista extremeño, Miguel Ángel Gallardo, quien dijo estar "radicalmente en contra". 

Otro dirigente que ha mostrado su rechazo a las condiciones pactadas con Esquerra, aunque de forma más contenida, ha sido el secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato, que cree que el acuerdo "no es el ideal" y no es acorde con "los valores socialistas".

En la misma línea, el andaluz Juan Espadas pidió "prudencia" y "confianza", siempre y cuando las ventajas fiscales a Cataluña se repliquen en su comunidad, cosa que no parece posible. "No voy a permitir ni agravios ni privilegios que perjudiquen a Andalucía; no vamos a permitir ser menos que nadie", declaró.

Ninguno de los socialistas críticos ha afeado la idea de que el PSOE acabe al frente de la Generalitat, pero critican que lo consiga a cualquier precio.

 Para tratar de calmar esta inquietud y resolver dudas, el propio Salvador Illa se ha puesto en contacto en los últimos días con los barones socialistas, mientras desde Ferraz siguen optando por mantenerse en un segundo plano y dar protagonismo al PSC.

Alineados con Sánchez

A pesar de las críticas internas, el presidente del Gobierno sigue sin estar solo. Entre los que defienden dar el concierto a Cataluña se encuentran las federaciones de Navarra, Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias y Galicia. También con el más que probable apoyo del partido en Baleares, aunque la secretaria general, Francina Armengol, todavía no se ha pronunciado.

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, que también es secretario general de los socialistas canarios, dijo que el acuerdo "no provocará ninguna fractura" en el Estado y que, más aún, "es todo lo contrario". Exactamente el mismo discurso que el líder del PSOE de Murcia, José Vélez.

Otra ministra, la valenciana Diana Morant, sostiene que se trata de "un acuerdo positivo que avanza por el camino de la convivencia y la normalidad constitucional". En este sentido, la secretaria general del PSPV-PSOE considera que el pacto de Cataluña, además, censura el "atentado fiscal" del PP en Valencia.

El líder del PSOE gallego, José Ramón Gómez Besteiro, cree que el acuerdo catalán respeta los principios de "igualdad y solidaridad", pero ha recordado que Galicia "está reclamando desde hace muchos años una financiación singular" similar, sin entrar en más detalle.

Otra cosa distinta, dice Besteiro, "es el marco de la solidaridad e igualdad, que no está en tela de juicio [...] porque Galicia tendrá el mismo trato que Euskadi y Cataluña en cualquier avance que haya". No mencionó a la Comunidad Foral de Navarra, también con un régimen fiscal distinto.

"Los navarros y navarras bien sabemos que hemos tenido que hacer muchas labores explicativas con lo que tiene que ver con el Convenio navarro y que somos una Comunidad solidaria", ha reivindicado la presidenta regional y líder de los socialistas en la región, María Chivite, para justificar el acuerdo.

Las únicas federaciones que no se han pronunciado todavía por boca de sus líderes son la vasca, que se presupone a favor, y la riojana, que está inmersa en un proceso de transición tras la reciente dimisión de su expresidenta y secretaria general, Concha Andreu