De izquierda a derecha; Santos Cerdán, Pedro Sánchez y María Jesús Montero.

De izquierda a derecha; Santos Cerdán, Pedro Sánchez y María Jesús Montero. Europa Press

Política CRISIS EN EL PSOE

Cerdán y Montero intentan parar el motín y que los barones no vean a Sánchez antes de investir a Illa

El líder socialista no prevé reunir los órganos del PSOE y Ferraz mantiene que la aplicación del concierto será un "proceso largo e imprevisible".

2 agosto, 2024 02:34

Pedro Sánchez ha dado órdenes a María Jesús Montero y a Santos Cerdán para intentar sofocar la rebelión en el PSOE contra el acuerdo con ERC. El líder del PSOE no tiene previsto reunir a los barones para discutir el acuerdo con ERC, que incluye un concierto económico para Cataluña, pese a la presión y el rechazo dentro del partido a esa medida.

Esto último era así al menos hasta la tarde del jueves y con la salvedad permanente de que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE siempre puede cambiar de opinión.

Hasta ese momento, la versión de su entorno es que Sánchez no tiene intención de abrir ese debate interno en los órganos del partido al menos hasta que no se produzca la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat este mes de agosto.

Sánchez ha querido liquidar el trámite y el debate interno con una reunión el pasado martes de la Ejecutiva Federal, formada por dirigentes de su estricta confianza y lealtad y sin presencia de líderes regionales. En esa reunión se aprobó una breve declaración de apoyo, sin presentación en rueda de prensa, ni explicación del contenido.

Por orden del líder socialista, el responsable de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha contactado con líderes regionales para frenar sus críticas internas y para conminarles a mantener la "lealtad". Es decir, a no agitar las aguas antes de la consulta de ERC e incluso antes de la posible investidura de Illa.

La orden transmitida por Cerdán es que se trata de un proceso largo hasta que pueda concretarse la aplicación del concierto en Cataluña, que la prioridad es la investidura de Illa y que luego "habrá tiempo de debates internos". O sea, que si hay reuniones de órganos internos como el Comité Federal o el Consejo Político será en septiembre.

A algunos les ha llamado también María Jesús Montero, pero no para explicarles el acuerdo, sino para quitar trascendencia al acuerdo, pedirles confianza y confirmarles que será necesario un "largo e imprevisible" proceso en el Congreso de los Diputados y luego una negociación entre Hacienda y la Generalitat.

Esta última negociación sería entre el Gobierno de Sánchez e Illa en la Generalitat, lo que hace pensar que sería controlada por los socialistas. De hecho, ese mensaje es compatible con que en el PSOE se mantiene la idea de que es posible que no llegue aplicarse nunca por sus dificultades técnicas y políticas, como adelantó EL ESPAÑOL

El mensaje principal de esas llamadas es que la prioridad es que Illa se haga con la Generalitat y que todo el partido debe ayudar a ese fin.

Terremoto interno

Este acuerdo ha provocado el mayor terremoto interno en esta etapa de Sánchez al frente del PSOE. Ni los acuerdos con Bildu, ni los pactos de coalición con Unidas Podemos, ni la amnistía provocaron tanta contestación como esta medida que supone sacar a Cataluña del régimen común de financiación autonómica, con un sistema muy similar al del concierto del País Vasco y Navarra.

Según uno de esos barones regionales, "parece que nosotros renunciamos a todo en las negociaciones, porque ya hemos aceptado lo que se nos pide, pero esto afecta a las cosas de comer y al futuro de nuestras federaciones".

Se han producido en los últimos días multitud de conversaciones entre dirigentes regionales del PSOE para organizarse y para unificar la respuesta, según fuentes socialistas.

Además, se han opuesto abiertamente los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y Asturias, los dos únicos del PSOE con régimen común, y dirigentes regionales como los de Extremadura, Madrid o Galicia, entre otros. Ninguno de ellos han tenido explicación del pacto por parte de Ferraz o de Moncloa y por el momento sólo han recibido llamadas de Illa para pedirles apoyo y de Cerdán para pedirles que no hagan públicas las críticas.

Ese acuerdo, conocido sólo por el anuncio de ERC, ha sido respaldado por Sánchez, que expresó públicamente el miércoles su alegría y felicidad por el acuerdo, sin explicar su interpretación del pacto.

Fuentes socialistas explican que el trámite para aplicar el concierto catalán será aún muy largo y, de hecho, tendrá que pasar por el Congreso para modificar varias leyes, entre ellas la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), y, por tanto, habrá tiempo entonces de discutir el asunto en los órganos internos.

Sin agenda

Sánchez ya ha empezado sus vacaciones y este jueves ya no tenía nada en su agenda oficial y parte del aparato del partido no está ya operativo.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda y número dos socialista, María Jesús Montero, que con mucho énfasis rechazó antes el concierto para Cataluña, tampoco ha tenido ya agenda pública y aún no se ha pronunciado sobre el acuerdo.

Moncloa no ha querido abrir debates públicos por temor a lo que ocurra en la consulta entre los militantes de ERC que se celebrará este viernes. La orden es esperar a la investidura de Illa, el gran objetivo de Sánchez.

No obstante, el desdén hacia las críticas iniciales de Emiliano García-Page y Javier Lambán ha evolucionado hacia la preocupación en la cúpula del PSOE porque nunca se había producido una revuelta interna similar. El caso de Asturias, gobernada por Adrián Barbón, destacado sanchista, ha provocado cierta conmoción, unido al paso adelante de dirigentes regionales al exigir la convocatoria del Consejo Político Federal del partido o en otros casos del Comité Federal.

Ninguno de los dos órganos está previsto que se reúnan por el momento. El Comité Federal es el máximo órgano entre congresos y, según los estatutos del partido, "puede ser convocado con carácter extraordinario cuando lo juzgue conveniente la Comisión Ejecutiva Federal o lo soliciten, al menos, un tercio de sus miembros". Además, las sesiones extraordinarias a iniciativa de la Comisión Ejecutiva Federal deben ser convocadas "con cinco días naturales de antelación, a menos que la reunión tenga carácter inmediato por la urgencia del asunto".

El Consejo Político Federal, por su parte, "es un órgano al que corresponde informar y evaluar las políticas del Partido que afectan a la cohesión territorial, a las relaciones entre las Comunidades Autónomas y entre éstas y el Estado".

Está compuesto "por la Presidencia, la Secretaría General, la Vicesecretaría General, la Secretaría de Organización y el responsable de política autonómica de la Comisión Ejecutiva Federal". También forman parte las Secretarías Generales de las Federaciones, la Secretaría General de Juventudes Socialistas de España, las Presidencias Autonómicas del PSOE, las Portavocías del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso y Senado y por la Presidencia de la FEMP, siempre que tenga la condición de miembro del Partido.