La izquierda se rompe: el avance de Sánchez hacia el 'cupo catalán' descompone la mayoría progresista

La izquierda se rompe: el avance de Sánchez hacia el 'cupo catalán' descompone la "mayoría progresista" Tomás Serrano

Política ACUERDO PARA INVESTIR A ILLA

La izquierda se rompe: el avance de Sánchez hacia el 'cupo catalán' descompone la "mayoría progresista"

El acuerdo sobre la investidura de Illa y el concierto fiscal divide a los socios en dos. Podemos, Izquierda Unida, Compromís y Chunta rechazan apoyarlo.

3 agosto, 2024 02:51

Un socio prioritario del Gobierno de coalición reflexionaba esta semana que, cuando se trata de Pedro Sánchez, el barco siempre acaba en el puerto aunque se deje a los marineros por el camino. En este caso, la "obsesión" del presidente por investir a Salvador Illa ha provocado una situación parecida: tomar el control de la Generalitat a expensas de dividir a su partido y descomponer la autodenominada "mayoría progresista" en el Congreso. 

El acuerdo para dar un concierto propio a Cataluña ha abierto, sin pretenderlo, importantes fisuras en el bloque de investidura, desde las críticas de Podemos hasta el apoyo sin ambages de EH Bildu. Pero donde más claro se ve ruptura es en Sumar.

En la coalición de Yolanda Díaz conviven distintas sensibilidades y preferencias sobre el modelo de Estado. El debate sobre un modelo que genere excepciones al régimen común, era de hecho uno de los puntos pendientes a discutir en su asamblea de otoño, la primera de la nueva era tras la dimisión light de la vicepresidenta hace dos meses.

A esto se suma que nadie en la coalición conocía las intenciones del PSOE hasta que, el lunes por la noche, los portavoces de ERC anunciaron a bombo y platillo el nuevo "concierto económico solidario". Ni siquiera los Comunes, hipotéticos socios de legislatura de Illa, sabían hasta dónde llegaba la letra pequeña.

Esto genera un problema que se escapa del control de ambos partidos: para cambiar el régimen fiscal de una comunidad autónoma es necesario reformar la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). Y para eso hace una falta una mayoría absoluta en el Congreso que, ya entrados en agosto, parece muy lejana todavía.

"Lo kafkiano del caso es que de momento ni PSOE ni Sumar, que son los dos partidos de Gobierno, tienen garantizados los votos de sus propios grupos parlamentarios", resume un socio preferente de la coalición. En especial, la guerra abierta entre las federaciones socialistas ha sido una constante esta semana.

La de Sumar, por una vez, ha sido algo más soterrada, pero igualmente tensa. Los diputados de Compromís y de Chunta Aragonesista —que no forman parte de la Ejecutiva, pero sí del Grupo Plurinacional en el Congreso— han advertido de que votarán contra cualquiera reforma legal que no recoja mejoras de la financiación para sus comunidades.

Izquierda Unida, por su parte, duda de todo. Fuentes de la formación advierten contra "el fantasma del enfrentamiento entre comunidades". "El sistema no funciona, lo cual no significa que se puedan buscar atajos o soluciones particulares que, con la excusa de acabar con las tensiones, den pie a distorsiones aún más profundas", aseguran.

En contraposición, dentro del mismo grupo, tanto los Comunes como Movimiento Sumar han celebrado que el acuerdo "abre una nueva etapa política en Cataluña [...] y da la estabilidad a la legislatura en España", según fuentes de estos últimos. Como apunte, ninguna voz oficial de la coalición quiso alinearse a favor del acuerdo hasta que la militancia de ERC lo avaló este viernes. Una vez ratificado, se deshicieron en elogios.

"El actual modelo está caducado desde hace más de 12 años y no está funcionando, ya que ni corrige desigualdades ni garantiza la suficiencia económica de los servicios públicos. Se trata de una oportunidad para todas las comunidades autónomas, ya que se puede plantear y reformular el debate sobre la actualización de la LOFCA y abrir la puerta hacia una mayor federalización del Estado", comparten las fuentes. 

Aquí está el meollo de la cuestión. 

Que los Comunes respaldasen el pacto con ERC era previsible, dado que llegaron a su propio acuerdo con los socialistas para apoyar la investidura de Illa, pero nadie contaba con que el conflicto por la Generalitat catalana fuera a generar tantas fisuras en la izquierda nacional. Sobre todo, unas que venían de antes.

Sin ir más lejos, la coalición pasó por uno de sus peores momentos durante la confección de las listas electorales a las europeas, cuando Compromís, Más Madrid e Izquierda Unida hicieron frente común contra Sumar y los Comunes. Yolanda Díaz impuso su criterio, subió a Jaume Asens al número 2 y, en consecuencia, precipitó que Más Madrid e IU se quedaran sin representación.

Ahora, volviendo al cupo catalán y la investidura de Illa, los bandos vuelven a ser los mismos: por un lado, el trío de partidos que se sienten desautorizados en el espacio; y por otro, la dupla a la que consideran unos privilegiados. Da la casualidad de que, en el caso de Compromís e Izquierda Unida, también representan a dos de los territorios (Comunidad Valenciana y Andalucía) infrafinanciados, cosa que no pasa con Cataluña.

Lo que ha dejado claro esta semana es que alterar el mapa de la financiación puede conducir a gobiernos, pero genera fisuras en la izquierda. En el PSOE son conscientes, y así lo han trasladado en privado estos días, de que los compromisos alcanzados con ERC no lleguen a término en el Congreso. La investidura de Illa, entonces, saldría "gratuita" a cambio de un par de debates con los socios. 

Esto confirmaría la teoría de que a trompicones, despiezado, o a costa de lo que sea, pero Pedro Sánchez siempre llega a su destino.