La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en una entrevista con EL ESPAÑOL, el pasado mes de mayo.

La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en una entrevista con EL ESPAÑOL, el pasado mes de mayo. Javier Carbajal

Política COMISIÓN EUROPEA

El PP tratará de hacer caer a Ribera por "conflicto de competencias" con su pareja, vocal de la CNMV

Von der Leyen le pone tres comisarios populares bajo su vicepresidencia climática, y le encarga cartera de Competencia, sin atribuciones legislativas. 

18 septiembre, 2024 02:39

El Partido Popular no sólo votará en contra de la confirmación de Teresa Ribera por considerarla "sectaria" y una "mala elección" como vicepresidenta primera para la Transición Ecológica y comisaria de Competencia de la Comisión Europea. Sino que la quiere hacer caer a la primera, durante el proceso de examen que la todavía miembro del Gobierno de Pedro Sánchez deberá pasar en el Parlamento Europeo, alegando un "evidente conflicto de intereses".

Lo cierto es que no es fácil tumbar a un candidato en los procesos de confirmación que pasará cada uno de los 27 miembros del colegio de comisarios. Pero ya en el primer filtro, el PP cuenta con la complicidad de su formación a nivel europeo para rechazar a Ribera. En este caso, no por sus políticas, sino por "un evidente conflicto de competencias" por el cargo que ocupa su esposo, Mariano Bacigalupo.

Funcionarios de la Eurocámara confirman que "el caso es palmario". Bacigalupo es consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) desde el año 2022, y antes -entre 2017 hasta entonces-, consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

"Ribera tendría que demostrar que es capaz de trabajar para los 27 Estados miembros y no para los intereses de Sánchez", asegura la jefatura de la delegación del PP en la Eurocámara.

Las mismas fuentes recuerdan que la Comisión de Asuntos Jurídicos (JURI) del Europarlamento "revisará que no existan casos de incompatibilidad o conflictos de intereses" con el cargo para el que ha sido designada.

Por qué ese cargo

Visto así, con este "enorme obstáculo" del que ya advertían otras fuentes en Bruselas, ¿por qué Ursula von der Leyen le ha dado, precisamente, la cartera de Competencia? La explicación es compleja: por un lado, a pesar de gobernar sólo en cuatro de los 27 Estados miembros, los socialistas tenían derecho a una de las cuatro vicepresidencias principales, al ser el segundo grupo en la Eurocámara.

Pero los populares no sólo ganaron las elecciones del 9-J, subiendo en votos y escaños, sino que tienen 14 Gobiernos y, por tanto, 14 comisarios. Su poder para negociar es enorme y, con él, va el poder para advertir de posibles vetos a comisarios en los hearings, según la jerga comunitaria.

Por otra parte, hace un mes parecía evidente que Ribera sería vicepresidenta, pero con las carteras de Energía y Medio Ambiente combinadas bajo su supervisión. Fuentes de su entorno reconocían a este diario que esa aspiración, con la que se presentó a las elecciones del 9-J al Parlamento Europeo, se estaba difuminando "por presiones de Francia".

El Gobierno del liberal Emmanuel Macron tenía dos grandes motivos para rechazar que Ribera mandara sobre la política energética europea.

La primera, su posición "abiertamente beligerante" contra las nucleares, de las que depende la autonomía energética francesa.

Y la segunda, el empeño del Gobierno de España, con ella a la cabeza, por lograr vencer la resistencia tradicional francesa a aumentar las interconexiones eléctricas que convierten a la Península Ibérica en "una isla energética", muy dependiente de las importaciones, e incapaz de competir con la poderosa industria francesa. 

De hecho, quien dirigirá esta cartera, desde la siguiente vicepresidencia ejecutiva de Prosperidad y Estrategia Industrial, será el francés Stéphane Séjourné, exlíder de Renew en la Eurocámara y recién salido del Gobierno de Macron, donde era ministro para Europa y Asuntos Exteriores.

Y además, hay que apuntar al hábil movimiento de Meloni. El vicepresidente económico de la Comisión ha sido designado por ella: en la negociación con Von der Leyen, la primera ministra italiana puso el nombre de Raffaele Fitto adrede para que recibiera esta poderosísima cartera. Y la facilidad con la que se pactó su designación da cuenta del acercamiento de los otrora neofascistas a posiciones más homologables con los populares europeos.

Fitto mandará, además, sobre el Plan de Recuperación y la ejecución de los fondos europeos. "Y eso es otra mala noticia para los socialistas", añade una de las fuentes citadas en Bruselas.

De este modo, la presidenta Von der Leyen tenía la difícil papeleta de darle un buen cargo a Ribera y, al tiempo, no molestar a los otros grupos que la auparon a la presidencia, apoyando su reelección el pasado mes de julio en la Eurocámara.

Competencia "sin competencias"

La política española ocupará nominalmente el número dos de la Comisión, tendrá a su cargo la cartera con mayor poder de intervención en los mercados del mundo, la de Competencia, pero "no podrá hacer políticas".

Primero, porque ese cargo no propone legislación, sólo la ejecuta -y siempre, cada decisión, sometida a la supervisión del Tribunal de Justicia dela Unión Europea-. Y segundo, porque su puesto es una Vicepresidencia Ejecutiva porque de ella cuelga una Dirección General (DG), no porque vaya a mandar sobre los comisarios de su ramo.

"Su DG es la de Competencia, y sus comisarios climáticos son todos del EPP", concluye una de las fuentes consultadas. "Y eso si pasa los filtros del Europarlamento".

A pesar de que una alianza del Partido Popular Europeo (EPP), los liberales (Renew) y el liderazgo del grupo ECR -comandado por el partido de Giorgia Meloni, primera ministra de Italia-, ya habían logrado acorralarla en las duras negociaciones del último mes, el empeño de los de Alberto Núñez Feijóo es total.

Por un lado, los tres comisarios que ocupan las carteras bajo su vicepresidencia (Agricultura, Pesca y Clima) son del EPP: Costas Kadis (Chipre), Christophe Hansen (Luxemburgo) y Wopke Hoekstra (Países Bajos), que aplicarán la visión del EPP a su programa de gobierno.

Y por otro, aunque Competencia es una cartera "muy poderosa", no tiene "competencias legislativas". De hecho, antes de que la formación de Feijóo anunciara su decisión, fuentes de los populares europeos se felicitaban de que la designación de Von der Leyen hubiera, "también, apartado a Ribera de la política energética".

Fuentes del PP en Bruselas sostienen que "una mala ministra no puede ser una buena comisaria". Y que los populares no están a favor de "exportar la agenda sanchista a la Unión Europea".

El PSOE votó contra Cañete

Este martes, a la salida de la Junta de Portavoces, el popular Miguel Tellado dio una rueda de prensa en la que afirmó que "si ustedes se acuerdan de lo que hizo el PSOE con Miguel Arias Cañete", hace 10 años, "nosotros no haremos lo mismo".

El PP lleva una década criticando aquel veto impulsado por el PSOE en 2014, ya con Pedro Sánchez al frente, para intentar evitar que el exministro del PP pasara el examen de la Eurocámara como comisario de Energía y Cambio Climático. Fuentes del PP corrigieron pocos minutos después el anuncio de su portavoz parlamentario, al que habían informado mal sobre la posición definitiva de Génova.

En el caso de Cañete, la votación en contra se justificó por unas declaraciones presuntamente machistas del candidato. No por posibles incompatibilidades con el cargo ni, directamente, por sus posiciones políticas.

Porque si la candidata del PSOE no fuera vetada en JURI por la "colusión" con el puesto de su pareja, pasaría a la fase de audiencias. Esos hearings -en la jerga comunitaria- son comparecencias en las que, durante unas tres horas, los aspirantes a comisario deben responder a las preguntas de presidentes y miembros de la comisión parlamentaria correspondiente.

Al ser su cartera efectiva la de Competencia, Ribera puede ser enviada a comparecer ante la comisión de Mercado Interior (IMCO)... o, de nuevo, ante JURI. Los populares alimentarán las dudas sobre su idoneidad, lo que unido a la complejidad de su cargo, puede hacer más duro y largo el segundo examen.

La evaluación, en este punto, se debe ceñir a la competencia para el cargo, el compromiso europeo del candidato y su independencia personal... incluso respecto a su Gobierno nacional.

"Y aquí es donde Ribera se ha equivocado, yendo a las elecciones mientras anunciaba que no recogería el acta", apunta un alto cargo del Parlamento Europeo. "Tampoco gusta en Bruselas que se haya mantenido como vicepresidenta tercera en España, o haya ido a los despachos de los presidentes de grupo, como miembro de un Gobierno, en lugar de hacer su 'lobby' como todos los demás", añade un dirigente del EPP.

Para ser avalada en comisión, Ribera tendrá que obtener el respaldo de, al menos, dos tercios de sus miembros. Es decir, 17 votos a favor de los 25 vocales titulares de JURI, en la que los populares tienen siete vocales: con dos miembros (entre los liberales o los tres grupos de la derecha radical) que convencieran, Ribera caería.

En IMCO, el EPP tiene 13 miembros de 47. Le bastaría con seducir a tres vocales más. 

En tal caso, la política española debería someterse a una auditoría adicional, y luego a otra votación para valorar su idoneidad como candidata. Y aún quedaría una tercera y última opción de hacer caer a Ribera: si el PP se empeña en no aceptarla, podría promover un veto general a la Comisión en la sesión plenaria del Europarlamento. 

"La vicepresidenta de Sánchez es rehén de su trayectoria y de sus políticas al frente del ministerio", avisa el PP español. "Como comisaria, tendría que decidir qué camino quiere para Europa, si la agenda de Sánchez o el programa de Von der Leyen".